Lo que no debe tener una novela, según Ortega y Gasset

Sobre la novela

José Ortega y Gasset

Lo que no debe tener una novela es realismo.



Hay el realismo como género de la novela pero si tiene más peso la psicología, la historia, la sociología, etc. se parecerá más a un ensayo, o a un reporte de investigación científica, que a una novela, aunque en la portada diga novela.



Puede, y casi debe, contener cualquier tema, a reserva que el autor sea capaz de diluir en el lirismo del texto: “Dentro de la novela cabe casi todo: ciencia, religión, arenga, sociología, juicios estéticos,-con tal que todo ello , a la postre quede , desvirtuado y retenido en el interior del volumen novelesco... en una novela puede haber toda la sociología que se quiera pero la novela misma no puede ser sociología…La dosis de elementos extraños que pueda soportar el libro depende en definitiva del genio que el autor posea para disolverlos en la atmosfera de la novela como tal.”



Uno de los cometidos, o requisitos de una buena novela, tal vez el más importante, es la fantasía. Hacer que el lector se olvide de su mundo y se meta en el mundo de la novela. Pone como ejemplo que nos encontremos dentro de un jardín contemplando el lienzo donde está pintado el jardín. El jardín real deja de existir en el acto de la contemplación para centrar la atención en la pintura.



Teotihuacán tiene esa magia. Ponemos como ejemplo. Caminando al principio por su calzadas tratamos de adentrarnos en un mundo de hace dos mil años que produjo la más esplendorosa cultura y civilización del Altiplano Mexicano. Y al salir de la zona experimentamos como un golpe al volver a nuestra realidad del presente.



Ortega y Gasset no habla de huir de nuestra realidad, refugiarnos en el pasado idealizado para huir de la miseria presente, etc. Recurso tan utilizado en la novelística del primer tercio del siglo veinte. Autores y personajes eran más psiquiatras que W. Stekel. A la vuelta de un siglo ya hay tantos, y capaces, psiquiatras de academia, que aquellos autores de novelas, que hicieron furor con sus neuróticos personajes, ahora pasan como meros aficionados de una ciencia que apenas empezaba a rebotar en los intelectuales de cafés de Europa.



Al contrario, la lectura de una novela nos arranca de la obsesión patológica, nos liberta, nos pluraliza, nos informa y nos educa. El autor cree que en el futuro sólo dos modos culturales (la filosofía aparte) pasarán la prueba y son la historia y la novela. A la historia se le ha metido tanta mano negra, queriendo hacerla pasar como el paradigma de la realidad, que casi quedó en una fantasía. Entonces queda la novela que, con su modo fantástico, nos relata mundos reales.

Dibujo tomado del diario El País,17 de octubre de 2015


Dese luego la intención es que en el lector se despierte el interés por arte: “el arte es un hecho que acontece en nuestra alma al ver un cuadro o leer un libro.”



Aquí aparece el tema que ha ocupado a los humanos durante siglos: seleccionamos el tema o me seleccionan mediante la práctica de leer y más leer. Me van haciendo lector, es decir, me van haciendo culto, voy conociendo bibliografía, autores, temas. Ortega y Gasset dice que es lo primero:”sólo conocemos bien aquello que hemos deseado en algún modo, aquello que previamente nos interesa”.



En una librería hay tantos libros, tan interesantes, y sin embargo, vemos al potencial comprador ir entre los estantes de la librería busque y busque. O bien va directamente con el empleado y pregunta por un título ya decidido de antemano.



De este polémico asunto el autor pasa a decir que la novela de antes se preocupaba mucho por escoger un tema formidable y que contuviera mucha acción. Dice que ambas cosas han cambiado o deberían de cambiar. Cualquier tema sirve. Lo que importa es la reflexión:”Sólo a través de un mínimum de acción es posible la contemplación.” Y, en cuanto a la acción: “no debe de preocuparle. Con un poco de tensión y movimiento basta.”



Esto es así porque, a diferencia del poeta, lo que debe preocupar al novelista es hacer una narración extensa. Algo breve, como hay tantos, puede ser interesante, pero se parecerá más a un cuento largo:”Hay que aceptar las cosas como son. La novela no es un género ligero, ágil, alado. Debería haberse entendido, como un guiño orientador, el hecho de que todas las grandes novelas que hoy preferimos, son, desde otro punto de vista, libros un poco pesados...La densidad se obtiene, no por yuxtaposición de aventura en aventura, sino por dilatación de cada una mediante prolija presencia de sus menudos componentes…Una narración somera no nos sabe: necesitamos que el autor se detenga y nos haga dar vueltas en torno a los personajes.”



Finalmente parece que llegamos a una contradicción. De tantas que, afortunadamente, tienen la filosofía y la literatura. Para leer novelas tú decides. Pero para escribir novelas te deciden. Para escribir novela sucede como con las cuestiones de la fe religiosa. No se puede confundir la vocación con la herramienta. Puedes leer veinte veces la Biblia y no por eso llegarás a la santidad de la fe que te lanza a trabajar en cierta dirección. Serás erudito lector de la Biblia pero no santo. La fe es una especie de determinismo. No sabemos quién reparte estos determinismos pero sucede en la práctica. Así es para el novelista. No basta aprender las reglas gramaticales: “sólo será novelista quien, por encima de todas sus restantes aspiraciones, sienta el delicioso frenesí de contar, de imaginar hombres y mujeres y charlas y pasiones.”



Otro escritor, no nos acordamos quien, dice que si no saltas de tu cama a las tres de la mañana, a escribir algo que se te vino a la mente, no eres novelista. Los poetas saben bien de lo que estamos hablando. Y esto ya es más humanamente comprensible. No eres corredor sino abandonas tu sabrosa cama y te pones los zapatos tenis y te largas a correr a la pista. No eres alpinista sino abandonas el sabroso confort de la ciudad y te diriges hacia las montañas… En realidad la vida común está llena de “grandes pequeños” determinismos… La novela, el lector de novelas, el escritor de novelas es un trabajo pesado. Al poeta le bastan dos o tres líneas pero el novelista hace trabajo de albañilería poniendo un tabique tras otros y luego otro y después otros y otros.

Ezra Pound pedía a los dioses que se sirvieran darle cualquier otro oficio, menos el de escritor…



¡Oh Dios! ¡Oh Venus! ¡Oh Mercurio, patrón de los ladrones! Déjame un pequeño estanco,

O establéceme un pequeño estanco,

O establéceme en cualquier profesión

Que no sea esta maldita profesión de escritor,

En donde uno necesita devanarse los sesos todo el tiempo.

¿Dónde quedó el Espejo de Tezcatlipoca?



¡REGRESÓ!


¿Dónde quedó el Espejo de Tezcatlipoca?



S e encontraba en el Antiguo Palacio del Arzobispado, Ciudad de México, primer cuadro de lo que ahora se conoce como “Centro Histórico”.

Exactamente en el lugar en el que se levantaba la pirámide de Tezcatlipoca, uno de los tres edificios más altos del Coatepantli de los aztecas. Cuando la conquista española la pirámide fue destruida y en su lugar se edificó el Palacio del Arzobispado.

“El Antiguo Palacio del Arzobispado fue erigido sobre el Templo de Tezcatlipoca, una de las más importantes construcciones de la antigua Tenochtitlán. La construcción de esta sede arzobispal inició durante los primeros años de la etapa colonial cuando Fray Juan de Zumárraga realizó la compra de algunas propiedades en el centro de la recién trazada capital, para construir en ella la edificación que abría de albergar la residencia del arzobispo de México así como algunas oficinas y una prisión”. (Wikipedia)

Maqueta del Coatepantli de México-Tenochtitlán.La piramide alta de la derecha es la de Tezcatlipoca

Nada escapa a la vista de Tezcatlipoca ( “el dios más grande de todos los dioses”) que, para el efecto, se sirve del espejo de obsidiana. Este espejo se encontraba, todavía para el año 2005, en el lado suroeste, interior, del gran patio del edificio colonial referido. De unas dimensiones aproximadas de 15 centímetros X 10 X 2. Su material es de obsidiana negra.

Podemos entender la importancia metafísica que para los mexicanos tiene (y tenía) que, para guardarla en el sitio de honor y de adoración, se construyó una de las tres principales pirámides del Coatepantli azteca. Importantes en el plano espiritual y en dimensiones físicas.
Este es el espejo de Tezcatlipoca que se encontraba en el lugar mencionado (fotografía de Armando Altamira)

“Tezcatlipoca (en náhuatl Tezcatlipoca; AFI [teskatɬiː'poka]: "espejo negro por el humo" o "espejo humeante"), en la cultura nahua (aztecas y otros pueblos mesoamericanos de habla náhuatl), es el señor del cielo y de la tierra, fuente de vida, tutela y amparo del hombre, origen del poder y la felicidad, dueño de las batallas, omnipresente, fuerte e invisible. Entre los nahuas, Quetzalcóatl y Tezcatlipoca son dualidad y antagonía. Quetzalcóatl es llamado también Tezcatlipoca blanco en tanto que el color de Tezcatlipoca es el negro.” (Wikipedia)

Con lo bella y formidable que era esta pirámide no tenía otro objeto que contener el Espejo de Tezcatlipoca. Como el Vaticano, en Roma, con todo lo valioso cultural y arquitectónico que pueda ser, tiene como misión salvaguardar lo verdaderamente importante del lugar que es el símbolo de la Cruz y todo lo que ellos representan para la cristiandad.

En el lugar no hay ningún texto que explique cuál es su lugar temporal del Espejo ni cuándo regresará a su lugar de origen.

Preguntamos pero la respuesta del personal de seguridad del lugar es escueta: “Se quitó porque el lugar está en remodelación”. ¿Pues sí pero dónde está? ¿Cuándo la regresan a su sitio original?
..............
Ha vuelto a su lugar de origen después  de varios años.

A quien corresponda:  ¡Felicidades!

La importancia de este espejo de obsidiana(original) es semejante  si pudiéramos tener la cruz (original) donde murió Jesús. Son naguales, o avatares, de un valor simbólico, e histórico, sin parangón, de la divinidad.

El 5 de noviembre de 2016 se encontraba de vuelta el espejo en su lugar,  donde había estado desde tiempos precristianos. Y ahora resguardado con una estructura metálica y de vidrio de diseño moderno.







































Alpinismo y atletismo

Ruta ex convento Desierto de los Leones –La Forestal

Esta nota contiene la idea general que puede ser adaptada para lugares de otras latitudes.

Por ejemplo, en las montañas del norte del mismo Valle de México,la Sierra de Pachuca, entre esta ciudad y el pueblo de Chico, ofrece enormes posibilidades para trotar en la montaña; el circuito de La Forestal- Carboneras-Chico- Las Ventanas, etc.

El alpinismo como deporte, en México, suele practicarse durante dos o tres lustros. Después el individuo se aleja de las montañas para siempre. Guarda el equipo, lo vende o lo regala. Es un acto simbólico mediante el cual se entra a la nada del sedentarismo voluntario, muy propio de la vida de la ciudad.


plano general de la zona

El alpinismo como plan de vida es diferente. Pero requiere el apoyo de algún deporte del valle para mantenerse en forma y después ir a la montaña. Por una causa o por otra no se va a la montaña con más frecuencia. Entre salida y salida pueden mediar varias semanas. Entre tanto, para no “oxidarse”, se necesita el ejercicio al menos tres veces por semana. Está visto que una sola ocasión por semana, o de vez en cuando, el ejercicio no sirve para nada, en términos de conservar la salud, y hasta puede ser perjudicial.


La línea verde interrumpida marca la ruta del regreso desde La Forestal-Cruz Blanca al ex Convento. .Se conecta con la carretera asfaltada que conduce al ex Convento.Aproximadamente donde dice "La Planta" ahí se empieza el ascenso por el camino vertical empedrado, hasta alcanzar La Forestal-Cruz Blanca (3,125 msnm).

Se ha encontrado que el atletismo es lo más afín en los deportes del valle para el alpinista. Esta práctica deportiva del atletismo, en exterior, aleja de la nociva sobreprotección de los gimnasios. Nos explicamos. Si el deporte X es de gimnasio lo más apropiado es que se practique en el gimnasio  con las máximas condiciones ambientales a doc controladas. Pero si el deporte es de exteriores ¿qué hace ese individuo en un ambiente donde no pega el viento, el sol, la lluvia ni hay cambios de temperatura ni se echan a andar en la sangre los mecanismos de altitud-oxigeno-glóbulos rojos?


En la carretera Ex Convento-La Venta( 2,950 msnm). Comienza el ascenso.Temperatura: 2 grados C. 


La práctica por excelencia es trotar en media montaña, al menos una vez por semana. En México se entiende por media montaña la que va de los 2,000 msnm a los 4,000. En la cadena montañosa que hace el Valle (Cuenca) de México hay una cantidad inmensurable de posibles rutas para trotar. Se siguen las ya conocidas, otras se inventan y otras más se reinventan con variables.



Ofrecemos la ruta que Armando Altamira Areyán y yo hemos recorrido desde hace años. La carrera por el camino mencionado es responsable en el sentido que evita el esfuerzo extenuante traumático, por lo mismo evita también la acumulación de líquido láctico, y el golpeteo absurdo en rodillas y tobillos. Y, sobre todo, una probable lesión al corazón. Con un solo día de descanso permite meterse  en la pista del valle a trotar de nuevo. El tiempo promedio es una hora de subida y otro tanto de regreso. Si bien no es mucho desnivel sí se desarrolla la ruta en los 3 mil de altitud.

Inicia el camino vertical empedrado

1- Lugar de partida el ex convento del Desierto de los Leones.

2- Correr 800 metros por la carretera asfaltada que va hacia el norte y lleva a La Venta, en la carretera que va a Toluca.

3- En la margen izquierda (lado oeste) es un ascenso caminando por un viejo camino empedrado (tal vez desde el siglo diecinueve) hasta el cruce más arriba con un amplio camino de terracería. Es el que llevará a La Forestal.

 4- Hacia el sur un kilómetro y medio siguiendo la vía verde interrumpida. Este camino continúa hasta terminar en una pendiente de más elevación  conocida como El Pantano (ver plano línea verde interrumpida) . Antes, en la “Y” griega, se abandona este camino y hay que dirigirse, también en dirección oeste.

5-Medio kilómetro más adelante, al final de una subida, se llega al lugar conocido como La Forestal.-Cruz Blanca. En el lugar hay varias cabañas construidas a base de árboles desde al menos un siglo y otras de construcción reciente para la guardia forestal.

6-Descenso (ignorando ahora el camino empedrado) por el camino de terracería que conduce, después de numerosas vueltas, a la carretera asfaltada Venta-ex Convento. En el punto de contacto con la mencionada carretera asfaltada (ver la línea verde interrumpida del plano), hay una caseta del guardia forestal.

7-Regreso al ex Convento por cerca de dos kilómetros.

El regreso


NOTA

Con la idea de proteger al corazón de un esfuerzo, o velocidad excesiva, en el ascenso, se puede observar el ritmo cardiaco mediante el equipo especial reloj pulsera-cinta con aditamento sujeto en derredor del pecho. El reloj indica la cantidad de pulsaciones.

O, de manera empírica, cuidar que el ritmo cardiaco no rebase las pulsaciones señaladas por la medicina del deporte. Consisten éstas en observar la cifra de 220 menos la edad. Tomado el ritmo cardiaco en la “muñeca” de la mano o bien en la yugular, el resultado va a ser las máximas pulsaciones permitidas. Hay que hacer hincapié que son las “máximas permitidas”. Quiere decir que hay que evitar llegar a esta cifra y mantenerse un poco por debajo de ella.

Ejemplo: 220 menos 80 años de edad=140 pulsaciones por minuto.

Por lo tanto es recomendable mantener la velocidad hacia las 120 pulsaciones del ritmo cardiaco. Ofrecemos una frase del doctor Alexis Carrel, Premio Nobel de Medicina, en 1930 y autor del libro La Incógnita el Hombre: “Tan nocivo es el sedentarismo como el sobre entrenamiento.”



Quizá parezca una ligereza de redacción  la cifra de 80 años de edad. El autor de esta nota tiene a la sazón 76 años de edad. Y la pregunta es: ¿por qué no trotar hasta los cien años de edad? (por lo pronto, después ya veremos).

La dificultad del alpinismo no está en las montañas sino en el alpinista.

Alpinismo y doping

Alpinismo y doping


La montaña es el “terreno de juego” donde el humano tiene la oportunidad de encontrarse cara a cara con su salud o con su enfermedad. Con su yo o con su ego. En otras palabras, practicará la versión ortodoxa del alpinismo o la heterodoxa. Desde el punto de vista de la libertad individual las dos son válidas. Como sucede en la vida de la ciudad, unos son abstemios y otros no lo son. ¿Y a quién le importa? A escala macro tiene sus repercusiones sociales pero esa ya es otra historia. A diferencia de otros deportes, en el alpinismo no hay jueces que sanciones el dopaje.

La expedición francesa en la conquista del Annapurna


Numerosas marcas s e han superado en los deportes por la vía del doping. Como se sabe, la práctica del doping, en los deportes, es sancionada por echar mano de energías más allá de su potencial natural y aventajar de manera fraudulenta a los otros. Muchos países, quién sabe si todos, han recurrido a esa medida subrepticia. Son los llamados “campeones de laboratorio químico”. El precio que pagan estos atletas en lo individual es alto. Esterilidad en las mujeres, desarreglos hormonales en los hombres, amputaciones de miembros, decesos, etc. Algunas veces se descubre la trampa y otras no.



Como sea, el record no se anula y queda como registro de marca oficial. ¡Un nuevo record se ha implantado!



Es sumamente difícil para la práctica ortodoxa que alguien se aproxime siquiera a esos tiempos y a esa “perfección química”. Mucho más difícil que pueda superar la marca. Tal vez el caso más documentado es el de la República Democrática Alemana, en los años sesentas del siglo pasado. Mucho de su impresionante medallero olímpico, y de otro tipo de competencias deportivas, tenía bases anabólicas fraudulentas.



Esta situación se da también en el alpinismo. Hay casos documentados, confesados, por los propios autores. Debemos de reconocer aquí su sinceridad de estos autores pues de otra manera no tendríamos datos bibliográficos para referirnos a esa situación. Fueron utilizados los dopajes en situaciones de emergencia al verse en la disyuntiva de renunciar a la cumbre o ingerir pastillas. Eso los marcó para pertenecer al alpinismo ortodoxo o al heterodoxo. Porque, efectivamente, también hay casos en que s e decidió renunciar a la cumbre antes que entrarle al doping.



El Nanga Parbat, en el Himalaya, se consiguió mediante doping por Herman Bull. Leonel Terray escribe que en la Cordillera Blanca del Perú también tuvieron que recurrir al doping para efecto de poder conquistar la cumbre. Mauricio Herzog, en la conquista que la expedición francesa hizo al Annapurna también lo consigna.

Y entre la medicina autorizada y el doping, los franceses en la sur del Aconcagua empezaron a beber coramina hacia los 6 mil. Y Herzog en el Annapurna mojaba terrones de azúcar empapados en adrenalina. Bull en el Nanga Parbat tomó tantas pastillas que, describe, empezó a ver elefantes color de rosa.



Cada quien persigue sus fantasías como puede. Insistimos, nadie tiene derecho a criticarlo, es su vida y su dinero que gasta en la expedición (salvo que ésta sea patrocinada por el Estado).

Pero nos interesa hacer la anotación que el alpinismo ortodoxo no es eso. El alpinismo es un deporte que, precisamente, busca alejarse de los cuadros patológicos como el sedentarismo, el estrés, la rutina agobiante de la ciudad que lleva la neurosis colectiva. Sobre todo busca la situaciones estéticas como la belleza geográfica, la solead terapéutica, el alejamiento momentáneo para que luego tenga el individuo un reencuentro con los grandes valores de la sociedad del valle.



La contratesis es que también hay casos documentados de montañistas que renunciaron a la cumbre antes de recurrir al empleo de sustancias químicas. El Duque de los Abruzos en el K-2. Los suizos en el Everest se quedaron a unos metros de la cima antes que tuviera lugar la conquista de Hilary y Tensing. Güssfeldt en el Aconcagua pudo haber sido el primero en llegar a su cumbre pero renunció a unos metros. Por nuestra parte hemos intentado tres veces dar la vuelta al Pico de Orizaba, en la cota de los 4,200, y sólo una vez lo hemos logrado (ver ficha en este mismo blog: La conquista del Pico de Orizaba,18-22 diciembre de  2003). Felipe Sosa intentó una variante en la norte de Las Goteras, saliendo desde la repisa del lado oeste, y tuvo que abandonar después de varios intentos.



Otra de las cuestiones que busca el alpinista es conocer sus potencialidades naturales. La audacia y el miedo serán sus sinodales. Hasta dónde normalmente puede llegar. Pero esos límites no los puede conocer el “superhombre químico”. Más allá del empleo, aceptado, del oxigeno, que tiende a compensar todo ese proceso de altitud-oxigeno, glóbulos rojos, está el “superhombre químico.”

Era el tiempo en que Alexis Carrel, Premio Nobel de Medicina,alertaba contra el doping: " Un órgano sometido a superactividad, influencias tóxicas y estímulos anormales, se usa más de prisa que los otros. Y su vejez prematura acarrea la muerte el organismo." Pero no le hicieron caso.



Y eso es todo. La cuestión se reduce a decidirse por el alpinismo ortodoxo o por el heterodoxo.

Safranski y la magia del Romanticismo

El Romanticismo   fue una mezcla de individualismo y universalismo. Tuvo lugar, o empezó a definirse, en la Alemania del último tercio del siglo dieciocho.

La revolución francesa le sirvió de punto de referencia. El hombre parado en el centro, ya no del universo, sino en el centro del mundo, liberando al hombre. Pero el hombre que es susceptible de un solipsismo general tal que se puede convertir en el peor enemigo  de la sociedad.

Descubrir, en el juego de la razón viva y la razón abstracta (se les llama comúnmente Ilustración y Romanticismo, respectivamente), que alguien te quiere apartar de tus símbolos, rituales y tabúes, sólo para llevarte al  campo  de sus símbolos, rituales y tabúes. Es el juego que juega la humanidad desde antes de salir de las cavernas. Lo que va cambiando son las etiquetas con las que se les designa.

Novalis
Otro elemento que va a entrar  en juego es el aburrimiento. El miedo a la rutina laboral que va a requerir toda la atención, tiempo y fuerzas para la producción y el consumo, como c osa inmediata que no deja lugar para la cultura y el esparcimiento. Por lo mismo   se hace presente  la necesidad de asomarse a nuevos cielos, otra literatura, nueva poesía.

 Si el pueblo tiene la suficiente información se dará una muy sana y muy envidiable confrontación dialéctica de ideas, principios e intereses. No para eliminar si no para  complementarse y enriquecer modos de vida. Si no tiene la suficiente información,  veremos a un zorro que   se lleva para su madriguera a un pollito recién nacido. 

Ese juego se da en los niveles altos. Cuando un Poder Legislativo le escatima recursos a la universidad pública, y a la educación pública en general, le está haciendo el juego al zorro. A la sazón hay  muchas universidades públicas, de los estados, en México, que  ni siquiera cuentan con recursos  para pagar de manera regular  los sueldos de los académicos y de los trabajadores manuales, no hay aguinaldos, las prestaciones son miserables, mucho menos hay presupuesto  para hacer investigación científica y cultural  ni difusión.

El Romanticismo alemán fue un mundo, casi loco, con la suficiente información, que entró decidido en la práctica dialéctica. Ministros protestantes que brincaban de la teología a los campos de la filosofía y acababan en un delirante narcicismo. Otros, militantes del protestantismo que se pasaban al terreno del pensamiento lógico y, posteriormente, al estilo de San Agustín, se convertían al catolicismo: En Rüdiger Safranski (El Romanticismo, una odisea del espíritu alemán) encontramos:

“A los románticos les une el malestar ante la normalidad, ante la vida cotidiana. ¿Cuál es su vida en Alemania en torno a 1800? En primer lugar, es la vida cotidiana de escritores, es decir, de personajes para los que los asuntos espirituales no son una bella cuestión secundaria, sino la principal, y para los  que lo espiritual está unido todavía con lo religioso. Y eso no ha de sorprendernos, pues muchos de ellos descienden de familias de párrocos. Ciertamente, también entre ellos la Ilustración ha vaciado la antigua fe. Más por eso mismo, para proteger la vida ordinaria frente al desencanto, prospectan nuevas fuentes de lo misterioso. Las encuentran en el espíritu poético, en la fantasía, en la especulación filosófica y a veces también en la política. Aunque sea una política que pertenece  al reino de la fantasía.”
F. Schlegel otro impulsor del Romanticismo

El Romanticismo fue una actitud en contra de lo que se veía venir, y de hecho ya estaba en puerta, y es el capitalismo neoliberal y la ciudad industrial que enajena  al humano volviéndolo una máquina ciega de producir y consumir. Apartándolo del universo de la cultura.  Novalis, uno de los románticos, escribió: “La forma moderna de pensar convierte la música infinitamente creadora del universo en el matraqueo uniforme de un molino monstruoso”.

El Romanticismo es la protesta contra un mundo donde reina la utilidad sin fantasía “y hace sospechoso el talento humano para la trascendencia y la imaginación”. Un mundo donde no tiene que haber mitos porque el mito distrae de la producción y el consumo. Safranski se pregunta: “¿Qué es una vivencia mítica? Es una vivencia potenciada, a la que se abre una inesperada plenitud de significación.”

La solución aristotélica es el individuo en la ciudad industrial, que produzcas en la fabrica en la perspectiva de la plus valía pero que, a la vez, frecuente con asiduidad la cultura universal y viaje en aras de la magia y de la poesía. Dicho de otra manera: ni puro Romanticismo ni pura Ilustración. O una buena dosis de Ilustración Y otra de Romanticismo.

Fue Friedrich Schlagel, uno del Romanticismo filosófico histórico, que vio la necesidad de separar y, a la vez, de  integración de los dos modos de pensar y vivir.Safranski, por su parte, termina su obra mencionada con las siguientes palabras: "no podemos perder el Romanticismo...El Romanticismo despierta nuestra curiosidad por lo completamente diferente.Su imaginación desencadenada nos otorga los  espacios de juego que necesitamos"

La idea del alpinismo moderno




Todo fracaso en alpinismo es un gran logro.

Si estamos abiertos a aprender la lección.




Son los hitos en la montaña los que sirven de base al concepto de alpinismo moderno.
La conquista de la ruta de Los Murciélagos, Cerro Chiqiuhuite,D.F.México. Libro Alpinismo Mexicano, ECLALSA, 1972) La flechita señala la ubicación del escalador.



¿Alpinismo moderno o alpinismo contemporáneo?

El fondo de este tema es en realidad qué característica define el tipo de alpinismo. Hay dos prácticas de alpinismo. A) La que todos hacemos, que es el de repaso. Recorrer las rutas que otros antes abrieron. Ahí aprendemos, ahí conocemos nuestros límites, ahí perfeccionamos nuestra técnica y ahí maduramos en experiencia alpina. Pero, bien visto, hasta ahí no hemos aportado nada al alpinismo.

B) Es la etapa de la realización original, el abrir rutas nuevas. El alpinismo moderno se escribe en estos hitos, sin importar la distancia entre las fechas de los mismos.

Escalada solitaria en la norte de la Benito Ramírez,Macizo de Las Monjas, Chico, Hidalgo, México.En libre, sin cuerda y con botas(documentada en el libro Alpinismo Mexicano ECLALSA, México,1972 ).


Ponemos, por ejemplo y al azar, algunos nombres que conforman el alpinismo moderno: Fraile de Actopan, Hidalgo México,1934,Enrique Elizaga- Matterhorn, 1865 por E, Whymper-Norte del Materhorn,1931 por los hermanos Schmid- Ogro,1938 por Heckmair-Grandes Jorasses,1935 por Peters y Meier-Popocatépetl,1287 por Chalchihuitzin-Norte (directa) del Abanico, Popocatepetl),1956,Martínez y Hernández-Norte de la Benito Ramírez, 1952 (Chico Hidalgo, Macizo de Las Monjas), por Raúl Revilla, etc.

Lejos de ser una idea exótica, la explicación es sencilla. Mientras no hay nuevas rutas, en la montaña, no se mueve el devenir alpino. Todo está estancado.

La confusión se origina en la utilización del concepto.

Es correcto decir "alpinismo contemporáneo" para designar lo que sucede dentro de una generación.  Hay modernidad en un modo en el vestir o en un nuevo color en el arnés para rappel o un nuevo ascender o una boina de nuevo estilo. Pero nada de eso cuenta para hacer que la historia se mueva.

¿Qué podría indicar de diferente una ascensión alpina al Popocatépetl, en el siglo diecinueve,digamos por la ruta de Las Cruces,por otra realizada en el siglo veintiuno,por las mismas Cruces? Nada, sólo el tiempo objetivo,que es de la Mecánica.

Antes subían con suéter y encima un saco de vestir y ahora un anorak de plumas.Todo sigue dentro de la fenomenología.

El alpinismo moderno, en cambio,contiene el acto de voluntad de la innovación.Y este acto de la voluntad es esencial,vital,es decir,fuera del fenómeno.Pertenece al tiempo vital.

 Al alpinismo moderno lo representa un estructura vital, una coetaneidad, no una sucesión de automatismo matemático generacional.

El alpinismo moderno es al estilo del conocimiento al que Kant se refiere.Ir más allá de lo ya conocido: "El conocimiento no es un enunciar sin sentido,o de puras palabras, sino que es una serie de afirmaciones,cada una de las cuales añade positivamente un nuevo saber objetivo,un nuevo conocer objetivo a los que antes habían sido alcanzados." (Crítica de la razón pura)

Es bello subir por donde otros se nos adelantaron.Nosotros hemos ascendido por rutas abiertas mucho antes que naciéramos.Ahí aprendimos a escalar.Ahí conocimos nuestras potencialidades. Varias veces la norte de la pared Benito Ramírez o la norte de la Rosendo de la Peña, ambas rutas en el Circo del Crestón,arriba de Chico,Hidalgo, México.

Pero si se quiere incurrir en el alpinismo moderno,no hay otra que agarrar la cuerda y el martillo y subir por donde nadie antes lo ha hecho.

A eso se reducen las categorías de alpinismo contemporáneo y al alpinismo moderno.

Los mismo vale para el aspecto intelectual del alpinismo. Ya en los libros de técnica alpina, en novelas, en poesía, historia, etc.

Aprendimos mucho del libro de Máximo V. Wada, La Técnica del cable en la escalada,  de  Ernesto Mallafré, Escalada y de las bellas novelas de Roger Frisón Roché, de Saint Loup... Estamos en la practica A) señalada más arriba.

Las nuevas generaciones de alpinistas, y andinistas, tienen la palabra para mover la historia hacia la etapa B.




Las Monjas, Chico, Hidalgo, México. Flanco norte.


Sólo los nuevos hitos en la montaña pueden garantizar que el devenir alpino deje su inmovilidad y otra vez avance. El concepto de alpinismo moderno, entonces, s e basa en  la apertura de nuevas rutas.

¿Escala de dificultades en la escalada?

No captan el objeto, crean el objeto.

Apresurémonos a decir que, en materia de alpinismo, las condiciones climatológicas y de altitud, de la región, son las que van a imponer las condiciones en las que al individuo le está permitido actuar.



Igual que en la playa andamos descalzos y casi desnudos y en el Polo Norte con botas y forrados hasta las orejas. Es la misma lógica.


José Méndez Tejeda, en la pared de Los Perros, Salazar,Edo. de México.Sube en libre, sin cuerda y con botas

Según la altitud, la temperatura le permitirá subir en tenis y camiseta o tendrá que llevar chamarra de plumas y botas. Va a depender de la altitud (m.s.n.m.) y la temperatura. Se podrá colgar de la saliente de un milímetro, por la consistencia del terreno, o bien, tendrá que hacer derroche de equilibrio en una roca erosionada por la denudación.



Un sexto grado pero ¿en qué altitud? Un diedro de cinco metros de elevación, a la altitud de 2 mil  metros, va a exigir otro modo a los 5 mil. Otra cantidad de oxigeno en la sangre (sobre todo), otra temperatura, otro equipo, otros vientos, otro estado de la roca, otra ropa, otro tipo de calzado. Esto nos llevaría a hacer una tabla de dificultad para los 2 mil, otra tabla para los 3 mil, otra tabla para los 4 mil otra tabla para los 5 mil…


Para mayor comprensión del asunto ponemos una analogía: pregunten a los atletas si es lo mismo correr en los 2 mil m. s.n.m de la ciudad de México que en los 4 mil m.s.n.m de la ladera norte del Nevado de Toluca.



Otras cuestiones son también definitivas, como las que van a estar influenciadas fuertemente por modos tales como la distancia, en la que se desarrolle la ascensión, con respecto a la ubicación de la presencia humana. No es lo mismo escalar en las rocas de ciudad universitaria, de la ciudad de México ( 20 grados centígrados y 2,200 m.s.n.m. y en el epicentro de miles de gentes, con servicios médicos de emergencia, a sólo cinco minutos de distancia), que en los solitarios parajes de las rocas próximas al albergue del Teotl, norte de la montaña Iztaccihuatl, 10 grados bajo cero, 12 kilómetros de distancia bosques arriba y más de 2 mil metros de desnivel.



Y, lo subjetivo del asunto:

-Este paso que acabamos de superar es de un 5.8

-No hermano, yo creo que es de un 6.9

-A mí me pareció de un 3.7

Todo se reduce a una falla en la consideración de origen: no captan el objeto, crean el objeto.

Humano, según Aristóteles

¿Un asesino serial es humano? Para Derechos Humanos sí.

Para la religión espiritual, el cristianismo, que vendría cinco siglos después de Aristóteles, también. Todo ser, hombre y mujer, es un humano e hijo de Dios como cualquiera, sea sabio, ignorante, pícaro, santo, pobre, rico, sano, enfermo… Derechos Humanos es una institución humana mediante la cual podemos comprender mejor el modelo divino  mencionado.

Tanto en el cristianismo como en Derechos Humanos todos son humanos. Al estilo de un maratón donde todos los corredores participantes reciben una medalla, así sea el último que llegue a la meta. Por el “solo” hecho de nacer, ya es humano.

Para Aristóteles, en cambio,  ser humano es una categoría que debe ganarse. Igual que s e obtiene un certificado  que lo acredite como carpintero en una escuela técnica o un título en la universidad.

Aristóteles
Las dos cuestiones que tiene que librar el individuo, para considerase humano, son inteligencia y moralidad: “La personalidad humana parece depender, a un grado sin duda excesivo, del desarrollo de la inteligencia y de la moralidad”, anota Gosselin, uno de sus biógrafos, en su obra Aristóteles.

Para no escaparse por la tangente, con uno de los mil argumentos, respecto ¿qué es la virtud? Aristóteles quiere ser preciso en la definición y no dejar cabos sueltos.  Dice que el virtuoso es el que ha sabido dar a su voluntad, y a sus gustos, un valor “que la haga conforme al bien universal de la naturaleza razonable.”

Cualquier lector de esta nota, con información, sabe que en este punto se abre todo un mundo de interrogantes que hicieron llenar a Sócrates-Platón varios libros. La inteligencia s e desarrolla, para eso vamos a la escuela. El problema es  con la virtud. Regresa la pregunta que hizo el viejo Sócrates: ¿Por qué Pericles no pudo enseñar a sus hijos a ser grandes como él lo fue?

Ahora sabemos que ni Jesús pudo hacer a su semejanza a sus primeros apóstoles. Esta tarea se la dejó a una instancia ilógica, extra intelectual, es decir, fuera de la causalidad: el Espíritu Santo.

Como sea, nuestro mundo moderno tiene una apreciación que cuestiona, al igual que lo hizo Aristóteles, que cualquier individuo constructor de ciudades, puede considerase como humano. Ante los asesinos seriales, los tratantes de personas, los estafadores, los agiotistas, los explotadores de trabajadores, etc. salta la expresión que alguna vez hemos dicho: ¡eso es inhumano!”. Es decir, o parece que  queremos decir, que  no todos, él o la, que así actúan, pertenecen a la humanidad. Para ello es preciso que viva “conforme al bien universal de la naturaleza razonable”.

Novela de N. Hawthorne: La letra escarlata

La letra escarlata es un estigma.

De manera obligatoria deberá llevarse bordada en la ropa, a la altura del corazón, cuándo se ha cometido una falta contra las costumbres morales del Boston de los primeros siglos. Es una sociedad cristiana que  busca a toda costa vivir en la pureza, no en el amor en Cristo.

Nigromancia era el cargo que la sociedad de Boston hacía en esa época a todo aquel que no seguía las reglas del puritanismo religioso. Por lo general los sospechosos de  de practicar ritos nocturnos y en medio de la selva, acabaron en el cadalso. Aunque había el rumor que acababan en el cadalso no por tener relaciones con el Malo, sino para silenciar y no revelar nombres de individuos licenciosos que pasaban por respetables.

Tanto Platón como Aristóteles, aun en tiempos  considerados como paganos, cuando lo que se perseguía era el paradigma de la virtud, al tratar  el asunto de la conducta cívica, para el gobierno de su utópica ciudad, ya habían considerado como imposible el advenimiento de una virtud perfecta. Los puritanos de nuestro relato consideraron que sí era posible esa virtud perfecta y cayeron en la deformación.

Con pulsiones naturales imposibles de ignorar, la sociedad quería realmente vivir en la pureza. Para tal efecto las costumbres eran sobrias en su manera de hablar y de vestir. No reían y su ropa era de “color” negro. Sombrero alto negro y barba negra. Sólo reían y se permitía caminar despreocupadamente cuando en la ciudad había cambio de autoridades civiles.  En esta ocasión hasta s e mezclaban en la plaza con los marineros y gente así considerada de moral relajada.


El autor utiliza el recurso literario de retrospectiva, o flashback, un poco al estilo de la novela policiaca, donde la acción de los personajes va  saliendo a la luz casi hasta el final de la obra. Recuerda a Faulkner.


Traumática para el individuo es una sociedad laica sin ética y carente de moral,  tanto como un mundo religiosos tan fanático que emplee el cadalso para sancionar la conducta. Este es un punto  delicado que se ha politizado durante siglos. Los cristianismos ortodoxo y liberales han tenido cada uno de ellos la presencia real, histórica, conocidas como “inquisición”, con sus instrumentos  de tortura tan crueles unos como los otros.

En el fondo era un camino de control para que el protestantismo no entrara a los países católicos y, al revés, para que el catolicismo no penetrara, o bien fuera erradicado, en los países protestantes. Lo que se buscaba, detrás de la mampara religiosa, era defender sus intereses políticos y comerciales. Las terribles anatemas que conoce la historia son versiones candorosas para gente carente de información histórica. O, como escribiera Nietzsche, un puro periodismo para entretener las lecturas dominicales  de los jubilados. Se han escrito mil libros respecto de este tema pero en realidad no eran más que el equivalente, en las leyes civiles, que las policías secretas tratando de cortarle el camino al enemigo.

En La Letra Escarlata no es ese el leit motiv. Es el cadalso que se alza realmente, en la ciudad de Boston, Massachusetts, Nueva Inglaterra, por una sociedad puritana para castigar  a uno de los suyos. A una mujer, de su misma religión, que ha cometido una falta de infidelidad. Ella se llama Hester  Prynne y él, Arturo Dimmesdale.

Sólo que Arturo es un brillante ministro de esa comunidad y es tenido a la par de excelente orador religioso, casi como un santo. En los países católicos cuando un sacerdote, católico, comete una falta, es señalado sin piedad por los seglares, haciendo mucho ruido político. En los países protestantes un ministro que cae en falta es también señalado, pero sólo por su propia comunidad religiosa. Y, en los tiempos que transcurre nuestro relato, hasta el cadalso  pendía sobre su cabeza.

El esposo de Hester  es un hombre anciano. Su papel  en   la novela  es tremendamente contradictorio. No nos es posible vislumbrar siquiera si el tribunal celeste lo envió al infierno o le abrió las puertas del paraíso.

Conoce la infidelidad de su esposa y sabe quién es el seductor. Mantiene el asunto en secreto y lo utiliza para manipular de manera perversa a los dos amantes. Hasta el extremo de destruirlos. Amantes ocasionales, por  cierto. Se aman pero quedaron tan aterrados de lo que habían hecho que no vuelven a encontrase en ese terreno.

El ministro Dimmesdale acaba aniquilado por el remordimiento. Como se ha dicho, ama a Hester pero es un hombre de religión, genuinamente espiritual, que no sabe cómo encontrar la clave del enigma. Y muere.

Hester debe llevar, durante siete años, impuesta por la autoridad, la letra escarlata, prendida en su ropa, a la vista de todos. Se encuentran y deciden marchar  y empezar una nueva vida, lejos de los fanatismos. Pero para él ya es tarde.

 Al final el esposo de Hester, Rogerio Chillingworth, también muere. Pero deja una cuantiosa fortuna a Perla, que así se llama la hija, producto de la infidelidad. Perla, ya crecida, s e va a vivir a Inglaterra, de donde sus padres habían huido debido al fanatismo religioso de la metrópoli, pero que ahora le parece a la hija  que, en materia de religión, aquí soplan vientos frescos, en comparación con Boston.

Asimismo, Hester Prynne, vive sola sus últimos años, en Boston, beneficiada, de alguna manera, por la herencia de su anciano y tortuoso marido…

Aristóteles y el gobierno estable de la ciudad

Aristóteles

Aristóteles
M. D. Roland-Gosselin
Editorial America
México
1943

El hombre fuerte va a llegar si la sociedad no se organiza debidamente y lleva en orden los asuntos de la ciudad. La ciudad s e inventó para el estudio, el trabajo digno (bien pagado y con prestaciones), el alimentarse, la expresión libre, el esparcimiento, el orden y la seguridad. Si el gobierno falla, llega el caos. Existirán las condiciones para que alguien, desde dentro o desde fuera, provoque el caos. Entonces, ricos y pobres, llorarán su perdida libertad.

Hay que decir que en tiempos de Aristóteles una ciudad se componía de unos cuantos miles de individuos “fijos”. Eran las ciudades- estado. Decía el filósofo  una cifra, de una mega ciudad,  que tal vez nunca se llegaría a alcanzar y eran necesarios evitar a toda costa llegar a ella:   cien mil. Cien mil sería su fantástica mega ciudad.  Las megas ciudades del siglo veintiuno, como las de Japón, Estados Unidos, Brasil y México, jamás pasaron por su mente. Sin embargo, el principio por él mencionado, para el gobierno de la misma, parece que ahora es tan necesario como entonces.

Menciona varias incongruencias como fuente de inconformidad. A los obreros s e les exige todo y a los políticos nada: “Sócrates tenía razón cuando deploraba  la incompetencia  de los que se mezclan en los negocios públicos sin preparación, en tanto que el menor de los obreros  tiene que aprender su oficio si quiere triunfar.”

En tiempos del filósofo lo que se estilaba era la monarquía pero, que al no cumplir con las necesidades de la gente, era un cuerpo en descomposición que tendía  a corromper todo: “El mejor gobierno, es decir, la monarquía, se transforma  entonces en el peor, que es la tiranía.”

La solución  para el filósofo era la clase media de la sociedad. Lejos de la  ambición de los ricos y lejos también de la ignorancia de los pobres. ¿Cómo erradicar la ignorancia en los pobres  y cómo mesurar la ambición de los ricos?:”Al debilitar los extremos,  obligándolos a apoyarse  en el centro para hacer valer sus reivindicaciones, se aseguraría al Estado la mayor estabilidad posible.”

Es probable que, de  esta idea de Aristóteles, el famoso “terminar medio aristotélico”, haya quedado desde entonces  la idea del “centro”. Todos quieren ocultar su extremo. Su extremo está en la declaración de principios de los partidos y de los sindicatos. Pero la declaración de principios muy  pocos la conocen. No la leen. Por eso en el discurso, tramposamente,   los partidos  dicen en la calle: “somos del centro-derecha” y los otros: “somos del centro-izquierda”.

La dictadura, el hombre fuerte, casi no se menciona en esta parte del trabajo de Gosselin. Pero está omnipresente. Esperando que algún extremo, ya en el poder, se revele tal cual es y caiga en la desmesura. Será el tiempo que todos empezarán a añorar su perdida libertad.

Ovidio y la leyenda de (Hécuba) La Llorona

Coatlicue (Museo Nacional de  Antroplogía e Historia, ciudad de México)
Las metamorfosis
Plubio Ovidio Nasón
Editorial Juventud, S.A.
Barcelona
2002

Mucho pueblos tiene la leyenda que consiste en  escuchar un grito de mujer, prolongado, como lamento, que vaga  entre la noche. Tan real y lastimoso que espanta a los más templados.

 Hasta donde conocemos, este primer grito lo lanzó Hécuba, la reina de Troya, cuando los griegos destruyeron  la ciudad y ella era arrastrada por los cabellos  y llevada  como esclava. El relato se encuentra en el Libro XIII de Las Metamorfosis, de Ovidio.

Hécuba tuvo de Príamo una abundante descendencia que según las fuentes va desde los 14 hijos que le da Apolodoro a los 50 que propone Eurípides, pasando por los 19 de la tradición más extendida. De sus hijos los más famosos son Héctor, Paris, Casandra, Héleno, Políxena y Troilo.

Sigue diciendo Ovidio: “La infeliz esposa de Príamo, después de haberlo perdido todo, pierde la forma humana y, con un nuevo ladrido, llena de espanto los aires extranjeros. Ahí donde el Helesponto queda encerrado en un largo trecho.” Se le asociará en adelante sobre todo en lugares con agua como  ríos, lagunas, mar, pozos…

En México el primer grito lo lanzó una mujer, a la que desde entonces s e le conoce como “La Llorona”. Se le atribuye a Coatlicue, la de la falda de serpientes, diosa  madre de los dioses y de los mexicanos, síntesis de sabiduría, de la vida y de la muerte. Situado su monumento en la esquina sureste del  “Zócalo”, de la ciudad capital, fue derribada por españoles y tlaxcaltecas cuando la toma del coatepantli azteca (baja muralla que rodeaba el centro ceremonial  de la ciudad lacustre), en 1521.

El nombre de “mexicanos” es un gentilicio aplicable a los habitantes nacidos  en  la nación mexicana, desde la independencia del poder español, en el siglo diecinueve. Pero en realidad es el nombre propio de una etnia, los mexica, que es lo mismo que aztecas.  Se dice que en el país hay más de cincuenta etnias con sus nombres propios como huicholes, coras, tarahumaras, etcétera que en lo general se llaman “mexicanos”. Esto en reconocimiento de la sobre humana   defensa que en el siglo dieciséis  hicieron los mexica frente al invasor extranjero.

La aclaración anterior  corresponde a  que Coatlicue es escuchada sólo por los auténticos descendientes de aztecas, no por cualquier “mexicano”. Y menos, se comprende, por mexicanos de ascendencia europea o extranjera. Ellos tienen, como es natural, otros mitos y otras leyendas. O bien otras creencias, del pensamiento lógico, lejos de la  magia.

En ese momento, dice la leyenda, se elevó el lastimoso grito de Coatlicue que lloraba por la suerte que les esperaba a sus hijos. El grande y espléndido monolito de Coatlicue fue descubierto  y desenterrado varis siglos más tarde (siglo dieciocho) de su derrumbamiento, cerca de los restos de los monumentos del coatepantli  y rodeada de huesos de los que cayeron defendiendo a México-Tenochtitlán.

Ya consumada la conquista española,  Coatlicue experimentó una sublimación que la convirtió en una diosa-madre, protectora de todos los mexicanos. La mencionada sublimación siguió la ruta de Coatlicue-Tonantzin-Guadalupe. El clero católico suprimió los dos primeros nombres, los de origen mexica, y le puso uno traído de España: Guadalupe.

Esta leyenda, de La llorona, , original de Troya, se ha utilizado o adaptado en las crónicas, el teatro, el cine y la literatura y en la conseja popular, de todos  los tiempos. Ya como madre terrible, al estilo de Medea (que por celos con su esposo es capaz de matar a sus hijos y enseguida gritar llena de dolor).

Pero también, cerrando el círculo, como en el caso de Coatlicue, esos pueblos tienen, de manera central, para todo el país, como Tonantzin-Guadalupe en México, y a la vez regional, o estatal, una diosa, o santa o virgen celestial, con otro nombre y otra representación, que, de manera amorosa, vela por sus hijos.

Los españoles y sus indios aliados, en el siglo dieciséis, destruyeron el coatepantli de México-Tenochtitlán. Se da por hecho que el último día de lucha, el 12 de octubre de 1521, murieron cuarenta mil individuos de ambos lados. En un tiempo que el combate era cuerpo a cuerpo. Excepto lo que se comprende  a  la   distancia de los arcabuces y cañones de los europeos y los que luchaban montados en sus caballos.

Es probable que esta cifra corresponda al estilo biblico donde se da a entender "mucha gente" pero no exactamente el número que se dice. 

Coatlicue, cuya monumental escultura  se erguía en la esquina sureste del coatepantli  de México-Tenochtitlán (hay una placa metálica en el suelo asfaltado que indica el lugar exacto), es derribada por españoles y tlaxcaltecas. En ese momento, dice la leyenda, se elevó el lastimoso grito de Coatlicue que lloraba por la suerte que les esperaba a sus hijos (los aztecas).

Aristóteles y el (problema) asunto de la libertad

Obra:Aristóteles
Autor:M.D.Roland-Gosselin
Editorial:América
México
 1943

Aristóteles
El tema de la libertad del humano, para Aristóteles, es un callejón sin salida. Tenemos libre albedrio para decidir pero ¿en verdad somos libres de decidir?

En la organización del trabajo de una fábrica el maestro cree que decide en su esfera de acción. Pero sólo  sigue el plan trazado por el gerente y éste observa los lineamientos de la junta directiva y ésta por los accionistas y los accionistas por las leyes del mercado nacional y éstas por el mercado  internacional….  En el terreno de la academia sería lo mismo: maestro que cree decidir sus clases, plan de estudios de la facultad, consejo académico, estándares internacionales de la calidad académica,  presupuesto universitario, necesidad del mercado…

 Aristóteles no quiere recurrir al cómodo expediente salvador del deus ex machina. Si esto hiciera sería un teólogo pero no un filósofo. Se afana por encontrar la respuesta en la esfera humana que es la de la causalidad.

El humano se encuentra inclinado al bien. Se da cuenta de ello por el malestar que vive cuando comete algo malo o indebido. Así pues, él pude escoger entre el bien y el mal. El problema empieza cuando Aristóteles s e pregunta ¿por qué me inclino al bien? Se cree libre de decidir pero ahora se siente entre dos presencias abstractas que lo jalonean: Se encuentra inclinado al bien pero, ¿por qué?:  ¿Y si algo o alguien lo está obligando al bien? ¿Es eso libertad? ”Y en la medida en que su temperamento  personal lo inclinaba al bien, ¿no se encontraba obligado  a elegirlo?”

Su inteligencia práctica del humano parece decirle que, a la luz de la razón, cada uno de nosotros puede escoger el bien o inclinarse por el vicio. Pero su inteligencia especulativa le dice que él, por su libre voluntad, se ha metido en problemas.

Ahora se pregunta que, si se encuentra  en esa situación, agradable, pero que a la vez detesta, ¿no será porque estaba inclinado al mal? ¿Quién o qué lo obliga al mal? Si esto es así todo parece un determinismo  como el   del maestro de la fábrica o  el del profesor del aula universitaria:” ya habituados al bien, y conociendo lo que es en verdad para nosotros, es difícil comprender  cómo una mala  disposición puede adueñarse de nosotros al grado de hacernos ignorar prácticamente  nuestro verdadero bien y hacernos escoger el mal”.

Se revela. Otra vez su inteligencia especulativa le hace ver que está libre de todo determinismo. Porque ahora sabe que tiene dos opciones.  Está equipado para ello. Pero se da cuenta  que, de todas maneras, algo puede estar fuera de su control. Puede ser virtuoso o puede ser vicioso. El decide. Como el padre que le da una moneada al hijo y le dice que se compre lo que él decida…

Aristóteles moralista en el País Sin Nombre

Obra: Aristóteles
Autor:M.D.Roland-Gosselin
Editorial: América
México
1943

 La pregunta es por qué tendríamos que leer a Aristóteles, un pensador tan antiguo. Ya cuando el imperio romano  su obra era vieja,  en sentido cronológico.

Aristóteles
Cuando después de  casi dos mil quinientos años, en pleno siglo veintiuno, se vive en  el  País Sin Nombre, donde al comprar un café te faltan cincuenta centavos en el cambio, donde hay cincuenta millones de trabajadores sin prestaciones, donde  no hay condiciones para que  veinte millones de jóvenes  pueden estudiar ni trabajar, donde hay diez mil contratos colectivos de trabajo de protección para el patrón, donde se abandonan los proyectos sociales pero no los presupuestos que los sustentan, donde dan más miedo los policías que los hampones, donde la trata de mujeres es una industria a pleno sol,  donde los trabajadores ganan dos sueldos mínimos al día y lo diputados y senadores ganan doscientos suelos mínimos al día, donde se precarizan sistemáticamente  las mensualidades a los jubilados y pensioandos, donde el vecino echa su basura en tu puerta…Entonces surge otra pregunta: ¿por qué se dejó de leer a Aristóteles?

En el siglo diecinueve Ralph Waldo Emerson escribió que la moral es la base de toda legislación. Un Estado puede haber logrado, hasta ese momento, la más perfecta ley general, o constitución, humanamente posible pero, sin moral que la sustente, es sólo basura que llena de letras muertas los volúmenes de la biblioteca de la Facultad de Leyes.

Aristóteles, el más lógico de la tríada con Sócrates y Platón, era un moralista. Gosselin, uno de sus biógrafos, dice: “Aristóteles no hubiera pertenecido al linaje filosófico de Sócrates y Platón sino hubiese concedido a la moral  una atención privilegiada.”

Es un mundo seglar, laico, que para los pelos de punta cuando se habla de moral porque se cree  que se pisa el terreno de las cuestiones abstractas. Aquí Gosselin sigue diciendo que la moral es cuestión practica: “la moral es ciencia practica. Estudia la acción humana no solamente para conocerla, sino para dirigirla  eficazmente.”

 La moral tiende al bien pero, ¿qué es el bien? Y Aristóteles responde: “Es dirigir por la razón toda nuestra vida…vayamos más lejos. Debe ser un bien que convenga a nuestra naturaleza  de hombres. No somos plantas ni simples animales. La planta y el animal tienen cada uno su naturaleza, Su bien, su perfección. Igualmente el hombre. Entonces, sabemos qué bien, qué perfección,  nos corresponde, si sabemos lo que somos.”

Mural dedicado a Don Quijote en la Universidad Nacional Autónoma de México.


La Facultad de Veterinaria  tiene un monumento a la dialéctica protagonizada por la razón y la sinrazón. No se asusten. No es un pensamiento etílico o mescalinero. Estamos hablando de Sancho Panza y Don Quijote.

 En realidad es un mural revestido   con muchos cuadritos de porcelana estilo de la que se hace en Puebla, que llaman de Talavera. Cada cuadrito representa un escena de la novela de Miguel de Cervantes Saavedra. Ojalá que los trabajadores de la UNAM y todos se den una vuelta y la conozcan. Los que ya  leyeron esta obra  identificarán algunas escenas. Los que no, será un modo ameno para agarrar contacto con ella.

 Parece que la lectura de esta obra se dificulta a los mexicanos por varias causas. Lo correcto sería decir “por varios efectos”. Pero no se acostumbra decir el resultado antes del origen. Lo normal es decir “la causa y el efecto”. Y aquí la causa es que se trata de un autor español. Por razones históricas eso cuenta, aunque usted no lo crea. Casi estamos por apostar que primero leemos La Ilíada, La Eneida, La Divina comedia (y sus dos mil notas aclaratorias), o La Guerra y la Paz, que Don Quijote.

 No vamos a repetir el lugar común  de que el genio es universal y la cultura también es universal. Cervantes es español y España ha dado grandes hombres de letras y, a nuestro parecer, no hay porque diluir ese genio en “lo universal”. Como sea, el genio de Cervantes, en esta obra, no fue que creara dos personajes casi cómicos y que los echara a andar por los llanos de La Mancha y haber qué tanto se les ocurría hacer en el camino.

 Lo que hizo primero Cervantes es querer contar lo que los filósofos de todos los tiempos nos han contado. Que hay una razón y una sin razón.  Es decir, el fenómeno y el abstracto. La materia y la idea. Pero no escribió una historia de la filosofía o un ensayo para decirlo.  Escribió una novela en la que dos estrafalarios personajes van por tierras españolas diciendo y haciendo ocurrencias muy concretas o, muy a doc, con lo que el autor quería decir.

 El mural referido se localiza en la entrada principal de la Facultad. Es decir en la entrada oeste. Una placa contiene la explicación que este mural se encontraba originalmente en la Granja Porcina de Zapotitlán. Desde el 12 de marzo de 1998 está en este lugar de Ciudad Universitaria.

 Las manifestaciones del Humanismo están por todas partes de Ciudad Universitaria de la UNAM, plasmadas en sus murales  y esculturas. Pero de nada sirve que estén ahí sino nos detenemos a verlos. La placa referida dice: “La Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (de la Universidad Nacional Autónoma de México) la ubicó en este lugar para solaz  y memoria de su comunidad”. Lo menos que podemos hacer, ante tan generoso gesto, es visitar este mural. Y, viendo los cuadritos, a lo mejor nos animamos y leemos la novela.

Aristóteles VS Aristóteles

Aristóteles
Autor: M.D.Roland-Gosselin
Editorial América
México 1943

¿Pensamiento lógico o pensamiento ilógico? ¿O pensamiento lógico y también ilógico? En todo caso Aristóteles  es, en este asunto, no  la máquina de deducciones fenomenológicas a la que estamos acostumbrados a leer en él, sino alguien  tan humano como cualquier humano. Cuando su hijo adoptivo, Nicanor, está en peligro eleva sus ojos a Zeus y ruega por él.

 Estamos en el principio del  devenir con sello dialéctico.  Lo propicia el materialista convencido que alguna vez, de todos modos, entra a la Basílica de Guadalupe en México o a la de San Pedro en Roma. Y  el ferviente creyente que, de todas maneras, alguna vez tiene que pisar las baldosas del escepticismo.  San Agustín es uno de los más clásicos ejemplos de esa lucha entre la razón y la sin razón. Ese dudar es como la obra negra, el material en bruto, de la que se nutre la ciencia filosófica.

Aristóteles quiere ver al hombre integrado en la naturaleza.  Este esfuerzo intelectual ha trascendido los siglos. Dieciocho siglo más tarde a su tiempo, en el siglo trece, su presencia se dejaba sentir muy fuerte ya en plena Edad Media. Tal posición ideológica ha hecho pensar que en muchos aspectos va en contracorriente, con respecto a su maestro Platón, que veía más allá de la materia, la idea que animaba a esa materia.

Sin embargo en su biografía sobre Aristóteles, Gosselin opina que fue Aristóteles al que  se debe el término de “teología”. Alguien que estudia a Dios. Gosselin apunta: “Con mayor precisión, en su metafísica, reserva la apelación a los filósofos que tratan de conocer la naturaleza del ser divino…y, en efecto, a pesar de su preocupación por corregir la filosofía de su maestro reintegrando en la naturaleza al ser real, Aristóteles no deja de preguntarse sí, en un sentido que habría que precisar, no habría de retener algo de la enseñanza de Platón, y si más allá de las substancias corporales no habría que admitir también la existencia de substancias inmateriales. Y termina por concluir en su existencia.”

Al igual que otros grandes pensadores, como luego harían Schopenhauer, Nietzsche, Emerson, Aristóteles no puede salvarse de sus propias contradicciones que ya anotamos más arriba. Ese como remolino que hace el devenir de las tesis y las contratesis. Con frecuencia la gente se pregunta ¿qué haríamos con un solo modo de pensar? Aunque teóricamente este modo de pensar  fuera el non plus ultra.  Este mundo sería un gran manicomio. O como los marineros de la antigüedad que nada más comían  papas o patatas. Acabaríamos en el escorbuto cultural.

 La historia  tiene la respuesta. El pensamiento cristiano, la pura teología, se enseñoreo sobre todo de Europa central durante mil años. Y fueron los pensadores seglares, del siglo, laicos, con los teólogos cristianos por delante, que dieron una vuelta de timón y surgió el Humanismo, con su laicismo cultural por delante. Siempre, aun en plena Edad Media,  hubo filósofos pero en adelante ya se fue dando un cierto equilibrio en las corrientes de pensamiento racional y el abstracto. Y los hombres de letras, como Petrarca, empezaron a hurgar entre los viejos manuscritos de los monasterios. Fueron,junto con los árabes, los que desempolvaron las obras de los griegos de la antigüedad.

Hay tal armonía en el universo que  difícilmente puede dejarse su existencia  al azar. No sólo llega a aceptar ese primer motor al que se refiere Schopenhauer (La cuádruple raíz de razón suficiente) sino que es politeísta al hablar  en pluralde inteligencias más allá del fenómeno. Recuérdese que Aristóteles vivió en el tiempo de la democracia celeste, donde había tantos dioses como manifestaciones de la naturaleza:”A pesar de esto, no es dudoso que para él estas inteligencias estaba subordinadas a un pensamiento supremo cuya preeminencia absoluta se deja sentir en el universo entero”.

Aristóteles
Sin embargo este “pensamiento supremo”  no es el que van firmando decretos llenos de determinismo. Es la influencia de la perfección la que se  deja sentir. La que va marcando el camino a seguir para el que la quiera seguir. Igual que hablan los sociólogos de influencias negativas o positivas emanadas de un ambiente tal, así es como hace el Primer Viviente o la Primera Inteligencia o el Primer Pensamiento o como se le quiera llamar.

Aristóteles, creyente en el abstracto, es, sin embargo, el que hurga más profundamente, en su tiempo, sobre el fenómeno. O al revés, el autor de la Gran lógica, llegado el caso, ruega a Zeus por su hijo.

Aristóteles y la “Cuenca del polvo” en Estados Unidos en 1935

En pleno siglo veintiuno se eleva la temperatura local y global.se derriten los hielos en los polos, desaparecen los glaciares en las altas montañas y el mosquito Anofeles vuelve a emerger del pantano y nos regresa más agresiva la mortal fiebre del paludismo. Es hora de recordar a Aristóteles cuando dice que en la naturaleza hay lo que es y lo que no es. Pero, ojo, sobre todo lo que puede ser.

Para Aristóteles la naturaleza es como una meta inteligencia. No va a tonta y a locas dando tumbos. Un ejemplo, para dar avena, prepara todas las circunstancias como tierra, humedad, clima, etc. Quiere dar avena y lo que da es avena, no trigo. Cuando prepara para trigo da trigo, no da manzanas.
"La cuenca de polvo" de 1935

Se podría decir que la naturaleza empieza por el fin, por lo que quiere. Al estilo de un escalador que quiere subir a aquella montaña. Debe empezar por prepararse mental y físicamente, luego la mochila, los crampones, clavijas, nueces, mosquetones, piolet, víveres…Dice Aristóteles: “La causa final  es primera porque su eficiencia se deja sentir no sólo  sobre el efecto por producir, sino sobre las demás causas que concurren a la producción”.

 Los planes del humano tendrían que desarrollarse en esa perspectiva, tomando en cuenta la “intención” de la naturaleza, o plan o causalidad o como quiera llamársele.  Por necesidad,  ignorancia,  corrupción o  antropocentrismo, el humano con frecuencia hace oídos sordos a esta “intención”. Rechaza esa especie de animismo de la naturaleza. Es cuando llega el conflicto. Para mejor decir, el megaconflicto.

Desde el siglo diecinueve los gobiernos de Estados Unidos alertaron, entre su población, la idea de aprovechar las grandes extensiones hacia la costa este para la agricultura. Para tale efecto se dio una tala de árboles en gran escala. Con eso llegó la desertificación y se fueron las lluvias.

 Pero la gran lección, o respuesta de la naturaleza, llegó en 1935. En lo que se conoce como “el lunes negro”. En Oklahoma tuvo lugar lo que  se llamó “La cuenca del polvo”. La gente vio aparecer una densa nube de polvo que se ha calculado en seis  kilómetros de elevación por más de mil kilómetros de extensión. Avanzaba de norte a sur (Dakota, Nebraska, Oklahoma y norte de Texas), lentamente. Los que pudieron escaparon en automóvil. Los otros se atrincheraron lo mejor que pudieron. Por décadas su tala atentó contra la naturaleza y ahora pagaban el precio.
1935

L a otra gran lección que se puede sacar  de este desastre  es la respuesta  que dieron  los norteamericanos, en este caso concreto. Washington, su gobierno en turno, entendió el cuidado que era necesario prestarle a los suelos. Autorizó de inmediato la plantación de 220 millones de árboles, sistemas de regadío y un diseño en los surcos de siembra para contener la humedad. De esa manera, lo que fue un inmenso erial, después fueron grandes extensiones verdes.

Aquí tuvo lugar el axioma de Tucídides.. Las cosas se repiten para que el humano tenga la oportunidad de aprender. Aprender a posteriori. Los años pasados, en diciembre llegó el invierno. Por lo tanto este año, en diciembre, también habrá invierno. Ya  aprendimos eso y, ¿ahora qué? Ahora hay que prevenir. Lugares confortables, ropa contra las bajas temperaturas, alimentos con las necesarias calorías y cítricos, etc.

No obstante, en muchos países del planeta, y uno de ellos es México,  el axioma de Tucídides no se cierra. En temporadas de lluvias los grandes ríos se desbordan, se inundan las llanuras, el agua se mete a las casas habitaciones y alcanza hasta un metro de altura. Entre las aguas de tormenta, que s e revuelven con las aguas negras del drenaje, los cadáveres de los humanos y de los animales, la gente tiene que abandonarlo todo. Muchos mueren  llevados por el torrente. Otros mueren por las epidemias que se desatan por las plagas de insectos y todo lo  que entra en descomposición.

Hasta donde alcanza la memoria y los datos bibliográficos y hemerográficos, eso se da desde hace doscientos años. Rigurosamente, sin faltar a la cita cronológica. Los ríos vuelve este año a desbordarse. Las marcas que dejó el agua la temporada pasada ahí están. Habría que construir arriba de esas marcas. Pero s e vuelve a edificar por debajo de esas marcas…

Esa fue la gran lección de “La cuenca del polvo”. Y de un gobierno que entendió la lección y puso el remedio. Tres años más tarde, para 1938, los suelos se habían recuperado y  la “sequía natural” también había llegado a su final. La filmación, en blanco y negro, muestra a la gente que salía de sus casas en la primera lluvia y, en el exterior abierto, con la cara al cielo, para que el agua cayera sobre sus rostros. Y el suelo ahora era verde.

Es hora de recordar a Aristóteles cuando dice que en la naturaleza no sólo hay lo que es y lo que no es, sino también lo que puede ser.

Emerson y la novela


Su entusiasmo por la novela (porque se lean novelas y se escriban novelas) perfila un estilo muy emersoniano.

Primero recuerda los lugares comunes de este género tales como “Ella era hermosa”, etc. O los temas como las infidelidades amorosas, no menos tautológicos, el asesinato, el dinero, el poder…Quizá sea una etapa por la que pasa el lector de novelas. Así como casi todos tuvimos de niños nuestra etapa de leer a los “comics” o la llamada novela negra de detectives y hampones o las subidas de tono erótico. Todo es parte del paquete de la formación (habito) del lector de novelas.

Hasta que va reduciendo su lista de autores según su particular modo de ser, leer, pensar y actuar, a no más allá de una o tal vez dos docenas de autores: “considera  lo que tú mismo posees en la más pequeña biblioteca selecta. Una colección de los hombres más sabios e inteligentes que se pudieron seleccionar de todos los países civilizados en mil años y que han puesto en el mejor orden los resultados de sus conocimientos y de su sabiduría.”

Considera que hay libros malos y libros buenos. Es necesario aprender a distinguirlos a través de la práctica de leer. Buenos en la perspectiva de avanzar en la elevación de los pensamientos y las actitudes para el individuo que redunde en una mayor calidad de vida para la sociedad. La regla de oro sería atender el dicho de “dime quién eres y te diré que lees”. No al revés. Si se leen cuestiones edificantes o vulgares. Cuando ya se han superado las etapas que mencionamos más arriba.

 En otras palabras, creemos, hasta la paranoia,  que el mundo es malvado,  porque vemos noticieros televisivos o escuchamos la radio que reflejan un mundo bajo, lo mismo que los titulares de los periódicos. Lo que están haciendo, los intereses detrás de la pantalla, es una abstracción de la vida de trabajo y estudio a los que está entregada  la población general. Emerson lo dice de esta manera:  “No leas libros mediocres, y huye de los productos de la prensa en la charla ordinaria…Si vas con el pueblo bajo pensarás que la vida es baja. Lee a Plutarco, y el mundo es un lugar  noble y elevado al que pueblan gentes de cualidades positivas.” 

Emerson, en este asunto de la novela, se inclina, sin dejar de ser lector universal, al tema de la novela que diga más de la naturaleza que del hombre. Al estilo de Roger, Frisón Roché, autor francés celebre de la novelística de alpinismo (El primero de la cuerda, Grieta en el glaciar…).O Emilio Salgari en donde  la naturaleza es el personaje central y la actuación del hombre un elemento adyacente. Pirata ingleses (buenos) que van a rescatar a la muchacha prisionera del hacendado español (malo). Para ello tienen que cruzar la selva. Es cuando Salgari nos va describiendo el mundo maravilloso de la flora y la fauna centroamericana, las condiciones climatológicas.

Emerson recuerda una larga lista de novelistas de prácticamente todas las razas y todos los tiempos y dice cual puede ser la ganancia social de todo eso:”abren amplio campo a las esperanzas y las nobles aspiraciones”. Y, sobre todo este valioso panorama cultural, Emerson recomienda la lectura de los libros sagrados que cada nación ha escrito, vivido y puesto como guía de actuación. “Existen además libros que han adquirido en el mundo una  autoridad casi canónica y que expresan los más altos sentimientos y las más elevadas esperanzas de las naciones.”

En un mundo que se quiere llevar al modelo de Lucrecio y Parménides, esta mención a los libros sagrados no gusta a más de cuatro. Pero él no olvida que hay libros sagrados que educaron  y guiaron a todo un pueblo durante miles de años como La Ilíada de los griegos, el Popol Vuh de los mayas, la Biblia de los judíos, el Corán de los árabes, etc.

Sin omitir a esos libros sagrados,no escritos,que las razas o las etnias, de todo el planeta, viven diariamente, día tras día,a travé de sus ritos y leyendas, como lo huicholes y tarahumaras (y otras cincuenta y cinco etnias más) de México.

Y algo para hacer reflexionar, como autocrítica, cuando se está en el terreno de la lectura. ¿Cuánto tiempo diario le dedico a la lectura de libros de cultura?: Emerson dice: “Lee durante cinco horas diarias alguna cosa y no tardarás en ser instruido”.

Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

Seguidores