SCHOPENHAUER Y 20 SIGLOS DE PLEITO FILOSÓFICO

 La sabiduría de la vida
 Schopenhauer

 Como arañas que espera que la mosca caiga en su telaraña…

 Como un péndulo de reloj, va el pensamiento de los humanos, de un extremo a otro, pasando por una infinidad de puntos intermedios. El que intente detener el péndulo en cualquier lugar de su recorrido, enfermará de escorbuto.

“Puede comprenderse, en general, la filosofía de todos los tiempos como un péndulo que se mueve entre racionalismo e iluminismo, o sea, entre el uso de las fuentes del conocimiento objetivo y subjetivo”.

El escorbuto degenerará a tal grado que el transgresor puede llegar a adquirir la naturaleza de una araña, piensa éste filósofo.

 En el terreno de la laicidad los filósofos son los que nos dan luces para vivir. En el terreno religioso los sacerdotes. Aquellos son los que tienen la vocación o profesión de pensar. La definición clásica es que son los amigos de la sabiduría. Y como esa es la actividad de su vida, son los que llegan a profundizar en la observación de la manera de existir de la gente, en contraste del individuo que se dedica a otras actividades profesionales.

 Son una guía para la manera de vivir de los demás. Marco Aurelio, emperador romano, dice que la filosofía es no sólo una manera intelectual de explicar la vida sino también una guía para la vida.

La filosofía es el arrecife del que se sirven los novelistas, ensayistas, periodistas, sociólogos, psiquiatras y pedagogos. Después cada quien procesa esa información según sus posibilidades cognitivas o los intereses de secta intelectual a la que pertenezca.

Al estilo de un mercado de comestibles del que se surten las amas de casa y después cada una de ellas sigue la receta de su preferencia con los jitomates, las cebollas, los chiles y los perejiles adquiridos en el mercado.

 Hay una cantidad inmensurable de manera empíricas de pensar en el hombre de la calle. El filosofo lo que trata es de poner orden en el nihilismo y propone una manera, un sistema, de pensar.

 Pero luego llegamos al punto que de tantos sistemas de pensar los filósofos han hecho otro caos. Y casi todos se olvidan de ofrecer luz al pueblo y se dedican a hablar entre ellos. Los filósofos escriben para los filósofos.

Y lo que era una manera sana, amplia y diversa, explicación de la vida, se volvió otra cosa. El eclecticismo se hizo factor más erosionante que la roca de la alta montaña entre la nieve y el hielo.

 La sana diversidad se volvió controversia. La dialéctica no alcanzó la  síntesis. Cada sistema filosófico anda como pollo descabezado, dando tumbos. Los maratonistas se convirtieron en boxeadores. Es conocido el pleito que el mismo Schopenhauer se traía con Hegel. No obstante es uno de los pocos pensadores que todavía hablan al hombre sin rostro.

 Dice que los poetas son los que llevan la batuta en señalar líneas centrípetas de conducta para la sociedad, por más individualistas que parezcan:

“Otra de las grande ventajas de las obras poéticas sobre las filosóficas es que pueden convivir, y hasta las más heterogéneas pueden ser apreciadas por el mismo lector. Mientras que todo sistema filosófico piensa ya, apenas nacido, en la desaparición de todos sus hermanos, como un sultán asiático al subir al trono. Así como en el panal sólo puede haber runa reina, así sólo puede haber una filosofía de actualidad. Los sistemas son tan insociables como las arañas que están sentadas en su red, mirando cómo las moscas se dejan coger pero se pelean cuando otras arañas se aproximan. Las obras poéticas pacen tranquilamente como corderos, mientras que las filosóficas son animales dañinos y hasta en su deseo de destrucción se dirigen, en primer lugar, contra la propia especie, como los escorpiones y las arañas. Se presentan como hombres con coraza, como la semilla de los dientes de dragón de Jasón destruyéndose mutuamente. Ya dura esta lucha más de dos mil años".


 Billete de Danzig con la efigie de Schopenhauer (1923). Nótese el valor nominal, consecuencia de la hiperinflación: 500 millones de marcos.




LA DROGA RITUALIZADA EN EL MEXICO PREHISPANICO




La vida cotidiana de los aztecas
Jacques Soustelle



Alucinarse por medio de las drogas es una práctica milenaria en México.


Las etnias lo han usado dentro de un panorama religioso. Dioses, diosas y sacerdotes presidían de manera calendárica rigurosas ceremonias. Se hacía de manera comunitaria y era controlado por la sociedad. Su uso no estaba prohibido, sólo regulado.  Se perseguía una vivencia espiritual, no yoica. El que lo hacía a título personal era reo de severos castigos que podrían llegar hasta la muerte por lapidación.

Ome Tochtli,dios de la embriaguez


 Se consideraban  blandengues a los individuos de una nación hegemónica  que consumían drogas fuera del programa calendárico, llamado tonalamatl. Los pueblos sojuzgados sí podían consumir lo que quisieran. Una oración o ruego que los aztecas hacían a Tezcatlipoca, supremo dios del cielo mexica, para vencer a sus enemigos, era: “Señor, vuélvelos borrachos”. No le pedían fuerza ni coraje ni armas. Sólo que fueran borrachos. El resto ellos lo hacían.

Los que bebían pulque iban a la cárcel  (Códice Florentino)


Recuérdese que la  historia de la gran civilización tolteca basa su derrumbe en la leyenda del pulque. Tezcatlipoca, dios de la guerra, se las ingenia para hacer que el rey Quetzalcóatl se emborrache. 

No lo mandó  matar ni levantó a su pueblo contra él mismo Quietzalcoatl ni pensó en invadir su palacio mediante el recurso democrático de  soliviantar a la turbamulta, sólo lo emborrachó...



Pero no había cárceles de larga duración. Se consumiría comida y haberes que el pueblo trabajador necesitaba.

Quetzalcóatl  es la personificación del 
bien y las costumbres que llevan al pueblo hacia la felicidad y la prosperidad( como ahora  lo entiende la civilización occidental). Sólo que en la borrachera Quetzalcóatl cometió cosas reprobables. Eso él mismo no se lo perdona. Era de la estirpe de los gobernantes que gobiernan con el ejemplo. 

Una transgresión a las sanas costumbres,por parte del gobernante,ponía el ejemplo de corrupción y en ese pueblo la corrupción se generalizaría.

Ha fallado y él mismos se obliga a  abandonar su reino. Marcha hacia el oriente y al llegar al mar se embarca en una balsa y en ella se incinera.

El borracho camina dando traspiés (Códice Florentino)


A partir de la conquista española en el siglo dieciséis, los mexicanos han laicizado la ingesta de las drogas en nombre de la libertad individual. 

Ahora la medida de la ingesta es del tamaño  de su ego. Se revela así un solipsismo que suele conducir a las personas a la cárcel, al manicomio o al cementerio.

A veces los reos eran ahogados con una soga (Códice Florentino)


Los españoles de la conquista entendieron el punto y laicizaron el consumo de las bebidas embriagantes. El "proceso blandengue" empezó y la transgresión a la  ética ya no era ninguna molestia.

 Fue un gran negocio de las haciendas pulqueras que pronto empezaron a organizarse en varios estados del centro del país. Y también una medida  de control militar. Perdida la disciplina psicofísica de los aztecas, el dominio español duró en México trescientos años.


Muerte a palos por embriaguez (Códice Florentino)


Algunas drogas como el tradicional pulque, la cerveza, el tequila, el mezcal, el ron, los vinos y otras, se adquieren ahora  en un marco legal. 

Otras son consumidas fuera del marco de la ley. Ante el debate si las drogas se legalizan o no, los legisladores mexicanos a la sazón no han definido su postura.  Se les pregunta a los políticos y a los intelectuales,siempre susceptibles de orientar la opinión, según los intereses propios, o de grupo, si se legaliza, cuando debería preguntársele a la ciencia médica.

En forma de pordiosero Tezcatlipoca ofrece el pulque a Quetzalcoatl (Códice Florentino)


Varias de las cincuenta etnias del territorio mexicano, al estilo de los huicholes, sostienen  el antiguo modo  en la droga ritualizada (peyote, hongos o mariguana). 

Conservan  su propio  estilo de vida religiosa y en alguna medida la  civil. Como parte de la federación política de México deben rendir cuentas en lo civil, pero tienen la autonomía suficiente para conservar sus costumbres.

El modo de ver el tema del consumo de drogas no es cosa menor para la sociedad. De manera sancionada ( o vigilada) por el grupo, teniendo,  con el principio de razón suficiente de ser, alguna meta de valores trascendentes.

 O bien consumida de manera individual, lúdica, que lleva a un cuadro patológico a la comunidad. Se considera que la esperanza de vida se redujo, en algunos países, por el consumo de droga y opiáceos: "El cambio más notable entre las causas que explican este fenómeno inusual en los países ricos son las muertes de sobredosis" (El País, 23 de diciembre de 2017) 

Las etnias y su rituales religiosos resistido con éxito la entrada a toda clase de cristianismos, del laicismo y de  la diversión televisiva. También han sabido mantenerse al margen de la mercadotecnia y el consumismo.

 Varios antropólogos  han realizado valiosas observaciones e investigaciones de los huicholes y los tarahumaras (Carl Lumholtz, Robert  M. Zingg). Esta unidad étnica parece más consolidada en contraste del eclecticismo disolvente de las ciudades del país.

Lumholtz hasta pensó en quedarse a vivir para siempre entre los huicholes pero, extrañaba su dieta mediterránea, incluida la leche, que obtenía de haber comprado una vaca. ¿Cómo vivir comiendo nada más frijoles, tortillas y chile?
Solamente a los ancianos se les permitía beber pulque en cualquier tiempo fuera de calendario (Códice Florentino)


La vida cotidiana de los aztecas, de Jacques Soustelle (Fondo de Cultura Económica, México, 1972) ha logrado una excelente obra de contenido y de  presentación. De ella tomamos referencias y varias ilustraciones de diferentes códices  relacionados con el tema de la drogadicción.























CUANDO EL BAILE TERMINA: SCHOPENHAUER




La sabiduría de la vida
Schopenhauer

La juventud y la vejez son, en parecer de Schopenhauer, semejante a un baile de máscaras cuando empieza y cuando después llega a su fin. Convivimos con muchos de la manera más entusiasta pero al final son pocos los que quedan. Y, como en esas representaciones cómicas del teatro, después del final aun quedan un final más. Cuando el individuo mismo se va desvaneciendo. Algo parecido a lo que hoy llamamos Alzheimer.

“Al  término de la vida hay algo que recuerda el final de un baile de máscaras, cuando los enmascarados se  retiran. En ese momento se ve cuáles eran aquellos  con quienes se ha estado en contacto durante su vida. En efecto, los caracteres han salido a la luz, y las acciones  han dado sus frutos, las obras han encontrado su exacta apreciación y todas las fantasmagorías se han desvanecido”.

Sin dejar de considerar a la risa y a la sonrisa,que bien pueden ser otras tantas máscaras. Recuérdese que la risa es tenida como una señal de higiene mental, un recurso terapéutico, en quien la posee. Pero también es cierto que hay José Fouché Y Josefinas Fouché que se la pasan sonriendo todo el día.Schopenhauer recuerda algo  de Shakespeare en Hamlet: "Que se puede sonreir y sonreir y ser,no obstante, un villano."

Por lo demás el taller de la vida está ante nuestros ojos todos los días. Y más valdría  detenernos a observarlo todavía como espectadores y no esperar a ser actores. Aun los otrora famosos deportistas, así como   el más patológico  solipsista, acaban usando pañales y paseando por las calles en silla de ruedas accionadas por otros.

Es la etapa en la que se tiene conciencia que el mayor invento de la humanidad, hasta hoy, no es la nave espacial para explorar los universos. Es la taza del excusado. Llegado a cierta edad, según su actividad, su poltronería o su intrínseca condición física, el humano no puede flexionar las rodillas más allá de noventa grados…No espere cuarenta años para comprobar la anterior. Sólo observe a sus abuelitos.


“El tejido sobre el cual se ejerce toda esa fuerza y que la mantiene en actividad, es decir, el contenido de los pensamientos  y del saber, la experiencia, los conocimientos, el ejercicio del discernimiento y la perfección que de aquí resulta: toda esa materia es una cantidad que crece constantemente  hasta el momento en que, sobreviene la debilidad definitiva y, la inteligencia deja escaparlo todo.”

Estas consideraciones Schopenhauer las hace para que tengamos claro que este día es el mejor de nuestra vida, porque naturalmente el de mañana será menor.









SHAKESPEARE EL MERCADER DE VENECIA




El antisemitismo del cristiano Antonio está en la misma medida que el anticristianismo del judío Shylock. O viceversa. La relación entre los dos es una dialéctica a la que le falta la síntesis. En el siglo dieciseises, que es cuando se escribe esta comedia, el ecumenismo está lejos de estos dos personajes. Se dan hasta con la cubeta. Ninguno de ellos pierde la oportunidad de herirse. Antonio invita a Shylock a comer a su casa pero el prestamista rehúsa porque   de seguro  le darán a comer carne de cerdo: “¿Sí, para atufarme de tocino, para comer en la morada  en cuyo recinto  tu profeta, el Nazareno, introdujo por medio de sortilegios  al demonio?”
Shylock-Al Pacino


 A Shylock le dice “perro judío” y éste contesta: “Si soy perro guárdate de mis dientes”. Shakespeare trata de equilibrar la intensidad y  cantidad de insultos que viajan en las dos direcciones. 

El leit motiv en el que transcurre la obra es la referencia a la “vil usura” practicada por Shylock que Antonio siempre está echando en  cara del judío y éste le asegura que no es usura sino honrados intereses. Pero sabido es que la historia del cristianismo tiene otro fondo, no un pleito de centavos más o centavos menos de los réditos.

Shakespeare nos relata en esta obra, considerada dentro del género de la comedia,  una historia de la cultura occidental que ya dura veinte siglos. Se le llama comedia a una  historia larga de actitudes  irreconciliables. Corresponde la clasificación literaria  a la necesidad de “aliviar” un poco, en la segunda parte de la obra, la enorme carga de odios mutuos que encontramos en la primera.

Por una serie de circunstancias, Antonio, el rico mercader de Venecia, s e ve en la necesidad de pedir prestado dinero a Shylock. Éste pone la condición que  se firme contrato que especifica que en caso de incumplimiento se cobrará no con réditos en dinero sino cortando una libra de la carne del cuerpo de Antonio.

 Como Antonio posee una gran fortuna, firma, con tal de ayudar a su amigo Besanio. Pero las malas nuevas no tardan en llegar y dicen que el capital de Antonio, que  está invertido en naves que llevan y traen mercancías, ha sufrido la desgracia. Un mal tiempo las hace zozobrar y de esa manera queda a merced del judío que se apresta afilar el cuchillo para cortar el cuerpo de Antonio.

 Amigos de Antonio se apresuran a llevar  el dinero y pagar así la deuda. Pero Shylock no quiere dinero sino cortar la carne de Antonio. Se le ofrece el doble y el triple de la cantidad prestada. Pero Shylock es inflexible. Quiere la onza de carne del cuerpo de  Antonio que se  estipula en el contrato.

El desenlace  va a demostrar que la carne y la sangre son una misma cuestión,  pero lo que s e menciona  es  el cuerpo. Shylock lo sabe, destruido el cuerpo, se destruye la sangre. Por eso Shylock se empeña en destruir el cuerpo de Antonio.

Moisés derramaba sangre de novillos sobre la hoguera para sellar la Alianza de Jehová con su pueblo. Jesús también selló con sangre su compromiso con la humanidad, sólo que esta sangre era la sangre de su propio cuerpo. 

La sangre, por central que parezca la importancia que se le ha dado en los diferentes escenarios bíblicos,  es la tinta con lo que se ha firmado un pacto. Lo trascendental  es el contenido de ese pacto. Importante la tinta, la sangre, pero lo que ahora  cuenta   es el contenido. Por eso muchos católicos viven la extraña situación, confusión, de adorar la sangre de Cristo, en la cruz,  por la sangre misma, pero poco tiene que ver su conducta con las palabras de Jesús…

Pero Shylock no  persigue el dinero por el dinero, como suele presentarse al judío. Lo persigue porque el dinero le da poder. En otra parte de la obra dice que siempre ha sufrido: “sufrimiento es el blasón común de nuestra raza.” Con el poder del dinero se cobrará caro ese sufrimiento. No aceptará el dinero que una vez prestó y que ya le devuelven con creces. Ahora busca la venganza a tantos insultos que ha recibido de parte de los cristianos.

Dos historias corren paralelas a esta de Antonio y Shylock. Jesica, la propia hija de Shylock se casa con Lorenzo, amigo de Antonio. Y Besanio, también amigo de Antonio, que se casa con una rica heredera llamada Porcia y que es la que facilitará el dinero para pagar la deuda de Antonio. Dinero que, como se ha apuntado, Shylock rechaza una y otra vez.
  
  Los otros le dan a entender, como dice Pablo,  que ya no importa qué tipo de alimento se coma o si se guardan o no las fiestas o algún día de la semana. “Todo eso sólo son sombras.”  Ahora lo que cuenta en el contrato, o estatuto, que Jesús firma con su sangre, es la justicia, la paz y la alegría.

 Estas tres palabras son las que forman el corpus del pacto de Jesús.  Son el cuerpo de Jesús. La Iglesia. Metafóricamente el cuerpo de Antonio. Shakespeare debió tener muy presente que la sangre es una con el cuerpo,  por eso se dice: “el cuerpo y la sangre de Cristo”. Importante las sangre, la tinta, con la que se firma, porque ello objetiva al espíritu del contenido (de ahí la importancia de las imágenes) pero lo que se firma  es el contenido.

El desenlace llega cuando Shylock se dispone a cortar  la carne del cuerpo de Antonio. El juez le recuerda que el contrato dice que Antonio pagará con la carne de su cuerpo pero no con la sangre: “El trato no te otorga ni una gota siquiera de su sangre. Una libra de carne, dice el pliego…más si al cortarla,  de cristiana sangre  viertes solo una gota, por las leyes  de Venecia  tus bienes y tus tierras para el Estado quedan confiscadas.”

Leibniz, en Nuevo tratado sobre el entendimiento humano escribe algo que parece referirse a esa imprecisión de los términos.Un personaje dice: " Me concedereís, sin embargo,que las ideas compuestas pueden ser muy claras y muy distintas por un lado, y muy oscuras y confusas por otro." 

El otro contesta:
"No hay motivo de duda; por ejemplo,tenemos ideas muy precisas de un gran número de las partes sólidas visibles del cuerpo humano,pero no de los líquidos que en ellas existen."

Todo se arregla. Shylock se desiste de su venganza, Antonio se salva y recupera sus bienes pues las naves de su propiedad al fin logran salir con bien de la tormenta marina, el Dux se muestra un tanto benévolo con él  prestamista a condición que se convierta al cristianismo y las dos parejas de enamorados son felices.

 Shylock volvió a su ancestral sufrimiento, resentimiento…







LA CORTESIA EN SCHOPENHAUER

 Es el tema de la representación

 Ser cortés es propio de la gente civilizada. Pero ser “muy” cortés es señal de alguien que nos quiere sorprender. Envolver, como hace la araña cuando el insecto cae en su telaraña.

 La cortesía en Schopenhauer es un tema que  nos recuerda las máscaras que se usan en el teatro desde la época de los griegos de la antigüedad. Es un disfraz. Tienen la intención de aparentar un rostro, porque así conviene al papel que se está representando, pero el que la lleva puede ser en la realidad de distinta manera. Sobre la escena hasta hay mujeres que representan el papel de un hombre y viceversa. O un neurótico puede estar representando el papel de un santo. O una mujer noble, de suyo, haciendo el papel de la terrible Medea.

 Somerset Maugham escribió su gran novela La otra comedia desarrollando el tema de le representación o actuación. Una excelente actriz que va por la vida actuando según las circunstancias lo requiera, no como ella es.

 Es necesario recordar lo que Schopenhauer entiende como cosa innata o “personalidad base”, desde la que se representa el papel que conviene representar y después, como el actor al final de la obra, se quita la máscara y vuelve a ser como siempre fue y será hasta el último día de su vida:”El carácter no cambia jamás”, dice este filosofo saltándose los criterios pedagógicos. Como cuando regresamos de la oficina, al final de la jornada de trabajo, nos quitamos la corbata y el traje y nos ponemos una ropa cómoda casera.

 Para los escépticos recomienda que pregunten a la madre de ochenta años si su hijo, de sesenta, es “básicamente” diferente a cómo era cuando niño. No sabía matemáticas pero reacciona igual ante una situación ahora que como lo hacía antes.

 La cortesía, entonces, tiene la misión de hacer posible la convivencia entre humanos. Lo que hace la educación universitaria es dotarnos de una máscara más en la perspectiva de la buena convivencia. Por intereses pecuniarios la vida en sociedad tiene que seguir y hay que buscar la mejor manera. En el mundo civilizado no se puede ir chocando de “entrada” como hacen las caricaturas de Conan y Hulk cuando se encuentran y al siguiente minuto ya están liándose a golpes.

 Para evitar lo anterior los sindicatos ( y los juzgados de lo civil) han puesto en sus contratos colectivos de trabajo la figura que se llama “primera instancia”. Tiene la misión de suavizar el trato entre personas e instituciones antes que la cosa llegue a mayores, trátese de huelgas, balazos o divorcios. Para que funcione el espíritu de conciliación, reconciliación, de la primera instancia, los inteligentes llegan con la máscara de la sonrisa y los buenos modales, no con el rictus neurótico y la espada desenvainada.

 Schopenhauer insiste que la cortesía es señal de buenos modales, principios civiles o morales, en la perspectiva de la convivencia y el progreso de la sociedad.

 Pero, previene de una sobreactuación en la cortesía que puede llevar la intención propia de rufianes. Es cuando la cortesía se vuelve una perversa herramienta de timadores. Los proxenetas empiezan por cortejar a su futura víctima “La anda cortejando”, se dice, es decir la está rodeando de cortesía.
A.Schopenhauer

 Ante la agresión nos ponemos en guardia. Ante la cortesía bajamos la guardia: “Así como la cera, dura y resistente por naturaleza, se hace tan maleable mediante un poco de calor, que toma las formas que quieran dársele, así se puede, con un poco de cortesía y de amabilidad, hacer dóciles y complacientes hasta hombres hostiles y rudos.” Los agentes de ventas que tocan a nuestras puertas, o los que nos quieren cambiar a nuestro Dios por el suyo, o nuestra filosofía por la suya, no llegan con amenazas y sí con una marcada cortesía.

Los timadores,a semejanza de "las grandes ofertas" que semanalmente hace el mercado,nos despierta la ambición de la ganancia fácil con la promesa de jugosas ganancias "sin poner casi nada de nuestra parte".

Los políticos en campaña siempre  están prometiendo el mejor de los mundos que nadie pudo imaginar siquiera.En campaña, para obtener  nuestro voto a favor de ellos, están por todos lados, con la sonrisa en la boca. Después, a algunos, no se les ve por ningún lado y la Interpol los busca con tarjeta roja...

 La opinión de Schopenhauer (La sabiduría de la vida, versículo 36) es que nuestro orgullo hace que alberguemos una opinión muy exagerada de nuestro valor y dignidad. Eso nos hace vulnerables frente a los que saben usar la cortesía como un arma de manipulación y aniquilación. En la diplomacia y en la política de carrera, donde se juega al gato y al ratón de las grandes ligas, la cortesía está a flor de labio como parte de una “herramienta de trabajo”.

 Lo mismo sucede en los puestos ejecutivos de todas las categorías imaginables, así se trate de funcionarios de la Iglesia que secretarios generales de la más revolucionaria laicidad.

 Schopenhauer termina así su versículo 36; “Más nos valdría recordar siempre que la cortesía no es más que un disfraz burlón.”

Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

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