SANTAYANA EN EL MUNDO DE LOS MITOS




Diálogos en el limbo
George Santayana
Editorial Porrúa.S.A. México,Serie Sepan Cuantos Núm.645,año 1994
primera edición en inglés 1910

mujeres navajo tejiendo (Norteamérica)

La idea operante es lo que distingue la existencia  de los mitos.

Anidamos la impresión que una etnia es un abstracción social, y lo que en realidad tenemos es la causa del efecto. Así en idioma, costumbres materiales y mitos.
 
Mujer wixarika, Zacatecas, México. Luce su vestido lleno de simbolismos.
Ciudades modernas que viven porque sus calles son recorridas por el espíritu (y la materia) de la gran cultura occidental. Aquella fusión de calidad que surgió de la cultura griega con el cristianismo.
de una etnia de Panamá

Pero también son recorridas, esas ciudades, por un eclecticismo disolvente. Riesgo que se toma para subir un escalón más   en la escalera social. Es la lucha feroz por alejarse lo más rápido, y a la mayor distancia posible, del miserable salario mínimo oficial establecido por los gobiernos para los obreros.

Este nihilismo, que es mezcla de competencia, de libertad, individualismo y multitud, es lo que se ha señalado como “Eclecticismo abandonado a fuerzas diversas.”A este modo es al que Santayana se refiere: “Aquellos seres humanos a los cuales se consiente libertad plena  están destinados a la perdición, puesto que son demasiado individuales para estar de acuerdo y demasiado gregarios para estar solos.”
 
hombre mapuche,Chile
Señala que la  gente no abandona sus viejos mitos  por  inservibles sino por otros mitos nuevos que no son más útiles que aquellos que abandonó.

Se cae en una especie de vacío existencial. Mal llamado escepticismo porque éste duda, cuestiona y busca.
de una etnia argentina

 El vació existencial es semejante al  caminante  del desierto que descubre que su brújula se descompuso, que no sabe leer en las estrellas, no entiende  las proyecciones de las sombras y desconoce  cómo  la luna le está señalando el norte.
 
niña de etnia venezolana

Desarraigado de la etnia ahora es uno más de los desconocidos emigrados a la ciudad. No es el hecho de haber llevado  la mudanza con los enseres a otra parte. Se trata del traumático  cambio de haber dejado la naturaleza para ir a vivir a la ciudad industrial. Y ahora hay que darse prisa en mimetizarse, abandonar el modo provinciano y parecer como ciudadano. Se abandona el tradicional modo de vestir, cargados de  simbolismos oníricos

Enemigos mortales en el origen de su historia común (en el proceso de la invasión de sus tierras indias) , la etnia no entiende la boruca, neurosis  y ligereza de  la ciudad. Y ésta no quiere sabe nada de la etnia, y sus mitos, que considera anacrónicos. Tienen que aparecer instituciones como Derechos Humanos para intentar tender un lazo que acerquen a las dos partes.
 
de la etnia kayapó, Brasil
A este ligero coqueteo de mitos, no sólo de tribus absorbidas por la ciudad, sino también de sistemas religiosos filosóficos  entre las ciudades industriales, de su mismo color y de su mismo idioma, Santayana se refiere así: “los sistemas míticos declinan  no en virtud de la falta  de ajuste de sus errores especulativos que ponen de manifiesto (pues sus mitos, como tales, están sabiamente urdidos), sino en cuanto que la imaginación, en libertad, abandona esos errores a cambio de otros, y esto, sencillamente, porque el estado de ánimo predominante en la humanidad ha variado y comienza  a soñar de otro modo. El espíritu sopla donde quiere  y deshace continuamente su propia labor.”

 
niña guatemalteca
 Algunos conservan sus nexos estrechos con la etnia. Son los que tienen claridad que, al menos en el continente americano, es a partir del siglo dieciséis, que todos cuentan con dos grandes culturas y son la indígena y la europea, que llamamos occidental. ¡Y que es necesario conocer ambas lo más a fondo posible!O la basura televisiva ocupará  su lugar.

Ahora lo nuestro es el Popol Vuh y la Iliada.Su desconocimiento es testimonio que se vive en la abstracción cultural.

Otros, la mayoría,  jamás regresan a su origen. El eclecticismo disolvente revuelve todo y, lejos de las luces, hacen la boruca.    
mapa de las etnias de la Rap. Argentina

Las etnias no cambian. Se adaptan pero no abandonan idioma ni dioses. Los huicholes  (como ellos las otras 56 etnias que hay en México), por ejemplo. En ellos el concepto de filosofía perenne es algo en desarrollo, no una cuestión estática y acabada.

En  Critica de la razón pura Kant escribió, más allá de todo prejuicio étnico: " Un pensamiento que tanto tiempo se ha conservado, por muy vano que parezca ser, merece que se investigue su origen y justifica la suposición de que tiene en alguna regla del  entendimiento su fundamento, pero que, como suele ocurrir,este fundamento ha sido falsamente traducido."(Tabla de categorías).

La disolvencia étnica va teniendo lugar en la ciudad cuando se pasa de un régimen comunitario a otro en el que prevalece el individualismo. En la etnia conocemos de cerca a por lo menos cincuenta personas a las que podemos llamar por su nombre y saludamos y frecuentamos cotidianamente.
 
aldea inuit de iglúes,en la isla de Baffin
En el edificio de la ciudad pueden pasar diez años sin que sepa quién vive en el otro departamento del mismo piso o nivel donde yo vivo. Me doy cuenta de su existencia porque algunas veces su basura amanece en mi puerta.







mujer quechua




mapa de distribución territorial de algunas etnias  mexicanas

Schopenhauer entre la soledad y la multitud





Arturo Schopenhauer, La sabiduría de la vida, Editorial Porrúa, México, 2009
    Schopenhauer dice que busco a los otros porque no puedo vivir con mí mismo (recuérdese que Séneca coincide con él:”No es que quisieras estar con el otro, sino que no podrías estar contigo mismo”).El  personaje de una novela  de Jardiel Poncela quiere estar con su novia porque tiene pavor a estar solo.
 Y, así, nos encontramos en la disyuntiva(o con la dualidad)  de ¿sociabilidad o soledad? 

Un alpinista desciende al valle, después de una expedición de dos meses en la soledad de las montañas, y se da cuenta, como tal vez ningún otro humano pueda hacerlo, lo inmensurablemente valiosa que es la convivencia con la gente.    

Pero es un hecho que mucha sociabilidad  también descompone lo valioso de la vida porque no permite un cierto alejamiento para estar con mi mismo. Es cuando “el vino se convierte en vinagre.”

Este es  el contexto en el que  Schopenhauer dice que   nacemos en la comunidad, no en la soledad: “la soledad no es natural al hombre, que a su llegada al mundo no se encuentra solo sino en medio de padres, hermanos, hermanas, o, dicho de otra manera, en el seno de una vida en común”.

En tiempos de vigor, el hombre conquista al mundo y, no necesita de nadie. En la etapa prostática necesita que le cambien el pañal de la incontinencia y lo lleven en silla de ruedas. No necesitamos recordar la vida y ocaso físico  de Federico Nietzsche.

No es la soledad, de Schopenhauer, el solipsismo  patológico de Strirner. Éste viaja solo por el universo negando a las otras personas.


 

  1. Arthur Schopenhauer (Danzig, 22 de febrero de 1788Fráncfort del Meno, Reino de Prusia, 21 de septiembre de 1860) fue un filósofo alemán. Su filosofía, concebida esencialmente como un «pensar hasta el final» la filosofía de Kant, es deudora de Platón y Spinoza, sirviendo además como puente con la filosofía oriental, en especial con el budismo, el taoísmo y el vedanta. En su obra tardía, a partir de 1836, presenta su filosofía en abierta polémica contra los desarrollos metafísicos postkantianos de sus contemporáneos, y especialmente contra Hegel, lo que contribuyó en no escasa medida a la consideración de su pensamiento como una filosofía «antihegeliana».

Schopenhauer tampoco  idealiza al hombre del común, como lo hace el político que, en tiempo de campaña, busca su voto en la urna para poder llegar a la cámara de legisladores o hacerse del supremo poder de ese país.

La expresión “hombre del común” no se refiere al lumpenproletariat ni al trabajador  urbano, como se dice en el panfleto y en la ciencia política, sino aquel individuo, de la clase social que sea, que adolece de cultura. El instinto de lucha por la sobrevivencia, o por la opulencia, se brinca las trancas de toda clasificación de la sociología, nos deshumaniza y nos regresa a la caverna. Así andemos en harapos, en ropa burda  o con corbata todos los días del año.

El lumpenproletariat ahora ya no es ausencia de cuenta corriente en el banco  sino de lejanía de los libros de cultura. Antes al que leía libros de cultura se le etiquetaba como pequeño burgués. Tenía que estar en la fábrica o en la mina, no leyendo libros. En la actualidad ya casi ha desaparecido esa clase de pequeños burgueses…Se sabe porque en el mundo hay mucha boruca. Donde falta la cultura abunda la boruca y el ruido. No hay inclinación al retiro.

Sucede en los países  cuyos programas de las escuelas y las universidades se han quitado, desde muy temprano, materias como civismo, moral y ética. El resultado es tan obvio que basta asomarse por la ventana para comprobar que el mundo se ha descompuesto. Se ha descompuesto hasta para los que descompusieron al mundo.

Schopenhauer habla de la urgencia que tiene la gente de la soledad. La soledad: “se consigue especialmente después de haberse convencido de la miserable condición moral e intelectual de la mayoría de los hombres”. Se insiste: no de la pobreza económica sino de la cultural y de la moral. Para los que se incomodan con la palabra moral recomienda sustituirla por ética.

No se queda en la crítica y sí traza el camino que pueda conducir hacia la soledad terapéutica, esa que necesitan hombres y mujeres para vivir en paz consigo mismo, o para pensar y escribir, si ese es su modo de vida, o su vocación: “en cada individuo, separadamente, los progresos de la inclinación al retiro están siempre en razón directa de su valor intelectual”.

Cervantes nos habla, mediante esos dos inmortales  personajes, que parecen tan chiflados uno como el otro, del  instinto y el ensueño. Uno de ellos leía muchos libros. En Platón el anhelo de una vida fuera del espacio y el tiempo. Éste escribía muchos libros. La inmortalidad demostrada en la prisa de Sócrates, por salirse de este planeta, porque “allá” lo esperan los filósofos con los que puede conversar de manera inteligente y amena. Éste, como haría  Jesús, no escribía pero habla para que otros escribieran.

La conclusión para Schopenhauer es que si sólo me gusta la soledad lo mejor será que me apresure a buscar al psiquiatra. Y si nada más me siento a gusto entre la boruca,  el vaticinio es que, tarde o temprano,  visitaré la clínica de salud mental.

Estos vericuetos intelectuales, y otros parecidos, son en los que Schopenhauer quiere que se camine en busca de la soledad de mimismo pero sin soltar amarras con la  multitud.

SANTAYANA Y DANTE EN LA DIVINA COMEDIA





TRES POETAS FILÓSOFOS
Editorial Porrúa, S.A. Serie Sepan Cuantos, Núm. 645, año 1994
Primera edición en inglés 1910

George Santayana

“Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana y Borrás, más conocido como George Santayana (Madrid, 16 de diciembre de 1863Roma, 26 de septiembre de 1952), fue un filósofo, ensayista, poeta y novelista hispano-estadounidense. A pesar de ser ciudadano español, Santayana creció y se formó en Estados Unidos. A los 48 años dejó de enseñar en la universidad de Harvard y nunca más volvió a los Estados Unidos. Escribió sus obras en inglés, y es considerado un hombre de letras estadounidense. Su último deseo fue ser enterrado en el panteón español en Roma. Probablemente su cita más conocida sea «Aquellos que no recuerdan el pasado, están condenados a repetirlo», de La razón en el sentido común, el primero de los cinco volúmenes de su obra La vida de la razón o fases del progreso humano.”

La Divina Comedia tiene personajes y situaciones que han sido convertidas por la fe, la cultura, la rebeldía y el lirismo poético de Dante, en figuras eternas.

Empero, hay  una excelente coartada para no leer La Divina Comedia. Su texto, de poeta de principio  del siglo catorce (se cree que la escribió el año 1,300), y sus 2257 notas aclaratorias, no son un bocadillo fácil de engullir. Menos para países como México donde, según cifras oficiales, se leen 1.9 libros de cultura promedio al año por cabeza.
 
En el quinto cielo-Stradano
Santayana, que vivió en el tiempo que no existía la televisión (1863-1952, y la primera  edición de esta obra tuvo lugar en 1910), hizo una  inobjetable profecía: “El lector moderno, acostumbrado a las ficciones carentes de significación y de sentido, deseoso de ser entretenido por imágenes sin pensamientos, puede alegrarse de ellas. Pero si es hombre sensato, no se alegrará mucho.”

El esquema  moral de La Divina Comedia, Dante lo encontró en Aristóteles quien, en la Ética perfila lo bueno y su contraparte: “Aristóteles había  clasificado correctamente las cualidades morales. Proporcionó (sin saberlo), el plan fundamental, por así decirlo, del infierno y del cielo. Tal fue la idea de Dante. Con la Ética de Aristóteles siempre abierta ante él, con alguna insinuación extraída  del catecismo…”

Dante, lo dice varias veces Santayana, es un cristiano católico. Sólo que el  remolino político de sus días lo envuelve y  se pregunta dónde quedaron los señalados del cielo que velarían por lo espiritual y  el rey anda de excursión entre los bosques en lugar de atender los asuntos del estado. Es en Venecia, y en Europa entera,  el tiempo semejante a un tornado caótico entre anarco y nihilista. El Papa no está en Roma y el rey aquí y  allá. Dante, sin embargo, está lejos de ser un iconoclasta.

Un ejemplo de obediencia hacia la voluntad divina la ofrece Dante en la entrevista que tiene con Piccarda, mujer que a la sazón se encuentra en la esfera inferior del cielo. Dante le pregunta sino anhela estar más arriba, más cerca del mismo Dios:”Ella le responde que participar de la voluntad de Dios, que ha fundado en su casa muchas diferentes mansiones, significa ser verdaderamente uno mismo con Él. Desear estar más cerca de Dios arrastraría al alma  más lejos de lo debido pues se opondría al orden establecido.”
 
Lucifer
La heroína principal del poema es la mujer llamada Beatriz. Parece que en la vida Beatriz no le hizo caso a las pretensiones amorosas de Dante. Por ese  tiempo el poeta descubrió su pasión por la filosofía y finalmente por la teología. Estas dos pasiones las sublimó el lirismo del poeta relacionado de alguna manera con la mujer histórica llamada Bice Portinari: “Digo y afirmo que la mujer de la cual me enamoré después del primer amor  fue la bellísima, honestísima hija del Emperador del universo a la cual dio Pitágoras el nombre de filosofía.”

Dante contó con tres guías en su viaje a los diferentes lugares que se mencionan  en esta obra. Virgilio, Beatriz y San Bernardo. Virgilio personifica a la filosofía en tanto que Beatriz a la teología. Fue Beatriz la que pidió a Virgilio que guiara a Dante a través del infierno.

Ante semejante lirismo del poeta, casi imposible de imaginar por un espíritu empírico, Santayana hace un intento porque comprendamos a Dante: “El valor de una idea para un poeta o un filosofo no radica en lo que contiene  positivamente, sino en la actitud que lo hace  adoptar frente a la experiencia real.”

Santayana se refiere al egoísmo de Dante que no se sirve de ningún alter ego para el relato sino que habla en primera persona. No sólo eso sino que es un personaje central del relato. El único actor vivo entre las almas de los muertos, incluido su guía Virgilio y las entelequias Beatriz y San Bernardo.

A la postre ese egoísmo es de todo ilustrativo. Como Bernal Díaz del Castillo que nos relata, en primera persona, la conquista de México del siglo dieciséis. Lo hace como si fuera montado en su caballo provisto de una cámara de filmar del siglo veintiuno:

 “Dante habla demasiado acerca de sí mismo-dice Santayana-. En cierto sentido, este egotismo es un mérito o, cuando menos, un motivo de interés para nosotros, los modernos, pues el egotismo es la actitud  característica de la filosofía moderna y del sentimiento romántico. Al ser egotista, Dante se adelantó a su época. Su filosofía hubiera perdido una dimensión profunda y su poesía un elemento patético sino se hubiera colocado a sí mismo en el centro del escenario y si no hubiera descrito todas las cosas como experiencias propias  o como revelaciones que se le hicieran con vistas a su salvación personal.”

Dante es, a semejanza de cómo será  Erasmo de Rotterdam, tres siglos más tarde, uno de esos católicos que aman y defienden a la Iglesia con los más ácidos argumentos en contra, no de ella, sino de sus sacerdotes, obispos y el mismo Papa. A tal punto que Lutero  considera a este ultimo  uno de los suyos sólo para descubrir que lo mejor es pedirle que se defina. Y el Papa hace lo propio, pedirle que se defina. Algo semejante debió de vivir Dante.

Más el poeta no pierde de vista que, la  tradición griega pagana, se encontró con la espiritualidad de la secta de Jesús, y el resultado fue la teología cristiana.
La Divina Comedia nos dice  que  este mundo está hecho por Dios  y hay orden pero, no podemos mirar más allá de nuestras narices. ¿Cómo podrían  los primeros cristianos, envueltos en las llamas del Foro Romano, imaginar que su infinita desgracia de ese momento conquistaría  el imperio más grande de su tiempo?

Dante y Santayana son poeta y filosofo, respectivamente, y lo dicen de otra manera: “En un mundo hecho por Dios para mostrar su gloria, las cosas y los acontecimientos, aunque reales, deben también ser simbólicos, pues hay tras ellos una intención determinada.”

TRAVESIA ALPINA PACHUCA-CARBONERAS



A- A CARBONERAS
B-CARRETERA PACHUCA-CHICO
C-CAMINO DE(LAS MINAS) HUMBOLDT
D-PACHUCA


 
El camino de terracería va de Pachuca, Hidalgo, México, al pueblo de Carboneras. Es un itinerario alpino bello para recorrer caminando.

Travesía que, practicada con cierta frecuencia, proporciona bien estar psicofísico que nos ahorraría muchas idas a la farmacia y al Hospital General de Pachuca.

Es el camino, de 9 kilómetros en la línea recta del plano, que se sigue, desde mediados del siglo veinte, para ir a escalar la peña de La Muela.
 
 




Plano general del recorrido.La escala es 1:50,000.Tomado de la hoja Pachuca F 14 D 81 de la Secretaría de Programación y Presupuesto
 Se empieza la caminata en el norte de la ciudad, por el barrio de El Arbolito, bajo la ladera  este del cerro San Cristóbal, señalado en el mapa como La Platosa. Hacia la derecha, en el fondo, está lo que es la mina San Juan Pachuca.
 
Tramo Pachuca-Cerezo (2,500 m.s.n.m-2800)
Los lugares que se pasan, como puede verse en el plano general, son el pueblo de San Miguel Cerezo. Sigue la cuesta conocida como el Tumba burros. Al llegar a la Presa, antes de descender a la misma, se toma rumbo a la derecha, hacia el noreste. Se recorre una serie de valles conocidos como El Batán. Se llega a la carretera asfaltada Pachuca-Ventanas- Chico.


"Mina San Juan Pachuca, a ella llegaban por vías subterráneas todos los minerales extraídos de las minas de la zona, posteriormente el mineral era trasladado para su beneficio en la Hacienda de Beneficio de Loreto."
 
Entrada al pueblo de Cerezo.En 1950 la casa del fondo estaba exactamente igual como se ve en esta  foto reciente..

En este punto, pegado a  la mencionada carretera hay un valle amplio que en los últimos años se ha condicionado, por la comunidad de Cerezo, para acampar. 
 
Tramo Cerezo-Batan (2,800 m.s.n.m-3,000)
  De este punto de intersección, con la carretera Pachuca-Ventanas, se sigue hacia el norte por un camino de terracería muy agradable (pasa al pie de la roca- mirador conocida como Peña del Cuervo) que va descendiendo gradualmente hasta llegar a la conexión de la cartera Chico-Carboneras. Esta es una carretera empedrada en buen estado para vehículos. Es recorrida por el servicio del trasporte público de combis.
 
Tramo Batan- Carboneras-Chico(3,000 m.s.n.m.- 2,600)
Este último tramo descrito (Batan-Carboneras) deja al descubierto un paisaje, hacia el oeste cercano, de numerosas rocas, agujas y paredes.

 Es el camino que seguía el autobús de pasaje público, para los pueblos de Carboneras y Chico,cuando, todavía a mediados del siglo veinte, no se abría la carreta Ventanas-Chico. Este camino descrito en el croquis es el que  habitualmente, cada fin de semana, recorrían  los montañistas para ir a escalar la roca de la Muela. Por entonces tuvieron lugar varios accidentes mortales al intentar esta ascensión.

Este campus alpino, pasando el pueblo de San Miguel Cerezo, era totalmente vacío de gente, salvo los escaladores que se adentraban en esas montañas.

Eran los tiempos que (quien lo creyera ahora, con sus modernas y confortables casas, hoteles y albergues para el  turismo),Carboneras, Estanzuela y Pueblo Nuevo eran caseríos, someras aldeas, construidas las casas de adobe, troncos de árbol y techos de tejamanil. Sus habitantes se comunicaban con Chico, Cerezo y Pachuca a través de antiguos senderos entre el bosque y el lomerío subyacente, ya fuera caminando o en caballos y burros.

Los escaladores se han concretado a subir las paredes de Las Ventanas y El León Alado cuando, con una media hora por el camino descrito Batan- Carboneras, tiene un paraiso de rocas que no han sido escaladas.

En términos de acampar para los escaladores, después de efectuar esta travesía Pachuca-Carboneras,y gente que va de camping.
Por ahora El Cedral es el lugar mejor organizado en cuanto a seguridad,servicios, precios y atención.
Ubicado en los 2,700 metros s.n.m..Estamos hablando de una altitud tolerable para la gran mayoría de los organismos que vienen de menos altitud, lo que tiene que ver con la reproducción de glóbulos rojos en la sangre debido a la cantidad de oxigeno en esas cotas.
Respecto de la seguridad para las familias  El Cedral es algo de destacar ahora que  las montañas mexicanas  se han llenado de rufianes que asaltan a los alpinistas con la obvia apatía de las autoridades de los Estados de importancia alpina.
Las instalaciones en El Cedral van desde terrenos  para campar  en tienda, hasta cómodas cabañas de una y dos habitaciones,con baño,regadera, camas  y chimenea.
En el invierno de 2013 los  precios eran de 500 pesos y 1,000,respectivamente. El derecho de piso para acampar con tienda era de 30 pesos.En tanto en los valles de más arriba,de esa misma carretera Chico- Pachuca, iban de los 50 a los 100 pesos.



La ubicación de El Cedral es entre el bosque,donde termina el valle y empieza la montaña,a medio kilómetro del pueblo de Estanzuela. Ubicación ideal para montanistas que  efectúan caminatas, para los escaladores (con los macizos rocosos no muy lejanos) y para los atletas que gustan de correr en la media montaña.


Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

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