J.ORTEGA Y GASSET, YO vs ALTER EGO


 

Juan le puse por nombre al personaje principal de la novela que estoy escribiendo.

Juan es mi otro yo. Se le conoce en composición lírica como alter ego, mi otro yo.

Juan es como la criatura Frankstein o como un robot que haya construido y le diga lo que tiene que hacer  o como Dorian Grey que dirá y hará lo que  Wilde disponga.

El asunto empieza cuando surge la pregunta si puede haber otro yo como mi yo, mi ego. No. Ese inventado yo no puede hacer ni decir cosas a las que yo, su creador, sea ajeno.

 No puede ser un matemático porque yo no soy matemático. Pero sí puede ser escalador porque yo soy escalador.

 Tolstoi escribiendo de las aristocracias rusa y francesa estaba como pez en al agua porque él era conde, pero sufría cuando tenía que escribir la vida de un campesino.

Ortega está de acuerdo en mi yo pero, se pregunta ¿quién es ese otro yo? Otro Hombre. ¿Otro yo que no soy yo?:

“El hombre alterado y fuera de sí ha perdido su autenticidad y vive una vida falsa” y es lo que hace el autor a través de su otro ego, de su alter ego inventado, vive una existencia que no es la suya, que sólo imaginó.

Cierto que en literatura hay obras de ficción que, aun relatadas por un alter ego, están basadas en mucha realidad que vivió el autor. Se reciprocan, se esfuerzan por hacer que dos situaciones se correspondan. Tales son los casos de F.S. Fitzgerald en Suave es la Noche, La ruta del Dr. Shannon, de A.J. Cronin o El retrato de Dorian Grey, de Wilde, etc.

Evaporado el yo ¿quién será el alter ego?

Dibujo tomado del libro
La psiquiatría en la vida diaria
de Fritz Redlich,1968
¿Hay alguna truculencia en este asunto de mí otro yo?:

“¿Qué queremos decir cuando decimos que tenemos delante Otro, esto es, otro como yo, otro Hombre? Pues ello implica que este nuevo ser  es yo, ego, pero que a la vez es otro, alter, que es un alter ego. Este concepto de alter ego, de un yo que no soy yo sino que es precisamente otro, por tanto no-yo, tiene todo el aire de parecerse a un cuadrado redondo prototipo de lo contradictorio e imposible…La voz castellana   “otro” viene de la latina alter…”(José Ortega y Gasset, El hombre y la gente)

El asunto es que si hay otro yo, cierto, ese tendrá otra existencia pero no dejará de ser  análoga o similar a la mía:

“La paradoja es fenomenal, pues resulta que en el horizonte de mi vida, la cual consiste  exclusivamente en lo que es mío y sólo mío, y es, por ello, tan radical soledad, me parece otra soledad, otra vida, en sentido estricto incomunicante  con la mía y que tiene su mundo, un mundo ajeno al mío, un otro mundo.”

Pero por más que mi alter ego no sea yo en realidad, de alguna manera soy yo, soy mi ego. Ortega pone el ejemplo de una manzana de la que sólo puedo ver una mitad y la otra mitad me queda oculta pero no quiere decir que no exista:
Con un alter ego que no soy yo

“Lo mismo que con la manzana me es dada en com-presencia la mitad de ella que no veo, que no veo pero que me es ahí.”

Para que no quede duda en la distinción entre mi yo y el otro yo que  inventé, Ortega escribe:

“Ya hice notar que la expresión alter ego no sólo era paradójica, sino contradictoria, y por tanto, impropia. Ego, en rigor, soy sólo yo, y si lo refiero a Otro tengo que modificar su sentido.”

El escritor de novelas tiene al menos cien alter egos que puede sacar de su morral. También tiene conciencia que son criaturas inventadas por él y él las maneja a su antojo o a la necesidad del argumento.

Pero igual puede acabar  manejado por su alter ego. Como el drogadicto que acaba siendo esclavo de su sustancia, o el alcohólico de su botella.

Corre el riesgo de perder de vista la playa en la que está parado. Como le sucedió al personaje femenino, gran actriz, de W. S. Maugham, que olvidó cómo era ella y terminó hablando como los personajes que interpretaba en la escena, según la ocasión que se le presentaba en la vida real.

Jean Wahl anota que “Hablando de la existencia del yo y la existencia, nos encontramos en presencia de una antinomia pues la existencia es una vuelta a sí mismo y al mismo tiempo un ir fuera de sí mismo. Puede haber una evaporación del yo.” (El camino del filósofo)

 
ORTEGA

“La voz castellana viene de “otro” viene de la latina alter…”(José Ortega y Gasset, El hombre y la gente) “José Ortega y Gasset (Madrid, 9 de mayo de 1883 – ibídem, 18 de octubre de 1955) fue un filósofo y ensayista español, exponente principal de la teoría del perspectivismo y de la razón vital (raciovitalismo) e histórica, situado en el movimiento del Novecentismo.”WIKIPEDIA

 

 

 

 

 

 

 

 

 

G. GREENE, RESURRECCIÓN, cuento


 

Piensa mucho, en algo concreto, y te lo darás.

No algo, o alguien, de fuera lo concede, sino que tú te lo concedes.

Como en la adolescencia, con las hormonas todas alborotadas, se sueña con aquella muchacha y se produce lo que se conoce como eyaculación nocturna.

Así le sucedió a Craven, el personaje del cuento de Greene: Un lugarcito en los alrededores de Edgware Road (Londres). Le preocupaba mucho el asunto de la resurrección.

Nada extraño. Omnipresente es el tema de la muerte para el humano desde temprana edad. Se dice que eso es lo que nos hace humanos. Sabemos que vamos a morir, algún día, y el asunto no admite discusión.

 Nadie nos preguntó si queríamos nacer y tampoco nadie nos pregunta si queremos morir. Ambas cosas  suceden y ya.

Se cree que entre toda la fauna de este planeta, el hombre es el único que posee ese secreto.

Lo que sigue, también de manera ineludible, es la pegunta ¿Y, después? ¿Después de morir, “morir mortalmente”, qué sigue? ¿O no sigue?

Esta sola  pregunta ha inspirado que el humano escriba N cantidad de obras filosóficas, como para llenar el Mediterráneo. Unos que sí y otros que no.

Bellas obras filosóficas que nada más por eso valió la pena haber nacido, aunque no nos hayan consultado al respecto. Es maravilloso, es abrumador, cómo al humano se le ocurren tantas cosas, es decir, argumentos de filosofía.

Por eso los que saben de estas cosas siempre están alertando respecto de las obsesiones. Son escasas las que persiguen una meta positiva, y abundan las patológicas.

De haber sido escritor Craven, le habría obsesionado la hoja en blanco y cómo llenarla de letras, palabras y párrafos. Así habría vivido  hasta cien años más o menos feliz.

 Pero él seguía pensando en la resurrección. No era filosofo ni teólogo, sino un inglés que vivía bajo la obsesión de ese ¿y después?

En tiempos normales la pregunta brota con cierta frecuencia, pero es el caso que este relato se sitúa en el año 1939, cuando se hace inminente que las bombas nazis caerán sobre Inglaterra.

Otros podrán seguir trabajando, divirtiéndose, peleando, estudiando, pero Craven no. Él pensaba en la resurrección. Se había hecho una atmosfera  sombría, angustiante.

 Deambulando, una tarde se metió a la sala de un cine, tratando de distraerse. Antes de entrar vio a algunas personas con pancartas que decían algo de “La tragedia de Bayswater”.

Era una sala vieja en la que se exhibían películas sólo de vez en cuando. Ni siquiera pudo concentrarse en el tema de la película y sólo veía escenas aisladas de lo que ahí sucedía.

Un individuo se sentó a su lado en la semioscuridad. Situación extraña porque en la enorme sala habría cuando más veinte personas, por aquí y por allá. Era bajito, la cabeza la echaba un poco de lado y, al tiempo que le preguntaba algo del crimen que se desarrollaba en la pantalla, ponía una mano encima de la mano de Craven. Craven sintió que era una mano húmeda y pegajosa.

-¿Está dormida?-preguntó el hombrecillo refiriéndose  la mujer de la película.

-No, muerta.

-¿Asesinada?

-No lo creo se clavó un puñal.

Siguió el dialogo entre estos dos desconocidos. En un momento el hombre dijo que él sabía de esas cosas de asesinatos.

“Su cabeza tenía el hábito de inclinarse a un lado. Dijo con claridad y sin venir al caso: “La tragedia de Bayswater”.

-¿Cómo estuvo eso?-preguntó Craven recordando las pancartas de la calle.

El hombrecillo se levantó y se fue.

En eso hubo una falla en el proyector de la película y las luces de la sala se encendieron. Fue cuando Craven se dio cuenta que la humedad de su brazo era sangre. Imaginó una relación entre el hombrecillo-asesino y La tragedia de Bayswater.

Craven salió y marcó el número 999.Cuando llegaron los del departamento correspondiente, y él les contó del hombrecillo, le informaron que, efectivamente, había habido un asesinato: “A un hombre le habían cortado el cuello de lado a lado con el cuchillo para el pan.”

Les dijo que había visto al criminal y contó lo de la sangre.

El hombre del departamento le respondió:

-Oh, no, ya tenemos al criminal, no hay duda alguna. Es el cuerpo el que desapareció.”

 
GREENE

“Escritor, crítico y dramaturgo inglés, Graham Greene fue uno de los más conocidos escritores anglosajones del siglo XX, recibiendo tanto alabanzas por parte de la crítica como del público en general. Comenzó a escribir todavía en la universidad -poesía, sin demasiado éxito- y pasó a trabajar para The Times. Su primera novela, Historia de una cobardía, salió a la luz en 1929 y su éxito le permitió dedicarse a la literatura a tiempo completo.”WIKIPEDIA

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

J.G.FICHTE, EL MILAGRO DE LEER


 

 Países en los  que se leen dos, o menos, o nada, libros de cultura promedio al año por individuo, donde el niño no tiene modelos lectores en el hogar para empezar el hábito por imitación, donde los maestros de la escuela están tan mal remunerados en sus salarios y prestaciones que se la pasan protestando en la calle en lugar de estar enseñando, en donde se ven al menos cinco horas al día de televisión, que “salga” un niño lector de toda su vida, no parece corresponder tal situación al mecanismo de causalidad.

Los modernos sistemas pedagógicos apuntan a que el lector se hace,  no   nace. Pero la realidad (medio libro de cultura promedio al año) dice que pudiera ser  que nace, no que se hace.

 O, si se hace, ¿por qué no se hace? ¿Por qué en un país que se conforma de cien millones de personas, pongamos por caso, al menos noventa millones fueran lectores de libros de cultura?

¡Edipo, gran descifrador de enigmas, resuélvenos este laberinto de cómo hacer de la lectura una cosa cotidiana en el pueblo! ¡O que se manifieste tal cosa! Que tenga origen divino, genético o pedagógico, como sea, pero que sea.

 Una dosis de cada cosa podría conciliar criterios. Para Fichte el filósofo (dentro de la filosofía idealista) nace, no se hace:

“Para ser filosofo hay que haber nacido filósofo, ser educado para serlo y educase a sí mismo para serlo.”

El pensamiento de Fichte comprende:1) un determinismo,2) no rechaza la opción pedagógica y 3) lo impele a que el individuo haga su parte de la tarea.

Es encantador el pensamiento que los padres den el ejemplo, se pongan a leer para que el niño aprenda con el ejemplo. Esto es un bello, y valioso,  lugar común en los libros que tratan el tema.

La realidad es que hay países, y no pocos, en los  que se cuentan por millones los hogares donde un solo libro jamás ha franqueado el dintel de esa puerta.

Equivale a enseñar a comer a niños campesinos según una dieta balanceada, cuando ni siquiera un tortilla dura hay para comer.

Aquí no aplica el ejemplo del doctor Thomas Stockmann, de Ibsen, en Un enemigo del pueblo. Rechazados sus hijos de la escuela, debido a las ideas que tiene el doctor Stockmann,  decide que él los enseñará. No necesitan la escuela.

Tenía el doctor  formación académica. En los hogares donde no hay un solo libro no hay nada, en lo que a lectura de entretenimiento se refiere. “Los ciegos no pueden guiar a ciegos.” O, como dice Aristóteles con su teoría de la eternidad: de la nada no sale nada.

Y, sin embargo, en estos hogares alguna vez brota el lector que parece que nació para ser lector de toda su vida. Es una realidad pero, ¿desde dónde brotó, del cielo, de los genes, de la pedagogía?

Así sucedió en Ulman, madre de la gran cultura olmeca-maya, y así sucedió con los caldeos de la gran Ur hace cinco mil años y con los griegos de la Hélade. Del erial surgió todo.

Primero  conocer, hasta donde sea posible, las ideas de los otros. Y después lanzarse a soñar utopías propias, alguna se alcanzará (a la postre muchas  utopías se alcanzan, sobre todo en el nivel académico).

“¿No está, acaso, el espacio cósmico en nosotros mismos?” (Novalis)

“Pensamos, y sentimos, que estamos vinculados a nuestra cultura, la historia y finalmente al mundo.”(Jean Wahl El camino del filósofo)

PROMETEO
de RUBENS
La tesis pedagógica, a ultranza o, como ahora se dice, en blanco y negó, pudiera parecer peligrosamente  paternalista.

La formación del individuo está a criterio de terceras personas. ¿Si estas personas no quieren formarlo, o no pueden o no saben cómo hacerlo o deciden mal formarlo?

“La idea romántica según la cual hay en nosotros bellos  sentimientos no expresados conduce a una especie de pereza efectiva y a una interiorización egoísta.”(Wahl)

Los gobiernos federal, estatal y municipal, de los  países, tiene el mandato constitucional de educar a su pueblo y no hay que quitarles tal responsabilidad. Pero esperar todo de ellos es propio de un pueblo apoltronado.

“El que recibe una idea tiende a ahorrase la fatiga de representarla y recrearla en sí mismo. Esta recreación no consiste  en más que en repetir  la faena del que la creó, esto es, en adoptarla sólo en vista de la incontrastable evidencia con que se le imponía.”(Ortega y Gasset, En torno a Galileo)

Más que un precipitado determinismo es  pasarle el balón(o el libro) a las manos del individuo. Que se haga responsable de su propia formación como lector.

La televisión, así como está en este siglo veintiuno, es un cúmulo de valiosas lesiones (lecciones) de lo que no se debe hacer. Conque los individuos hicieran el reverso del molde, de lo que ahí se ve, tendríamos una sociedad de 9, de calidad, en una escala del 0 al 10.

Aprendemos de los otros de manera empírica. Pero quedarse ahí es vivir en un mundo que otros han hecho. Como el emigrante que llega a un país que no es el suyo. El que lee se da cuenta que hay mejores modos de vivir, para bien de todos, empezando por él.

Como sea no hay que perder de vista que se aprende de escuchar a otros y de leer a otros. El riesgo es quedarse en los otros y perder de vista lo propio:

“Esta complicación de la cultura  recibida hace engrosar la pantalla entre el sí mismo  de cada hombre  y las cosas mismas que le rodean. Su vida va siendo cada vez menos suya y siendo cada vez más colectiva. Su yo individual, efectivo y siempre primitivo, es suplantado por el yo que es “la gente”, por el yo convencional.” (Ortega)

Esas situaciones, y más, conllevan la práctica del leer.

Pero un paso atrás es cuando aún no se tiene la costumbre de leer libros de cultura.

Es cuando invocamos a Edipo, ese gran descifrador de enigmas, que  nos ayude a resolver   cómo lograr de la lectura una cosa cotidiana en el pueblo porque, pese a todo lo que al respecto se ha publicado, es exiguo lo que se lee.  

FICHTE
Johann Gottlieb Fichte (Rammenau, 19 de mayo de 1762 – Berlín, 27 de enero de 1814) fue un filósofo alemán de gran importancia en la historia del pensamiento occidental. Como continuador de la filosofía crítica de Kant y precursor tanto de Schelling como de la filosofía del espíritu de Hegel, es considerado uno de los padres del llamado idealismo alemán.

 Lo que sigue lo encontramos en Internet y corresponde a lo expuesto en una conferencia por un investigador universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México:

“La situación de la lectura en México arroja cifras alarmantes y preocupantes, pues se calcula que el 70 por ciento de los mexicanos en educación primaria y hasta universidad no lee, "por lo que están en primer lugar en América Latina".

Lo anterior lo señaló hoy aquí el doctor e investigador en filosofía por la UNAM, Federico Alvarez Arregui, de acuerdo a cifras de la UNESCO, al presentar la ponencia "El papel del libro en la cultura actual", en el marco del Día Internacional del Libro.

Alvarez Arregui, quien también es director de la revista Literatura Mexicana, del Instituto de Investigaciones Filológicas, afirmó que no obstante que el desarrollo de la industria editorial en México es la más grande en América Latina, destacó que en el país se lee medio libro por habitante al año.

Indicó que en México existe un mayor número de personas que saben leer y escribir, pero aclaró que la situación en el país es lamentable, "pues no se lee".

Consideró necesario que una de las misiones y deberes es auspiciar la lectura desde la educación primaria, a través de la producción y promoción nacional de la lectura.”

F.COPLESTON, CRISTIANISMO Y FILOSOFÍA GRIEGA


 

Católicos temerosos de la filosofía no son pocos en el mundo.

Se cree que por el camino del razonar se pierde el cielo por abrigar la duda. Por poner en duda la fe.

Tantos sofismas se han escrito de este tema que lo que tenemos enfrente es un revoltijo que se antoja indescifrable. Por eso Copleston escribe:

“El filósofo toma su punto de partida en las criaturas y el teólogo en Dios; los principios de que se vale  el filósofo son los discernidos por la luz natural de la razón, los principios de que se vale el teólogo son revelados; el filósofo se ocupa del orden natural, el teólogo trata primordialmente  del orden sobrenatural.”

Otros católicos, en cambio, saben que los Padres de la Iglesia son llamados así porque desde su base firme de la fe, se atrevieron a incursionar en los laberintos del pensamiento lógico. San Agustín, san Buenaventura, san Alberto Magno, Santo Tomás de Aquino…

“En la medida en que los Padres no se limitaron a aplicar la razón a la comprensión, correcta formulación y defensa de los datos de la revelación sino que además trataron de temas que habían sido considerados por los filósofos griegos, ayudaron no solamente a que se desarrollase la teología sino también  a proporcionar material para la construcción de una filosofía que fuese compatible con la teología cristiana.”

Agrega:

“El tránsito de la fe al “entendimiento”, a la teología escolástica por una parte y  a filosofía por otra, fue últimamente el resultado del hecho de que el  cristianismo había sido dado al mundo como una doctrina revelada de salvación, no como una filosofía en sentido académico, ni siquiera como una filosofía escolástica.”

Conocieron a Platón, a Aristóteles y a Plotino. Los conocieron, los estudiaron, los criticaron, y los adoptaron en lo que era consecuente con el cristianismo.

PLATÓN
Así se fue teniendo más clara conciencia de la diferencia sustantiva que es la Creación de las Escrituras y la Eternidad de Aristóteles. De la misma manera profundizaron en el Motor Inmóvil aristotélico y el Ser autor de todas las cosas, etc.

Pero fue Platón, sobre todos los filósofos de la antigüedad, el que, desde su pensamiento pagano, dice tantos conceptos que, en lo general, no son nada extraños para el cristianismo.

Esto mismo  dice Werner Jaeger en su Cristianismo primitivo y paideia griega (Fondo de Cultura Económica, México, 1974)

Sabemos que el cielo del cristianismo se puede ganar pero, ¿cómo? ¿Cómo podría ser mediante el razonar lógico despejar lo ilógico? Eso es lo que busca resolver la filosofía.

Hay parangones humanos que podrían darnos luz al respecto. Una expedición alpina  pone pie en la cumbre de su montaña porque tenía fe de que lo lograría. Pero ya de regreso al valle el cronista de la expedición tiene que empezar a detallar cómo fue el desarrollo de todo eso. Así es el quehacer filosófico con relación a la teología:

“Los cristianos empezaron por creer, y sólo después, en su deseo de defender, explicar y entender lo que creían, desarrollaban una teología y, en subordinación de ésta, una filosofía…Ante todo creían, y luego trataba de entender.”

SANTO TOMAS DE AQUINO
En otras palabras, dejaron de atrincherarse, temerosos, detrás de las Escrituras, recitando  tautológicamente, versículos tras versículos, para, desde lo humano, tratar de penetrar más allá de las nubes:

“Es posible ver la absorción y la utilización de la filosofía griega por los pensadores cristianos como partiendo prácticamente de cero en los primeros años de la era cristiana, incrementándose gracias al pensamiento de los Padres hasta el escolasticismo medieval más antiguo, enriqueciéndose de un modo súbito, relativamente hablando, por las traducciones del árabe y del griego, desarrollándose en el pensamiento de Guillermo de Auvergne, Alejandro de Hales, san Buenaventura, y san Alberto Magno, hasta alcanzar su culminación en la síntesis tomista.”

(F. Copleston, Historia de la filosofía, tomo II, capítulo LI)

 
COPLESTON

“Frederick Charles Copleston S.J., (10 de abril, 1907, Taunton, Somerset, Inglaterra – 3 de febrero, 1994, Londres, Inglaterra) fue un sacerdote de la Compañía de Jesús y un escritor de filosofía. Copleston se convirtió al catolicismo romano mientras asistía al Marlborough College. Fue el autor de la influyente obra Historia de la filosofía, publicada en once volúmenes. Es conocido además por el debate que sostuvo con el famoso pensador inglés Bertrand Russell, transmitido en 1948 por la BBC. El debate se centró en la existencia de Dios. El año siguiente debatió con A. J. Ayer sobre el positivismo lógico y la significación del lenguaje religioso.”

 

 

 

 

 

 

TLALOC EN PRIMAVERA


 

Tláloc es causa  que  broten las plantas y las flores en primavera.

Pero desde hace dos siglos, además, tiene que limpiar la suciedad de aire que los hombres hemos  instalado en el valle.

Tláloc lanza el relámpago a través de los cielos. Es señal para que los tlaloques, sus dioses auxiliares, rompan tinajas llenas de agua que están allá arriba, en forma de nubes.

El agua cae sobre la tierra. Para efecto que los campos se beneficien en un área más amplia, Ehecatl, dios del viento, agita sus grandes orejas y desplaza las nubes hacia el horizonte.

Tláloc es la figura pragmática de los campesinos y también  el Ser inmaterial de la espiritualidad de los pueblos nahuas.

Tláloc hallado en la cumbre mayor del monte Ajusco
sur del Valle de México.
Las grandes orejas corresponden a  Ehecatl
En las cumbres de todas las montañas del Altiplano se realizaban fiestas dedicadas a Tláloc-Ehecatl.

Así está dicho por los abuelos, así está escrito por los grande cronistas españoles del siglo dieciséis, según les contaron los sacerdotes aztecas que eran los que tenían este conocimiento. Si no sucede así la vida no se da, o si ya está, perece.

Este desplazamiento, en los tiempos del relato, del presente hacia el pretérito y otra vez hacia el presente, se debe a que el México indígena está vivo en las más de cincuenta etnias esparcidas por el territorio.

 Para lo contingente nosotros hablamos de viento alisios, y las etnias, de la dualidad  Tláloc-Ehecatl.

Montaña Ajusco,3,900m.s,n.m.
La cima del fondo es la más alta.
Las etnias han sabido resistir a cuanto eclecticismo intelectual disolvente ha tocado a su puerta en estos últimos cinco siglos. De lo que no se han salvado es de la mundialización del aire atmosférico contaminado.

Todo alpinista que ha llegado a los cuatro mil, o más, ha presenciado cómo los altos puertos de las montañas son desbordado por la nata negra de humo que sube desde los valles.

En las primera semana de mayo así sucedió.176 grados de ozono. Los medios de información masiva empezaron a sacar estadísticas que al menos 20 mil vidas, en un año, han perecido por el alto grado de contaminación de enfermedades relacionadas con las vías respiratorias y contaminación de la  sangre por el plomo, etc.

El domingo 15 de mayo (2016)se activó la fase de precontingencia ambiental atmosférica por ozono. La primera vez que una precontingencia se declara en día domingo.

Montaña Tláloc (4150 m.s.n.m.), nevada, vista desde la Ciudad Sagrada de Teotihuacán.
Fue cuando todos empezaron a mirar angustiados hacia el este, hacia las altas montañas del Tlalocan, en donde está el gran adoratorio de Tláloc.

Pero ya no veían hacia Tláloc, pues este dios se les había borrado de la memoria a los eclécticos de la ciudad. Veían en dirección del Golfo. En la esperanza que el movimiento marino, que conocemos como mareas altas y mareas bajas, agitaran las masas de aire y las enviara hacia el Altiplano.

En la esperanza que los vientos alisios, procedentes de las latitudes subtropicales, sean  modificadas hacia el oeste por la rotación de la Tierra y el efecto coriolis, etc.

Todo eso esperaban ¡y nada, los vientos y las lluvias no llegaban y el humo en las calles se metía por las narices!

 Como recurso de emergencia se empieza a anunciar que esta temporada, que terminará el 30 de noviembre, traerá por lo menos 30 ciclones y que 5 podrían convertiré en huracanes. ¡Pero nada de eso llegaba y la precontingencia seguía estacionada! Dos millones de vehículos eran sacados de circular en las calles y tampoco, ¡el humo seguía flotando en las calles!

Paseo de la Reforma, C D, de México
179 grados de ozono, 4 de mayo 2016
Los potentes telescopios de los observatorios de la Sierra Negra de Puebla, Tonantzintla y  de San Pedro Mártir, en Baja California, atisbaban los cielos y los huracanes.

Al mismo tiempo (estamos hablando del mes de mayo, para otros mes toxcatl, el mes de Tezcatlipoca), algunos ancianos emprendían la ascensión de la montaña  seguidos por un centenar de gente de campo, niños, mujeres y hombres de todas las edades, del monte Teocuicani, en el norte inmediato del pueblo de Tetela del Volcán, Estado de Morelos (ladera sur del Popocatépetl) para “pedir agua”.

 En la cumbre, sobre los restos del importante adoratorio a Tezcatlipoca, queman copal y cantan en dirección del volcán. Lo hacen así al menos desde mil  años, atrás, mayo tras mayo, o, toxcatl tras toxcatl.

A-Monte Teocuicani. Vista desde el pueblo de Tetela del Volcán.
La cumbre de la izquierda (oeste) es donde se encuentra el adoratorio.
B- Gente sobre la cumbre del Teocuicani "pidiendo" agua. Queman copal y cantan
 en dirección al cercano Popocatépetl.
C-Basamento del adoratorio a Tezcatlipoca, en la cumbre del Teocuicani.
En este recinto se encontraba la escultura de un joven de alto como la "de un muchacho de ocho años"
dice Diego Durán. A Tezcatlipoca se le representaba como a un joven.
Las cruces de madera (suben una cada año) y la capillita del fondo no son, obviamente, originales sino que corresponden a  los tiempos del sincretismo con la religión católica.


 
A los meteorólogos nos les falla los cálculos. A los habitantes de los pueblos subyacentes del monte Teocuicani tampoco. Con una precisión de minutos.

Hay de donde escoger. ¿Prefieres los átomos de Demócrito o las Ideas de Platón?
Ciudad de México,20 de mayo 2016:176 puntos de ozono
foto tomada de Internet

¿Usted cree que lloverá? Preguntamos al hombre anciano campesino que dirigía la ceremonia de quema de copal. El aire estaba seco y el cielo exento por completo de nubes.

Son los descendientes, o continuadores, de los teciuhtlazove. Ahora se les conoce como los "graniceros" (los que hacen llover granizo o bolitas de hielo).Tienen el poder de hacer llover o bien, si la cantidad de días lluviosos amenaza con volverse  perjudicial para la siembra, detener la lluvia.

Para el pensamiento occidental los teciuhtlazove han de parecer, como al pensamiento indoamericano, la existencia de las almas del cristianismo.

Ambas, teciuhtlazove y almas, inexplicables, o inalcanzables, para el pensamiento racional. Y, sin embargo, ahí están. 

Hubiéramos apostado, con toda seguridad, una fortuna que en una semana no llovería. La tierra que pisábamos era fina y nuestras botas se hundían todo el grueso de la suela.

Seguro que va a caer la lluvia. Espere un poco y usted mismo lo comprobará.

Veintitrés minutos exactamente más tarde empezaron a caer enormes  gotas de agua que se hundían en el seco y fino polvo del suelo. ¿De dónde salieron esas nubes?

Eso es porque quemamos copal y cantamos hacia el volcán, dijo el anciano, pedimos agua y se nos concedió.

Conservaban el rito y la idea aunque no los nombres de las deidades. Cinco siglos antes pronunciaban Ehecatl y Tláloc.

 El primero agitaba sus grandes orejas y enviaba las corrientes de aire y con ello las nubes. El resto lo hacía Tláloc con sus cantaros de agua que dejaba caer sobre los valles.

Las ráfagas de viento se sintieron recorrer  ¡al fin! por el gran valle, “oficialmente” la temporada de lluvias, ciclones y huracanes,   empezaban.

Los niños y los ancianos podían respirar con cierto alivio, al  menos hasta el otro mes de febrero. Los deportistas ya podían reanudar sus ejercicios al aire libre. Los políticos en las ciudades respiraron aliviados. Los campesinos descendieron de la cumbre del monte Teocuicani a trabajar sus tierras de cultivo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

NOSTALGIA FOTOGRAFICA


 

¿Cuánto acerca la tecnología a la gente?

No que la comunique, sino que la acerque? También el telégrafo la comunicaba…

La tribu se reunía para comer en el interior de su redonda tienda. Los pioneros en la enorme sala rústica en torno a la fogata. Los campesinos en derredor del fogón con las cazuelas.

Tales preguntas empezaron a hacerse cuando la televisión se instaló en la sala del hogar. La familia está junta pero no cerca. Tan lejos como esos matrimonios que ya duermen espalda con espalda.

La pareja de novios ya no se trenza en abrazo abrasador, jadeante, sudorizante y, en el mejor de los casos, hasta eyaculizante…Ahora tiene cada quien en la mano un teléfono celular-cámara  y se comunican con escenarios distantes. Están juntos pero no cerca. Entre ellos hay un tercero virtual.

Parece que la pregunta correcta sería ¿cuánta  capacidad de acercamiento tiene la gente en presencia de la tecnología?

Todos tomamos fotografías pero ahora ya casi no hay fotógrafos ni tampoco hay fotografías “reales”, sólo virtuales. Están pero no están, son pero no son.

Cámara de modelo "todos toman fotos"
(Las 3 fotos que ilustran esta nota fueron tomadas
de Internet)
Es el estilo de nuestro tiempo. Todos manejamos pero ¿cuántos sabemos de mecánica automotriz? Todos tenemos un ejemplar de La Ilíada pero ¿cuantos la leemos? Lo mismo con el Popol Vuh, el Nuevo Testamento, Don Quijote de la Mancha, Lo que el viento se llevó, etc.

La política de la industria fue que todos tomaran fotografías aunque no supieran nada de la técnica fotográfica. La idea era la venta de las cámaras, películas…

Se simplificó a tal grado que bastaba con abrir la tapa de la cámara de formato cuadrado, meter el rollo, cerrar y “disparar”. Era lo que se llamaba “cámaras de lente (objetivo) fijo”. No había necesidad de manipular los lentes ni las velocidades de “disparo”.

No era necesario  considerar cosas como la profundidad de foco o el poder de resolución del grano de la película, etc. ¡Sólo disparar!

Llevar el rollo al laboratorio fotográfico (había un laboratorio  en cada rumbo de la colonia y en el centro de la ciudad  uno o dos por  cada calle.

La gente tenía álbumes y más álbumes de fotografía. Parte del programa de las fiestas familiares era sacar el álbum y mostrar a todos las fotografías.

Los rollos de película eran de 20 0 36 exposiciones (cuadritos o negativos).Se terminaba y, si eran necesario, como sucedía a los fotógrafos profesionales, se metía otro rollo y luego otro.

Algo parecido sucedía con la fotografía que llenaba las necesidades de la industria, del arte y la ciencia.

Todo eso desapareció. O casi. Kodak, Agfa, Ilford y todos los emporios de la industria fotográfica mundial. Ya no hay cámaras fotográficas “mecánicas”, ni laboratorios ni álbumes familiares para pasar de mano en mano.

Hay una versión moderna de todo eso.

Otro modelo universal
La profesión de fotógrafo desapareció como desaparecen tantas profesiones.

Hay pocos "boleros" en las calles que lustren zapatos pues muchos usamos tenis.

Los dibujantes de mapas topográficos desaparecieron.  Lo mismo los especialistas en la fotografía científica ya que ahora todo académico toma sus fotos,  las mete a la computadora y, mediante "programas", hace con ellas lo que necesite...

El que escribe tampoco necesita ya la hoja de papel (con “papel copia” entre hoja y hoja para hacer varias copias).Tampoco hay ya máquinas mecánicas para escribir, ni los que las fabricaban ni los que las reparaban…

Y la industria esta diseñando robots que sustituirán a los escritores, y hasta a los filósofos, con sólo dotarlos de "programas" con conceptos del bien y el mal, lo permanente y lo contingente, la eternidad y la creación, etc.

(No se asusten, filósofos, ustedes, como nadie, saben que la tecnología ya nos llevó a las estrellas pero el ser humano sigue como en el tiempo de las cavernas, y es más, que ni siquiera ha empezado por ser humano. Tiene todas las potencialidades para serlo pero...)

Se les pasó la mano con la política de “que todos tomen fotografías aunque no sepan ni pizca de técnica fotográfica”.

Ahora basta girar el mando de la nueva cámara y, según la resolución (el tamaño que se quiera ampliar la foto) ya se pueden “tomar” 200 ó 600 ó 1500 o más fotografías sin necesidad de rollos de película como antes.

Conectas tu cámara (o la pequeñísima memoria) a la computadora, abres una carpeta en la computadora y la guardas. Puedes abrir infinidad de carpetas y guardar en ellas miles de fotografías. Y no ocupan espacio físico.

¡Impensable medio siglo atrás! Tanto, o más, como ir en bicicleta de aquí a la luna.

Pocas fotos, muy pocas, se imprimen en la impresora casera (una cajita tamaño oficio) a plena luz del día,en sustitución de aquellos chicos, o enormes, cuartos oscuros que eran los laboratorios con luz ámbar-roja y que siempre olían a ácido acético, con doble cortina negra en lugar de puerta.

Lo social, lo humano, relacionado con al fotografía, también se fue en gran medida. Mostrabas la foto, que cualquier llevaba en el libro como separador de hojas, ¿te acuerdas cuando te tomé esta foto escalando? Casi te orinas en los pantalones porque aflojé la cuerda con la que te aseguraba para poder "disparar" la cámara.

La misma fotografía digital moderna fue rebasada, en cierto sentido, por los teléfonos celulares en los que se toman fotografías con un gado de resolución igual que las modernas cámaras digitales formales.

Película fotografica
Como sea, se puede decir que la fotografía “real”, física, material, casi no existe. Lo que todos tenemos es la fotografía virtual. Está por todos lados y a la vez por ninguno.

 Como el que pensara llevar los bolsillos llenos de monedas y billetes y sólo encontrara la tarjeta del cajero automático…

Las fotos virtuales en la computadora están en potencia y hay que recordar que muchas potencialidades nunca llegan al acto, a la realización verdadera, en este caso, al papel.


Ahora esa fotografía, que se sigue “tomando” mientras se  escala, está por ahí, “metida” en algún archivo de la computadora.

Y desaparecerá esa fotografía, para siempre, cuando un rayo caiga sobre el “disco duro”. Igual que desaparecerán las mil cuartillas que el escritor lleva de su novela…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

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