¿Dónde quedó el nahuatl?

Ficha hemerográfica:
Unión (organo informativo del Sindicato de  Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, STUNAM)
Martes 23 de febrero 2010-Año XXVI-Epoca V-Unión 895,Pág. 6.

El idioma es el vehículo fenomenológico por el que se expresa la idiosincrasia de un pueblo: el guaraní, aymara, ranquelina, araucana,lenguas quechuas, nahua...
Llega la conquista y se impone otro idioma, pero sólo se destruyó el depositario fenomenológico original,El pensamiento, por estar más allá de la fenomenología, sigue siendo básicamente  nahua, aymará, quechua,etc.Ahora además con los  componentes de expresión del nuevo idioma. ¡Y que no te digan lo contrario!

Ejemplo:

Bachichas cuando tomamos pulque,  reforzado el asunto con su respectiva salsa de chile con jitomate y chile…
 Hacemos referencia a la lengua nahuatl como algo que se borró hace cinco siglos. En la línea de arriba están presente el español y el nahuatl. Este último de manera  omnipresente en nuestra vida de todos los días. Y junto con la palabra, el pensamiento.


Escalada Peñas Cargadas

Al sureste de Real del Monte, Hidalgo.
De unos 70 metros de alto, es una aguja tradicional para escaladores de Hidalgo y la ciudad de México. Su roca, para efectos de escalada, es firme en lo general.

La ascensión se realiza por el noroeste hasta alcanzar la parte superior del primer tramo, llamado “Hombro”. Originalmente había un tronco de árbol para superar un sector de ese trayecto.


Queda por superar la roca cimera, en forma de bola .Es la que da nombre a la roca y al valle. La manera como se supera es encaramándose en los hombros del compañero de cordada. Este debió ser un auténtico problema a resolver cuando sus conquista. Después siguió la historia del Huevo de Colón. Se sube en solitario y otros con el recurso de los estribos, como se muestra en los  dibujos de Manuel Sánchez.


El descenso por cuerda es siguiendo la vía de subida. En dos partes. Aunque también se ha efectuado de una sola vez por el lado norte. Y hubo ocasiones en que Santos Castro, el legendario escalador oriundo de Real del Monte (murió en la norte del Abanico, del Popocatépetl), organizó descensos por tirolesa desde la cumbre y sobre el valle norte.


La caminata Real del Monte-Tulancingo, de la Preselección al  Aconcagua, de 1974

En tiempos recientes se fundó una colonia popular en las proximidades de este valle. Debido a eso el recorrido, de dieciséis kilómetros, se puede hacer en transporte colectivo hasta las  proximidades del valle. Originalmente era un buen ejercicio de caminata, tanto en la marcha de aproximación como de regreso a Real del Monte, después de escalar.

Este es el lugar para mencionar una travesía formidable y bella que realizaban los guías de Pachuca. Es el cruce de la Sierra de las Navajas que, partiendo de Peñas Cargadas (propiamente de Real del Monte) acababa en Tulancingo.


 En algunos lugares del trayecto hay afloramientos de vidrio volcánico. Estos son los que le dan el nombre a esa sierra. La tradición dice que este era el lugar de donde los aztecas se surtían de obsidiana para fabricar sus armas de combate y sus cuchillos de sacrificio y navajillas de auto sacrificio.

 Conocí esa travesía con  Raúl Pérez, guía alpino de Pachuca. Luego la realice durante muchos años con montañistas de la ciudad de México. Se necesitaba ser resistente  andarín, aparte de escalador, para realizar esta travesía. Una de estas travesías está documentada en el informe que rendimos a la presidencia de la república con motivo de la Preelección al monte Aconcagua en 1974.

 Aun con mis hijos en edad muy temprana cruzábamos durante días esa sierra, entre los Cerros Jacal y a través de las cañadas, hasta llegar a Tulancingo, en el este. Esta evocación personal nos sirve de referencia para imaginarnos el ambiente sano que entonces prevalecía en las montañas. ¿Quién se interna ahora durante días en lejanas y apartadas serranías con dos niños?

Esta travesía se fue abandonando en la medida que la cercana población mencionada fue creciendo. Después había que ir sorteando los terrenos cercados antes de llegar ala zona de las cañadas. Esto ocasionaba molestias a los habitantes.

La construcción del pensamiento alpino y su práctica

Los Universitarios.  Periódico quincenal publicado por la Dirección Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México
Números 113 y 114
Febrero de 1978
“¿Por qué la antropofagia?” (se refiere al drama de Los Sobrevivientes de los Andes)
Autor del artículo: Armando Altamira Gallardo
Págs.28 y 29

Introducción al tema.

El pensamiento alpino lo traemos al nacer, pero hay que organizarlo. Como una pila nueva  recargable AA que acabamos de adquirir, es necesario recargarla para que funcione (es el viejo diálogo entre genetistas y pedagogos).

El sólo hecho de ver las montañas a lo lejos, que hacen el Valle de México, forma en nosotros el pensamiento alpino. Tal vez nunca lo necesitemos ni vayamos a las montañas, pero ahí está latente ese pensamiento. Como la presencia del mar prepara anímicamente  para ser marinero mucho antes del  primer viaje sobre las olas. O como la cercanía del desierto de arena  condiciona el espíritu de aventura de los trashumantes.

Los uruguayos sobrevivientes de los Andes no poseían ese pensamiento alpino, su país no es de montañas. Su inhibición ante las montañas es absolutamente congruente.

Las películas de los sobrevivientes de los Andes empezaron a exhibirse hace mucho tiempo y siguen apareciendo en las pantallas nuevas filmaciones del tema. O se escriben nuevos libros del mismo asunto.

 Los alpinistas tenemos así, frente a nuestros ojos, un tema altamente didáctico. Los que escriben esos libretos siguen ignorando el tema de fondo. El gran drama de los accidentados en los Andes no fue comer carne humana,  como ellos siempre creyeron, sino que carecían del pensamiento alpino.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                         

Hace tiempo escribimos sobre este asunto y al volver a leer el escrito  llegamos a la misma conclusión. Los que vivimos al pie de las montañas tenemos por ese solo hecho formado el pensamiento alpino. Pero no basta, hay que ejercitarlo. Sacarlo del nivel de las potencialidades y llevarlo al de las realidades. En una palabra, ir a caminar a las montañas. La población no tiene  que volverse alpinista pero si caminar al menos en la media montaña para conservar, o recuperar, la salud corporal.
Ojalá muchos pudieran leer la obra de H.D Thoreau. Se titula Pasear.
Es una poesía enérgica en favor del viejo arte de caminar y contra el sedentarismo. Fue una de las obras que, leídas en mi niñez, contribuyó a formar en mi ese pensamiento alpino. Faulkner, en una  novela, hace decir a uno de sus personajes: " ¿Por qué no usa sus piernas para caminar?"

A la vuelta de la historia los mexicanos nos encontramos en la misma situación que los uruguayos accidentados. Cuando escribimos estas líneas las autoridades del Sector Salud del país están diciendo, por los medios, que México acaba de arrebatarle a Estados Unidos el primer lugar de gordos y obesos en el mundo. Comemos muchas grasas, ingerimos muchas bebidas endulzadas y no hacemos ejercicio.

De manera latente hemos construido  el pensamiento alpino pero por alguna causa no vamos a caminar a las montañas. Esto es incongruente.Los Sobrevivientes de los Andes es una metáfora que nos está diciendo  algo muy importante: O nos sobreponemos al síndrome de la inmovilidad o…
Esta es la publicación referida:









Tlaloc monte adoratorio





Esta es la montaña que fue elegida por los teotihuacanos, toltecas-aztecas, para edificar una formidable residencia, al dios que llegó desde todos los rincones del universo, con la fórmula de hidrógeno -oxigeno, conocida como H20.

Tláloc

Agua, viento y maíz
El agua sube del mar, las  grandes orejas agitan el viento,
 envía las nubes
hacia el continente y beneficia a las siembras.

Museo Nacional de Antropología e Historia
Sala Mexica
Foto de Omar Altamira Areyán



El punto de vista geológico es que nuestro planeta se formó a base de meteoritos y rocas que llegaban del "cielo",traían consigo alguna cantidad de agua y, al irse impactando y fusionando, liberaban el líquido,se formaron lagos, mares y nubes...




Monte Tlaloc (imágen de Google Earth)

“diríjanse, diríjanse, allá donde las nubes se extienden con abundancia, donde la espesa niebla forma la nublada mansión de Tlaloc…”


 
 
 




 Hay lugares ceremoniales más elevados en la Sierra del Tlalocan, y toponimias como el de Teopixcalco, en los 5 mil del lado norte del Popocatépetl, pero sólo son extensiones de la montaña Tlaloc, casa del dios Tlaloc, señor de la lluvia, las nubes y los relámpagos.

 
Monte Tlaloc( nevado), 4,150 m.s.n.m,  visto desde la cumbre de la piramide del Sol, en Teotihuacán. 28 de febrero de 2010.

"La otra parte donde decían que se iban las ánimas de los difuntos es el paraíso terrenal, que se nombra Tlalocan, en el cual hay muchos regocijos  refrigerios, sin pena ninguna; nunca jamás faltan las mazorcas de maíz verdes y calabazas y ramitas de bledos, y ají verde (chile)y jitomates, y frijoles verdes en vaina, y flores; y allí viven unos dioses que se llaman tlaloque ."

(Fray Bernardino de Sahagún, Historia general de las cosas de la Nueva España)



Maqueta que da idea del aspecto que debió tener el gran adoratorio a Tláloc,
cantado por cronistas, historiadores y poetas.
Visitado (a pie) por pueblos tan lejanos como el (lejano) sureste mexicano y probablemente de Centroamérica.
Tan frecuentemente como ahora lo es la Basílica de Guadalupe.
(foto tomada de Internet)


 

Las figuritas antropoides corresponden a la representación del Tlalocan (paraiso) de la zona arqueológica de Teotihuacán.

 Es el testimonio que se creía en la inmortalidad. Más aun: es la confirmación que se conserva   la integridad alma-cuerpo en la "otra" vida. El azteca que moría se integraba a la cauda solar pero no se fundía en ésta.Como sucede en alguna religiones de la India donde  el yo desaparece en el Nirvana  luego que termina esta vida.

 Cuestiones centrales que se debaten en la filosofía occidental desde hace veinticinco siglos.


"En virtud de un acto de voluntad potenciado,más allá del individuo,nuestro ser es imperecedero y volveremos a encontrarnos en un lugar mejor." (Schopenhauer,Parerga y  Paralipómena)"

Así, cuando el alma sale del cuerpo conserva estas cosas en si, porque el mundo sensible no existe sino en un lugar determinado, mientras que el mundo inteligible existe en todas partes; luego, todo lo que el alma encierra en ella, aquí abajo, está también en el mundo inteligible" ( Plotino, siglo III, Quinta Eneada,Libro Noveno)




Ladera norte.Se ve la cruz cimera.El dibujo de la izquierda es la representación del Tlalocan en Teotihuacan
Mercader pasando bajo el Popocatepetl.Dibujo tomado de un plato de la cultura teotihuacana.La foto de la derecha fue tomada por el autor en el pueblo de Río Frío. Notese la semejanza de la manera de llevar la carga.





Explicación:1-Telapón,2-Tlaloc,3-Xotlatzin,4-Valle de Las calaveras,5-Valle de Xochiquetzal,6-Valle Innominado (estos tres valles es uno solo con interrupciones de bosque),7-Roca con caída de agua la mayor parte del año.En el estío habrá que remontar un poco para encontrar el líquido,8-Cortina de rocas,9-Frente rocoso,10-Pueblo de Río Frío.


OJO:

Para evitar extraviarse, si la idea es regresar de la cumbre del monte Tlaloc al pueblo  de Río Frío.

No sólo cuando se tiene poco conocimiento de la zona,sino aun los montañistas familiarizados con la región,suelen extraviarse,ya sea por exceso de confianza, por mal tiempo, etc.

Como se muestra en el dibujo, abandonando  la cumbre del Tlaloc hay  que descender directamente hacia el sur, con brújula, o guiándose por la cumbre   del Xotlatzin ( 3 en el dibujo). Llegados al collado del Tlaloc y el Xotlatzin ( y, ojo, una vez traspuesto, o habiendo cruzado el  cauce somero de un río,seguir por la vereda en dirección sureste.Un poco más abajo se encontrarán con el camino amplio maderero que lleva hasta el pueblo de Río Frío.

El "simple" detalle de descender hacia el este, antes de cruzar el cauce del riachuelo mencionado, nos ha hecho vagar por cañadas y parajes desconocidos hasta el día siguiente.
A-cumbre monte Tláloc-B cumbre Telapón-C (negro)-Pueblo de Río Frío-C (blanco)- carretera México- Puebla-D-Cañada  hacia Coatlinchan (W)-E-camino (S-E) Río Frío- Valle Grande, seguido de vereda hacia la cumbre del Tláloc (N).


Su ubicación  es en la cadena montañosa del sureste que forman la Cuenca de México. En el noroeste con relación al pueblo de Rió Frío, en la carretera México- Puebla. Su altitud está en los 4, 150 metros.

En la religión mexica esta cumbre y la montaña cercana hacia el sur, el Telapón, eran la pareja de dioses del agua muy adorados por los pueblos agrícolas de la antigüedad.





El Tlaloc de la cumbre más alta de la montaña Ajusco,3,937 m.s.n.m (sur del Valle de México). Encontrado el 19 de abril de 1970
Tomado del libro Alpinismo Mexicano, Armando Altamira G. Editorial ECLALSA,México,1972
La escultura destaca   tres elementos propios del dios de la lluvia: 1) las grandes orejas son representativas de  Ehecatl, dios de los vientos, sin el cual las nubes no se desplazan, 2) los colmillos semejan cascadas de agua, que fertilizará los campos y, 3) el penacho prefigura las mazorcas de maíz. Los grandes ojos corresponden a una interpretación metafísica.  El reverso de la pieza tiene labrado un nudo que significa a Xipe-Totec,dios de la primavera y el invierno, la vida y la muerte.

Medidas tomadas por Armando Altamira G. y Héctor García. Lo más aproximado que permitía el estado caótico en el que ese día se encontraban los rasgos de la construcción.

Visitado por precepto, en tiempos prehispánicos, por  ricos y pobres. Desde lejanas tierras de centroamérica venían, a pie (se carecía de animales de montar y de carga). Los pueblos del sur  del Valle de México, entre ellos los tlatoanis o reyes de México-Tenochtitlán, debían empezar a subir  desde el pueblo de Coatlinchan. Nosotros hemos subido y descendido desde este lugar en varias ocasiones. Es una ascensión de veinte kilómetros y dos mil metros de desnivel, por laderas y cañadas abruptas que aun  los más recios alpinistas de ahora lo pensarían dos veces. Y los pueblos de la rivera oeste, como los de Tacuba y Coyoacán, además tenían que remar antes treinta kilómetros a través del lago de Texcoco para poder arribar apenas a Coatlinchan.

Eduardo Seler, en su obra Los cantos religiosos de los antiguos mexicanos, dice:
 
 
Tlaloc, "El que hace que las cosas broten", el dios de la lluvia. El nombre está asociado sobre todo con la cadena montañosa que se extiende desde el Itztacciuatl hacia el Norte y que es cruzada sobre el camino de Tetzcoco a Huexotzinco. Un antiguo ídolo de este dios se levantaba allí, hecho de tezontle blanco, con un tazón sobre su cabeza en el cual toda clase de semillas y frutos del campo, que el país producía, eran colocados cada año. En Huei tecuilhuitl, cuando la estación lluviosa estaba en su apogeo, y el maíz estaba en flor, los reyes de las ciudades y pueblos a ambos lados de la montaña se reunían ahí con grandes séquitos, para hacer una ofrenda ceremonial al dios de la lluvia. Eran ofrecidos niños al dios de la lluvia. Ya que se suponía que los dioses de la lluvia, que al mismo tiempo eran los dioses de la montaña, eran enanos. Y los obsequios que les presentaban eran prendas de plumas, prendas de papel manchado con hule -cortado y pintado de diferentes formas, según el carácter de la montaña a la cual eran ofrecidas-, cuentas de piedras preciosas y alimentos.
Una descripción completa de este dios y su apariencia está en mi comentario al Códice Borgia, vol. I, pág. 107-112 (Berlín: 1904)."


Representación de dios Tlaloc. De la obra Viaje a la Nueva España, de Giovanni Francesco Gemelli Careri.Editado por la Universidad Nacional Autónoma de México, 1983

El cuadro en el que está parada la figura antropomorfa evoca a la estructura arqueológica en la cima del monte Tlaloc.En la mano izquierda sostiene el símbolo del rayo.
Mediante el rayo el dios ordenaba a los tlaloques, dioses subalternos, que rompieran en el cielo  las tinajas  llenas de agua, se escuchaba el ruido de algo que se rompe y el agua se precipitaba sobre los campos fertilizandolos.
Héctor García está parado en el sitio exacto donde se encontraba el cuerto de Tlaloc. El niño Armando Altamira Areyán y escultura de Tlaloc en el Bosque de Chapultepec, Cd. de México.
Una idea de esta actividad, que fluía hacia la cumbre sagrada, podemos tenerla en la actualidad. En las  ininterrumpidas peregrinaciones masivas religiosas que  llegan de los doce puntos cardinales a la Basílica de Guadalupe, en el norte de la ciudad de México.Esta semana última de febrero del 2010 llegó una peregrinación de(calculan los medios) noventa mil personas procedentes dela Diócesis de Toluca, Estado de México. Cada año  la realizan en esta fecha. Durante cinco días niños adultos y ancianos hombres y mujeres caminan por los viejos senderos indios y las modernas carreteras bajo el sol, la lluvia, la nieve...Pero la fecha clave, el 12 de diciembre, arriban a la Basilica de Guadalupe entre cinco y ocho millones de peregrinos. Así era en la antiguedad mexica hacia la cumbre del monte Tlaloc.


Figura que representa a dios Tlaloc. Tomado del calendario Tonalamatl, México 1973.

Fray Diego de Duran, cronista del siglo dieciséis, muy cercano a los días de la conquista, ofrece información un tanto detallada de la ceremonia y fecha en que se efectuaba el ascenso principal.Los sacrificios humanos consistían principalmente en la inmolación de  niños. La obra se llama: Historia de la Indias de Nueva España e Islas de Tierra Firme. Nosotros consultamos el trabajo de Editora Nacional, México, 1965.

Los dos alpinistas suben la ladera suroeste del Tlaloc.Al fondo la montaña Telapón. La escultura de la diosa del agua fue encontrada en la zona arqueológica de Teotihuacán. Ahora en el Museo Nacional de Antropologíoa e Historia, Cd.de México. Las dimensiones de esta escultura se pueden sacar por la referencia de las personas en movimiento del lado derecho inferior de su base.

Es una construcción, la del monte Tlaloc,  de proporciones bastas. Construir el santuario requirió un esfuerzo considerable y, por la altitud en que se encuentra el lugar, sobrehumano.

Llegó la conquista en el siglo dieciséis y de inmediato el santaurio fue destruido. A la luz de la nueva religión la cumbre sacratísima fue satanizada y pasó a ser un lugar habitado por demonios, brujas y demás criaturas tenebrosas. Desde entonces el lugr permanece en el más completo abandono.
Estela que representa a las dos deidades principales del agua: Tlaloc y Chalchihutlicue (tomado de la revista Arqueología Mexicana, Vol IV-Núm.20

Con el tiempo sus muros fueron deteriorándose por los fuertes agentes atmosféricos y por la acción depredadora de los humanos. Las representaciones en roca de Tlaloc desaparecieron y su piso  movido y removido por la acción de los eternos buscadores de tesoros. En el sito donde estuvo el cuarto de Tlaloc hay a la fecha un hoyo entre las rocas de al menos dos metros de profundidad.



 El lugar es frecuentado por los montañistas pues su ascenso, partiendo de Río Frío, es de diez kilómetros, en un desnivel cercano a los mil metros.
A media altura, por encima de los Tlaloc,  está el glifo de Ollin, moviento, y en la partre superior, Mictlantecutli.
El dibujo muestra el estado en descomposición en el que se encuentra el recinto ceremonial cuando tomamos las distancias. La letra A señala el sitio exacto donde estuvo edificado el pequeño recinto deTlaloc, Chalchihutlicue y otros ídolos.






Vista aérea de la cumbre con la estructura arqueológica.
El primer plano se ve la calzada oeste
(foto tomada de Internet)

Por desgracia estas montañas  no ofrecen seguridad para los alpinistas. Hace pocos años asaltaron en la cumbre del cercano Telapon a un grupo de veinticinco montañistas de la Universidad Nacional Autónoma de México y uno de ellos fue asesinado.

Salió publicado en Internet el 30 de mayo 2018

TEXCOCO, Méx. 30 de abril 2017.- Una pareja de paseantes que caminaban por una vereda del Monte Tláloc fueron asesinados a la altura del paraje Jardín del pueblo de Coatlichan.
A cada uno se le dio un tiro en la cabeza, al parecer para robar sus pertenencias, ya que a un lado había dos mochilas y algunas pertenencias en el suelo.

Hasta este lugar llegó una perito de la fiscalía de Texcoco para el levantamiento de los cuerpos.

Las víctimas eran jóvenes y no rebasaban los 30 años de edad.
Al Monte Tláloc arriban caminantes, deportistas, montañistas y familias a caminar o hacer deporte.

A la entrada hay una pluma operada por vigilantes de los ejidos que son responsables de esa área de recreo.

Por la zona hay poca vigilancia policiaca y muchas personas caminan por las veredas del Monte Tláloc, sin tomar sus medidas preventivas.



Esta foto pertenece al reportaje de la nota anterior 30/mayo/2018






La foto inferior(Armando Altamira Areyán y Omar Altamira Areyán) corresponde al hoyo que han hecho los buscadores de tesoros, en el sitio exacto donde estaba el cuerto de los idolos. La foto superior muestra al montañista que empieza a recorrer la calzada oeste de la estructura cimera.La foto intermedia muestra el posible sitio de donde se extrajeron miles de toneladas de roca para la construcción sagrada.
El 5 de marzo del 2012 salió publicada esta nota en el diario El Universal. Se trata de un asalto a montañistas en la Iztaccihuatl. En este caso, como en el del Nevado de Toluca, las autoridades castigan a los montañistas impidiéndoles  el acceso a esos lugares, en lugar de buscar y sancionar a los delincuentes.

TLALMANALCO, Méx., marzo 5 (EL UNIVERSAL).- La zona boscosa de San Rafael, en las faldas del volcán Iztaccíhuatl, es muy peligrosa para montañistas que visitan el lugar ya que operan bandas de delincuentes que fuertemente armados los asaltan y violan a las mujeres, advirtieron los propios excursionistas.
Según las propias autoridades municipales, se presentan hasta ocho atracos al mes en contra de deportistas extremos que acuden a este lugar, sobre todo los fines de semana, porque no hay vigilancia de ninguna de las corporaciones municipales, estatales y federales, ni de los ejidatarios que controlan el parque.
Juan Carlos Durán Gutiérrez, director de Protección Civil de Tlalmanalco, reconoció que cada fin de semana se registra un robo en diferentes parajes del ejido, pero hay ocasiones que son hasta dos, principalmente en “Las Trancas”, el más alejado de la caseta de vigilancia del área que administran ejidatarios que cobran una cuota a los visitantes.
El domingo 26 de febrero, 60 personas que acampaban y comían en el paraje “Nexcoalanco”, fueron asaltadas por 25 hombres armados y encapuchados que golpearon y causaron heridas a más de 20, incluyendo a un niño de ocho años y abusaron de tres mujeres.
Los ladrones, vestidos con ropa camufleada, cubiertos de la cara con pasamontañas, salieron de entre los matorrales armados con rifles, escopetas, pistolas y machetes para rodear primero a un grupo de aproximadamente 40 personas que acampaban y comían.
Luego sometieron a otras más que venían bajando, amarrándolas a todas, hasta sumar más de 60, incluyendo niños y mujeres.
Los encapuchados hicieron disparos al aire y a casi todos los hombres les pegaron con machetes y pistolas, causándoles lesiones a por lo menos a 20 en cara, cuerpo y cabeza, entre ellos Fernando, de ocho años, a quien le pegaron en la espalda.
A Alejandro, de 27 años, le fracturaron la nariz con la cacha y a Salvador lo hirieron de una pierna con una pistola de diábolos.
Un perro bóxer que acompañaba a campistas de Cuautitlán fue baleado en el cuello con una escopeta.
“Entregamos celulares, carteras, dinero, relojes, cámaras, equipo de montaña y luego nos quitaron los zapatos que aventaron a una camioneta Chevrolet para luego amarrarnos de pies y manos con las agujetas”, recordaron.
La misma suerte corrió un profesor y 11 alumnos de la primaria Juan Jacobo Rousseau, del Distrito Federal, que acampaban en la zona.
El jueves pasado, el ayuntamiento clausuró el parque ecoturismo “Dos Aguas” por carecer de licencia de funcionamiento y por falta de medidas de seguridad para protección de los paseantes.
El lugar se mantendrá cerrado, hasta que la empresa no regularice su situación administrativa ante el gobierno local y tome medidas internas para garantizar la seguridad de quienes semanalmente visitan el sitio.


Otros asaltos en el SW de la Iztccihuatl.

 Nota publicada en el diario  Excelsior
23/07/2015 13:03 Dalila Ramírez/Corresponsal       
Nueve montañistas fueron amagados las faldas del volcán Iztaccíhuatl el pasado 4 de julio                           

  ESTADO DE MÉXICO, 23 de julio.- La Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM) anunció la captura de nueve sujetos, entre ellos dos mujeres, en el municipio de Tlalmanalco, quienes presuntamente conforman una banda delincuencial relacionada con al menos dos asaltos con violencia a montañistas.
El aseguramiento se realizó tras una denuncia mediante la cual las víctimas señalaron que cuando se encontraban en un paraje de ese  municipio en las faldas del volcán Iztaccíhuatl, fueron amagados por varios sujetos, quienes los despojaron de sus pertenencias.
Derivado de ello, se hizo un operativo encubierto en el lugar “Piedra Lisa”, donde fueron detenidos los probables responsables al momento en que presuntamente cometían un robo en contra de tres montañistas.
Los detenidos tienen entre los 20 y 40 años y al indagar se pudo determinar que estos sujetos se relacionan con el robo del pasado 4 de julio en el paraje “El Refugio de los Cien”, en las faldas del volcán Iztaccíhuatl, lugar en donde al parecer amagaron a nueve montañistas, a quienes presuntamente les hurtaron diversos objetos y dinero en efectivo.
Los nueve detenidos fueron ingresados al Centro Preventivo y de Readaptación Social de Chalco.

 La entrada al cuadro de la estructura, procedentes de la calzada occidental.Los 5 metros centrales es el espacio de caminar de la calzada.Los 5 metros laterales es el desparramiento de los muros.

Así lo dejaron los vándalos, empezando por los del siglo dieciséis.




A-Entrada a  la plataforma o extremo este de la calzada
B-Corredor interior noroeste
C-muro interior noroeste
D- Muro interior norte



 El abandono en que se encuentra el santuario se acentúa por este ambiente social tan degradado y  por la ausencia  de la ciencia antropológica.

 El croquis da la impresión del estado caotico en el que se encuentra el material de los muros colapsados. La letra T marca la calzada (unos 200 metros de largo) oeste. Unaleyenda dice  que esta calzada sigue la trayectoria solar en deterimada fecha del año, hasta pasar sobre el Templo Mayor de México- Tenochtitlán...


Otra representación antropomorfa  de Tlaloc,semejante a la anterior pero diferente,ésta del Códice Magliabechi. De nuevo aparece prefigurado su gran adoratorio, en cuadro, sobre el que está sentado, en la cumbre de la montaña descrita.


En el invierno de  1995 subi con Héctor García y otros compañeros de montaña a  tomar fotos del lugar y  hacer algunas observaciones que nos dieran idea de las medidas reales del lugar. Antes que  los fuertes agentes climatológicos y la acción vandálica  acaben por destruirlo definitivamente.

 Campamento en el lado oeste bajo la cumbre, despues de una noche de tormenta con nieve. En la foto de la derecha los cuatro montañistas están en la entrada de la somera cueva del lado sur bajo la cima.El de la izquierda es Armando Altamira Areyán, 20 años después de su foto con Tlaloc en el Bosque de Chapultepec.

 Una nevada reciente nos ayudó en la tarea fotográfica. Hizo resaltar rasgos de la arquitectura que de otro modo no habría sido tan evidente.











"Y así decían que en el paraíso terrenal que se llama Tlalocan había siempre verdura y verano"

 (F.B. de Sahagún)



La calzada ( T) vista desde en norte.
Los montañistas están parados en
el principio de la estructura cuadrangular cimera,
extremo este de la calzada.
 
En realidad la calzada oeste tiene una orientación ONO, como se ve en la grafica



Dibujo del adoratorio a Tláloc (Museo Nacional de Antropología e Historia

Foto de Omar Altamira Areyán
 


Valle (cuenca) de México


Por esta calzada "camina" el Sol cada mañana y se dirige hacia el oeste. Sigue una trayectoria, según se aprecia en el dibujo del Valle de México, a través de una serie de adoratorios a Tláloc, pasando por el coatepantli de México-Tenochtitlán (ahora "Zócalo, primer cuadro de la Ciudad de México),la C es la ubicación de Coyoacán, el otro gran adoratorio de Tezcatlipoca. La letra "m" señala la ubicación del adoratorio a Tláloc., en lo alto de la Sierra de Las cruces.Ahora en su lugar está edificada la capilla de San Miguel.



Entrada a la calzada oeste. Los montañistas se encuentran caminando sobre el muro norte de la calzada. Al final (según se muestra en el dibujo) está el cuadro de la estructura arqueológica.

A- Muro norte de la calzada
H-Piso de la calzada por el que entraban
los tlatoani para efectuar la ceremonia
R- Esquina exterior noroeste



 
Entrada a la calzada oeste. Se ven los trabajos de reconstrucción, de un tiempo posterior a nuestra ascensión en que levantamos los croquis con las medidas anotadas.

 En esta altitud (4,150 m.s.n.m. lo trabajos de reconstrucción  requiere un esfuerzo físico extraordinario) (foto tomada de Internet).
 









 foto tomada de la revista La Montaña ( editada por el Club Exploraciones de México),abril 1932,Pág.10
Esta escultura hace muchos años que desapareció de la cumbre










Esquina sureste de la estructura cimera del monte Tlaloc.
 Foto tomada de la revista Sierra Club, México, julio de 1938, Pág 18
Al fondo se ven la Iztaccihuatl y el Popocatépetl





 Esta montaña encierra un aspecto de suma importancia sobre el que hay que profundizar. Durán relata que los tlatoanis y gente importante que subía a la ceremonia anual, llevaba comida y presentes como cuentas, etc.que dejaba en el recinto donde había tenido lugar la practica ritual. Pero gente de los pueblos adyacentes próximos subían después a comerse los alimentos de los dioses.
Acercamiento del sacerdote portando la máscara de Tlaloc. Sala Mexica, MNAeH. 10 de julio 2011.

A raíz de esto los aztecas adoptaron la practica de dejar cien guardias durante algunos días para impedir ese sacrilegio.No obstante, la gente seguía subiendo a comer. Como los mexicanos eran muy ladinos, dice el historiador, se fingian dormidos y dejaban que los otros comieran hasta llenar. Cuando consideraban que ya estaba pesados por el proceso de la digestión, salían y mataban a todo el que dieran alcance.

El que conoce esta montaña ( diez o quince kilómetros de distancia y unos dos mil metros de desnivel  a una altitud arriba de los 4 mil) sabe que es lo más absurdo.  Se gasta más energía en ascender y bajar tales desniveles, con clima muy cambiante, que lo que se puede ganar en una comida.¡Sobre todo si en ello le va la vida! Y en un pensamiento tan sumamente religioso como es el del México prehispánico a nadie s e le ocurriría semejante sacrilegio de robar el alimento de los dioses. Eso se puede pensar en la cultura occidental con sus dosis de laicismo pero no en la cultura mexica.

Es probable que estemos aquí ante una situación de autosacrificio. Al estilo de lo que sucedía en el monte Teocuicani, en la ladera sur del Popocatepetl. Cada año se armaban los ejercitos del lado de la actual Puebla y los del lado de México para bajar de su adoratorio la escultura del que repsrentaba al dios Teocuicani y llevarselo pra su tierra. Había cantidad de muertos en cada guerra ¡pero el ídolo jamás nadie lograba bajarlo! Al año siguiente volvía la guerra...
Sacerdote con mascara de Tlaloc. En su mano dercha porta el rayo, en la iquierda la flor.

En el caso del Teocuicani podemos pensar que estamos ante el mundo del Atlachinolli, la guerra florida, el aguaquemada, la guerra no de conquista sino por deporte sagrado para llevarse prisioneros cada quien para su bando y sacrificarlo a sus respectivos dioses.

Pero en el monte Tlaoc no había esa igualdad de fuerzas. Aquí solamente un bando exterminaba...

Mientras son peras o son manzanas hay que ir al monte Tlaloc. Es la Meca de nuestra religión original, y por ende, de nuestra cultura madre. A través de este blog me he dado cuenta que hay grupos que, de manera tradicional,ancestral, hacen campamentos cerca de la cumbre o bien en una u otra parte de esta montaña. No solamente gente del deporte del montañismo sino con una actitud volitiva, religiosa.
Chalchihutlicue, diosa del agua, compañera de Tlaloc.Sala Teotihuacan,  Mueseo Nacional de Antropología e Historia (foto del 10 de julio 2011): La cercana y alta montaña, al sur inmediato del monte Tlaloc, se le conoce ahora como Telapón,. Chalchiuhutlicue es otro nombre de la diosa del agua.

En tanto que la gente de Antropología encuentra el camino, entre la alta burocracia, para conseguir el presupuesto necesario para la reconstrucción de este santuario, el pueblo necesita regresar a recorrer masivamente estos viejos y sagrados caminos hacia la cumbre.

La mejor manera, y más trascendente, es llevar a nuestros hijos desde pequeños (pues así era en la antigüedad)a caminar y acampar en sus laderas, valles y cumbre.

Una fracción del himno a Tlaloc dice:"diríjanse, diríjanse, allá donde las nubes se extienden con abundancia, donde la espesa niebla forma la nublada mansión de Tlaloc…”







El continente indio no murió. De la Tierra de Fuego hasta Alaska el totemismo sigue vivo.  Y más fuerte que antes, del siglo dieciséis, por las pruebas de disolución a las que ha sido sometido, tales como la conquista espiritual, la moderna tecnología de guerra y los virus patógenos para los que no se tenían inmunidad, la tribu sigue.

Henry Bergson, como pocos pensadores occidentales, supo ver en el totemismo una enorme fuerza de integración social. Y, sometido aprueba, el totemismo impide la desintegración del grupo. La tribu vive una filosofía perenne en desarrollo, no una cuestión estática.

Por razones históricas, y necesidades del mercado de trabajo, hay una amplia convivencia con el modelo de la ciudad industrial occidental. Sus hijos juegan ahora en la fábrica, lo mismo que en la política, la cultura y la academia. Y aun en la religión impuesta del catolicismo romano, a la que consideran la gran síntesis de la filosofía con la teología.

El pensamiento occidental juega a absorber el pensamiento indio para desaparecerlo, el pensamiento indio juega a absorber la cultura occidental para enriquecer la suya  propia.

El tótem, como Coatlicue, la diosa azteca, no sólo es un destino espiritual. Coatlicue hunde sus raíces en la tierra. Como la Scarlett O´Hara de Margaret Mitchell cuando exclama: “La tierra en que se vive  y de la que vive es como una madre. Es lo único que justifica que se trabaje, se luche y se muere por ella.”

Las tribus indias americanas siguen encontrando al Absoluto por medio de la danza mágica y la representación del tótem.


Bergson escribió en Las dos fuentes de la moral y de la religión: “La religión tribal es vista en primer lugar como una reacción defensiva contra el disolvente poder de la inteligencia. Abandonada a sí misma la inteligencia aconsejaría primariamente el egoísmo, la naturaleza, vigilante, crea una salvaguarda con las costumbres sagradas.”







Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

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