J.WAHL,  TIEMBLA Y BUSCAMOS TIERRA FIRME

Ira y amor son dos cosas que le dan dinamismo al Olimpo de Zeus.

 Juno le hace la vida difícil a Eneas fortaleciendo al enemigo para que le infrinja derrotas en el campo de batalla. Y vemos a Venus, la madre divina de Eneas, despejándole el terreno para salir victorioso cuando todo estaba perdido.

Así explicaba la mitología griega lo que sucedía en su subsuelo con las placas tectónicas. Destinos llevados y traídos en aparente inexplicable lógica.Pasado el desastre podemos apreciar, ser conscientes, de la Felicidad. O de la normalidad. 

La antinomia resalta la importancia del contrario. Ante una situación de maldad podemos apreciar mejor lo bueno.

 No es que el bien exista gracias al mal sino que lo hace resaltar no sólo en las personas conscientes e instruidas, y también, sobre todo, en las  multitudes amodorradas.

En los países donde la corrupción de las burocracias  alienta la inseguridad de la sociedad, de manera instintiva las iglesias se llenan de gente. Así es como el diablo trabaja para Dios, allegándole más feligreses, que todos sus sacerdotes del mundo. Se tiene mayor consciencia del bien. Del valor de las buenas  relaciones  entre los individuos ante la cercanía del caos.

Los santos lo dijeron primero, inspirados en parte por Platón. Pero como pocos se interesan por conocer la vida de los santos (esas figuras llenas de polvo que vemos en áreas oscuras de los templos), no se sabe lo que ellos dijeron del bien y del mal, de la normalidad, del caos.San Agustín, Santo Tomás de Aquino, Santa Teresa de Ávila...

A lo filósofos, que dicen lo mismo que los santos, no se les conoce mejor pero como sus ideas circulan fuera de los templos, en aulas, cafés y bares, y manicomios, algún conocimiento trasciende de esa antinomia.

En su obra, Introducción a la filosofía, Jean Wahl anota:

“Puede incluso decirse que esta insistencia en el mal como positivo ha conducido a una conciencia más clara del bien, puesto que cada contario saca del otro un valor más intenso.”

 
                                    Dibujo tomado del libro
                                La psiquiatría en la vida diaria
                                     de Fritz Redlich, 1968
 
No hay que esperar años para poder observar que la tranquilidad y la sosobra se alternan. En un mismo día eso sucede con frecuencia. El estrés, la parálisis facial, no son tan raras como se cree. Por algo será.

Por eso buscamos en la religión, o en la filosofía, o en la actividad deportiva, estar en paz. La paz natural o espiritual, no la paz química.

Hay lugares comunes que ilustran la manera: “No hagas lo que no quieres que te hagan”, “El respeto al derecho ajeno es la paz”…

O bien, buscar vivir en la plenitud, en la belleza, en la ataraxia, como si fuera este minuto el último. Esto no es ninguna intención de escritorio.

En regiones sísmicas como chile, Perú, México, Guatemala, las costas del Mar Egeo, la casa donde vivimos puede colapsarse en este mismo segundo. En México hemos visto colapsar edificios, de varios niveles, en tan solo cinco segundos.

Si el brinco, o la liberación de fuerzas por superposición de dos placas tectónicas, se dan lejos, entonces la alarma sísmica nos avisa que tenemos algunos segundos para buscar un área más segura.

A eso se debe que en esta situación vemos en la calle gente descalza que no perdieron tiempo buscando los zapatos y ni siquiera las chanclas y salió corriendo.

O gente que se bañaba, y si estaba en el excusado, no perdió tiempo  en limpiarse el trasero y también salió corriendo. Esto no lo creerá el que no se ha encontrado dentro de un sismo en la ciudad.

Pero si las placas están cerca, como el 19 de septiembre del 20017 pasó en México, el colapso del  edificio llega al mismo tiempo, o antes, que la alarma sísmica.

El sismo es un recordatorio que hemos hecho nuestra vida muy vulnerable. Culpamos al sismo que los edificios se colapsaron. ¿Qué culpa tiene el sismo que construyamos, o que edifiquemos, en áreas vulnerables?

Hablamos de desastres naturales pero no de desastres provocados por la sociedad, por su imprevisión o por su corrupción.

 México, por si algo le faltara, está sobre cuatro placas tectónicas: Norteamérica, Pacifico, Rivera y Cocos.

Igual culpo a Dios, como autor, de los males que me aquejan, sin aceptar que yo soy el que he hecho mi vida vulnerable.

Después de esto, si seguimos con vida, por haber ganado la calle ilesos, o por haber sido rescatado dentro de las ruinas del colapso, sigue  la creencia que menciona Wahl:

“Partiendo de distintos puntos de vista, han llamado Hegel y Nietzsche la atención sobre el hecho de que a las horas más negras de la humanidad siguen las más bellas.”

                                                                         Wahl
 
“Jean Wahl nació en Marsella, en  1888. Falleció en París en 1974. Filósofo francés. Tras ejercer como profesor en EE UU, regresó a Francia (1945) para enseñar en la Sorbona y fundó el Colegio Filosófico de París. Es recordado, sobre todo, por su estudio sobre La desdicha de la conciencia en la filosofía de Hegel (1929). Otras obras a destacar son, entre otros títulos, Filosofías   pluralistas de Inglaterra y América (1920), Hacia lo concreto (1932) e Introducción a la filosofía (1948).”WIKIPEDIA

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

TABLAS PARA MEDIR EL ESTRÉS EN EL ESCALADOR


 

Sentir tensión en el trascurso de una escalada es normal y necesario.

La tensión prepara el organismo para ir evolucionando sobre la roca, nieve y hielo. Sudan las manos, se acelera le respiración, el corazón golpea fuerte…

Depende de varios factores que un mismo obstáculo sea superado con más o menos, diferente dificultad, por dos individuos: edad, constitución física, disposición mental, preparación física, conocimiento del terreno consistente o erosionado, cómo responde el organismo en las diferentes cotas en la producción de glóbulos rojos  para el oxígeno en la sangre, cultura alpina...

La montaña que yo veo no es la misma que ve el otro. La calle que ve el policía no es la misma que ve un sociólogo o uno que vende tamales y hot dogs.

En el medioevo los europeos  veían demonios y brujas en las montañas, en tanto que, en México, en ese mismo tiempo, se veía a las montañas como dioses benéficos.

Los estadounidenses ven en la luna un niño pescando en el río, en tanto los mexicanos ven a Tecuciztecalt, de la leyenda teotihuacana, que ilumina la noche.

"El desierto es un asesino de hombres eliminándolos por
deshidratación"
¿Qué tiene que ver el desierto conque los
hombres no hayan llevado suficiente agua
para la travesía?
Desierto de Altar, Sonora.
Foto de Armando Altamira G.
Mucho depende de la cultura del estatus social  en el que se mueva el individuo, sus mitos, su analfabetismo académico, su analfabetismo  emocional, sus leyendas, su idealismo religioso, su materialismo filosófico.

Cómo se mueve en las dos grandes culturas  que tiene el mexicano(o argentino, o peruano, o guatemalteco) que son la náhuatl y la occidental. O sólo es un revoltijo patológico de opiniones y no de argumentos.

Todo cuenta a la  hora de emprender la ascensión a la montaña. Tan real, o más, como el peso de la mochila que cuelga de nuestras clavículas.

Una de las tablas para medir el estrés en el individuo en tanto escala, fue en Europa,  la de Welzenbach, en el siglo pasado. Entonces  no se hablaba de estrés sino de miedo. Después otras regiones de importancia alpina del planeta los escaladores fueron elaborando sus propias tablas para medir el estrés.

Pero no fue a la manera matemática del doctor Samuel Basch, inventor del esfigmomanómetro para medir la presión arterial. Las “matemáticas alpinas” fueron subjetivas, si cabe esa expresión. Yo pienso que esto vale un 5. ¿En qué te fundas? ¡Para mí es un 5!

Se consideraba, con Welzenbach, que el 5° grado era el límite de las posibilidades humanas para superar un obstáculo alpino. Con el tiempo esa tabla se fue ampliando al referirse como un 5° grado superior. Luego vino el 6°.el 7° grado, el 8° grado…

A semejanza como se estila en literatura, que no  habla el autor de la novela en primera persona, sino en tercera persona, por medio de su alter ego. Así sucede en el alpinismo, con la tabla de dificultades. No se dice yo tengo tal cantidad de estrés sino: la montaña tiene esta dificultad.

El autor de la novela no dice levanté mi tarro de cerveza y la bebí de un trago sino, Juan levantó el tarro de cerveza y la bebió de un trago.

En escalada no es el escalador el que tiene dificultad para subir la montaña sino es la montaña la que, se dice, se pone difícil.

"La montaña asesina espera a los que intenten escalarla"
La preparación psicofísica  de los alpinistas tiene la respuesta, no la montaña.
Pared sur del monte Ameghino, Argentina.
Foto de Armando Altamira G.
De ahí que la tabla se haya invertido. La tabla ya no mide el estrés en el escalador sino que le pasa el paquete a la montaña. Esta escalada es un  5° grado superior. O de 8°.

La sociedad tiene procesos similares. Se habla de desastres naturales, sismos, volcanes, que causan grandes daños a la población, cuando entran en actividad. No se habla de la imprevisión humana. Se le hecha la culpa a los destres naturales.

¿Qué culpa tiene el Vesubio que los hombres hayan edificado la ciudad de Pompeya tan cerca del volcán. “El  Vesubio demostró su ira una vez más”.  “La contaminación ambiental se vengó de  sociedad provocando serios trastornos en la salud de la gente”.

¿Qué culpa tiene el suelo gelatinoso, del antiguo lago de Texcoco, México, que en la actualidad se construyan sobre él grandes y pesados edficios que se viene abajo con los sismos?

Todo esto está bien  en la composición lírica de la novela y hasta es deseable porque da “atmosfera en la narración”: “El rumor del glaciar”, “El viento que llegó del norte castigó duramente a los alpinistas”.

En otras palabras, la clasificación matemática alpina es  más bien un modo de medir el estrés en el escalador, no  la supuesta dificultad de la  montaña.

El 1° grado sería el estado ideal de dominio del escalador. A partir de ahí iría subiendo o marcando mayor estrés en el escalador, a semejanza de catarsis: 2° grado algo tenso, 5° grado tenso, 8° grado  muy estresado…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

KANT, SU ESTÉTICA TRASCENDENTAL


 

En la religión de occidente, el cristianismo, el humano es biología y es espíritu.

En filosofía  hay que dar un rodeo más largo, con Kant, para llegar a consideraciones semejantes.

Kant considera que es por la moral y la metafísica que el humano, además de los átomos de sus huesos, está fuera del espacio y del tiempo.

Para ello tendrá que bregar afanosamente entre varios   pareceres, de tiempo y espacio, que pensaron sus predecesores en la filosofía.

Lo llama “cosa en sí”. Cosa que no depende de nada para existir, fuera del tiempo y del espacio.

Kant camina  entre los  callejones del espacio y del tiempo. El concepto de espacio cambia con los filósofos que lo van a considerar en el siglo que les tocó vivir. No siempre se trata de átomos.

Para Descartes, dice Wahl, el espacio no es una cosa sino la esencia de la cosa.

“Para Descartes el espacio constituye la sustancia de la materia…Para Spinoza es el espacio una tributo igual en importancia al espíritu.”
Jean Wahl, Introducción a la filosofía, Cap.VI.

Whitehead considera que el pecado de la filosofía moderna es esa separación de unas partes, respecto de otras, que es característica del espacio de Descartes. Para Whitehead “Una cosa no está sólo donde está; está también donde actúa.”

La realidad primordial son las cosas y su densidad y opacidad y es su masa aquello de las que tenemos experiencia:

 Whal:

“Cuando transferimos esta experiencia a los sentimientos, tenemos un espacio concreto, lleno de cualidades, y heterogeneidades; y cuando lo hacemos entrar en un armazón intelectual, tenemos el espacio matemático.”

Para Leibniz  el espacio es una consecuencia de las relaciones reales entre las cosas. En cambio  para Kant el espacio  no es de orden racional sino que está estrechamente relacionado con la sensibilidad.

Plotino piensa, muy cerca de como lo hará Kant, en dos tiempos, uno fenoménico en el que las cosas se mueven y el otro infinito:

"Decimos que la Eternidad y el Tiempo son dos cosas diferentes, que la Eternidad se refiere a lo que existe perpetuamente y el Tiempo a lo que deviene."

Enseguida pasa a identificar lo esencial con lo eterno:

"se tiene el derecho de identificar la Esencia inteligible y la eternidad, tanto más cuando el mundo inteligible y la eternidad comprenden las mismas cosas."
Plotino, Tercera Eneada, libro VII.

Newton veía en el espacio y el tiempo dos especies de sensores mediante las cuales Dios  percibía al mundo:

“Para Newton eran el espacio y el tiempo los dos órganos mediante los cuales percibía Dios el universo.

 “Para Kant “son el tiempo  y el espacio los media con que organiza el hombre lo que ve.”

Este era más o menos el contexto intelectual cuando Kant se interesó por el problema. El problema de Kant ahora era el de explicar la posibilidad de las dos ciencias que parecían sólidamente constituidas  al final el siglo XVIII, y la física newtoniana.

 Al mismo tiempo quería explicar por qué otra ciencia, a saber, la metafísica, no había tenido el mismo éxito. Tenía que encontrar una sola explicación para la certidumbre de las dos primeras ciencias.”

Era un panorama complejo pero sí tuvo claridad desde el principio que no era cosa de detenerse, como los filósofos que le habían antecedido, en sólo átomos a ultranza, o sólo noúmenos a ultranza.

Esa rigidez resultó ser muy peligrosa para la tranquilidad de los pueblos.

Hasta entonces se había sostenido que el espacio era producto de las sensaciones y Kant dijo que era al revés: “Si no hubiera espacio no habría experiencia alguna.”

Es cuando hace  la exposición metafísica del espacio. Y de ahí a la Estética Trascendental. “Una forma infinita dada anteriormente a todo.”

Además el espacio es infinito y nada que sea infinito puede derivarse de la experiencia:

“El espacio y el tiempo no vienen de las sensaciones, no se derivan de la experiencia, antes bien son el origen de ésta”.

La conclusión de la Estética Trascendental de Kant es que el espacio y el tiempo son una forma del entendimiento humano y que en el tiempo están las cosas tal como se nos aparecen pero, no las “cosas en sí”.

Y dice que nosotros mismos, los humanos de carne y hueso, somos cosas en sí.

“ya que somos capaces de determinarnos por la ley moral…bajo el punto de vista científico, aparecen nuestras acciones como determinadas, pero bajo el punto de vista metafísico y moral, pueden y tiene que ser libres, luego son libres.”

Kant
“Immanuel Kant (ɪˈmaːnu̯eːl ˈkant) (Königsberg, Prusia, 22 de abril de1724 – Königsberg, 12 de febrero de 1804) fue un filósofo prusiano de la Ilustración. Es el primero y más importante representante delcriticismo y precursor del idealismo alemán y está considerado como uno de los pensadores más influyentes de la Europa moderna y de la filosofía universal.”WIKIPEDIA

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

JASPER, EL TEMA DE LA INDEPENDENCIA


 

Se independiza un país de otro y se apresura a establecer relaciones diplomáticas y comerciales con otros países, los más que se pueda. Necesita reconocimiento político internacional y dinero para organizar su reciente libertad.

De esa manera se independiza de uno y pasa a depender de muchos. No puede ese país existir aislado.  " La independencia no puede realizarse  abandonando el mundo”

Karl Jasper, La filosofía, Cap. X.

Y aun cuando así fuera, su aislamiento sería con relación a los otros, dicho de otra manera, en cierto sentido seguiría en relación con aquellos.

Este símil es semejante a lo que pasa con la independencia del hombre y de la mujer:

“La independencia absoluta es imposible”, agrega Jasper.

Frases como “soy el arquitecto de mi propio destino” se oyen bien pero corresponden poco a la realidad:

“Allí donde hay libertad, lucha con la falta de libertad, con la completa superación de esta, por desaparición de todas las resistencias, quedaría abolida la libertad misma.”

Vivimos en el mundo de la fenomenología donde todo son eslabones unidos antes y después. Libertad, libre albedrio, y otros términos semejantes, tienen su escasa dosis de aproximación y mucho de incierto.

 El hampón más rico, Don Corleone El Padrino, depende de abogados y de sus relaciones con la alta política. El político más exitoso depende de los otros políticos (no del voto del pueblo) para seguir abriéndose camino hacia el presupuesto. El escritor depende de sus vivencias con el mundo para encontrar argumentos y escribir su novela. El que vende jitomates en el puesto de la calle depende del mayorista que le surte la mercancía y que le dé buen precio. El hombre depende de la mujer para poder ser padre.

¡Eso es solidaridad!

Dibujo tomado de El País,2 de Sep.2017
La fenomenología se mueve en el tiempo y en el espacio. Jasper voltea y mira  lo único que puede aspirar a una autentica libertad  y es la independencia interior del individuo.

Tampoco existe en estado puro pues sus instintos, recuerdos y los hábitos lo sujetan. Sólo logra la independencia “haciéndose señor de sus pensamientos”

Pero entonces se encontrará que arrastra sus recuerdos y anida  para el futuro sus esperanzas.

Alguno interpreta su independencia yendo solo por el mundo sin importarle nada de lo que en él  acontezca. Es una ilusión pues se cree solo estando en medio del mundo. Si fuera a vivir lejos a la montaña, en el bosque o en el desierto, a las dos horas se le bajarían los humos de independiente y bajaría corriendo a la ciudad. Zaratustra es una entelequia imaginada por Nietzsche cuando escribía en el seno de la sociedad.

El individuo es como es, irrepetible y aspira a realizar su vida de manera positiva según pueda hacerlo, dentro de la sociedad a la que pertenece, de preferencia, pues ahí están sus raíces. O en la sociedad  a la que emigra.

Hay una escena enternecedora de lo que el individuo entiende por independencia. Cuando las leyes del trabajo le permiten jubilarse, no se va de anacoreta independiente  a las montañas. Todos conocemos lo que sucede en la realidad: busca a otros jubilados y todos los días se reúnen para tomar una taza de café y recordar los tiempos pasados.

Porque él en su ancianidad es como un retrato de cómo se portó en el pasado. Depende ineludiblemente del pretérito.

Esta serie de eslabones o entretejimientos de necesidades y circunstancias, Wahl lo explica citando a Whitehead:

“Whitehead ha acuñado la palabra “concrescencia” para connotar el crecimiento simultáneo de los distintos elementos, que en rigor no pueden llamarse elementos, en virtud de su mismo entretejerse e implicarse.”

Jean Wahl, Introducción la filosofía, Cap. X.

Jasper cree haber encontrado la luz entre toda la maraña en la que se encuentra  el individuo que se presume independiente:

“Ser independiente en el mundo significa, antes bien, una relación peculiar con el mundo; estar en él y a la vez no estar en él, estar en el mundo a la vez fuera de él.”
Jasper
 
“Karl Theodor Jaspers fue un psiquiatra y filósofo alemán, que tuvo una fuerte influencia en la teología, en la psiquiatría y en la filosofía moderna. En 1921 ocupó la cátedra de filosofía de la Universidad de Heidelberg.” Wikipedia
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

ARISTÓTELES, VIGENTE, SIEMPRE


 

“No hay nada más educativo para la técnica filosófica que la lectura de Aristóteles.”

Manuel García Morente, Lecciones preliminares de filosofía, lección VIII.

Buscamos el sentido de esta vida en los libros, sean novelas, poesía, geología, antropología, política, economía, alpinismo…

De entrada, Morente nos dice en su obra que la Filosofía es la que nos puede llevar, de manera sistemática, no a tontas y locas, al conocimiento de la vida:

“El esfuerzo sistemático por develar el eterno enigma que hostiga   sin cesar la insaciable curiosidad del hombre, constituye la filosofía…Es la vida misma, con sus angustias y sus esperanzas, que aparece comprometida en la pregunta y arriesgada en la respuesta.”

 “Formar el concepto y luego aplicarlo”, es una de las premisas de Aristóteles. Evita que el pensamiento se pierda en divagaciones donde abundan las opiniones, y escasean los conceptos.

(Concepto: entendimiento, pensamiento, construcción mental de una unidad cognitiva de significado).

Como en esas mesas redondas de la televisión, de cinco o diez, donde todos hablan ligerito (hay excepciones) y de pronto el conductor del programa dice. “Se nos ha acabado el tiempo”.

Una de las cosas por lo que Aristóteles fue  aceptado, en la cultura de Occidente, descubierto, estudiado y conservado,  a través de los siglos, es porque no está peleado con el principio de la vida. Se le tiene como uno de los primeros científicos sietmáticos. Y también mira de frente a la Creación.

“Es evidente (para Aristóteles) que existe un primer principio y que no existe ni una serie infinita de causas, ni una infinidad de especies de causas.”

Francisco Larroyo, Aristóteles, Metafísica, Editorial Porrúa, México, 2014, Lib. XII, Cap.6

Es una manera de decir que algo primero estaba en potencia y después devino en acto.

En otras palabras, yo puedo hacer lo que veo en el cine, en la televisión o leo en los  libros: Bruce Willie, en su papel Duro de matar, San Francisco de Asís, Dorian Grey o Marco Polo, pero no lo hago.

Sólo hago lo que  yo quiero, estando libre.

Poder hacerlo, y hacerlo, son dos tiempos. Es lo que Aristóteles llama potencia y acto.

Poder hacerlo pero que no se hace hasta que se hace. Como la carne para hacer caldo de res o puchero. En tanto permanezca en el refrigerador está en potencia. Cociéndose en la olla, pasa al tiempo o estado de acto.

“Todo ser en acto tiene, al parecer, la potencia, mientras que el que tiene la potencia no siempre pasa al acto.”



Schopenhauer lo dice así:

“ Cada ser en el mundo obra según su esencia ,en la cual están contenidas en potencia ya todas sus manifestaciones activas, pero no pasan al acto más que cuando las causas exteriores las determinan, y esas manifestaciones mismas dan a conocer la esencia  de la cual emanan”.
 
 

Si usted piensa como Séneca y Schopenhauer, en el sentido que en el mundo hay mucho publicado y no alcanza el tiempo de una vida (por más longeva que sea) para leer todo, y hay que seleccionar, la lectura, la sugerencia, es Aristóteles.

 Leer a Aristóteles para permanecer en el librero y ser leído y, llegado el caso, ser vivido.

No hacer como, hacemos muchos, con la Biblia, que sólo permanece en potencia sobre la vitrina de la sala. O en mi cerebro porque la he leído cinco veces de cabo a rabo, pero el menesteroso que encuentro en la calle no conmueve mi corazón (ni mi cartera).

Morente ofrece una idea de la trayectoria que siguió el pensamiento de Aristóteles a través del tiempo hasta nuestros días. Arranca, a grandes pasos, desde la antigüedad.

“Su metafísica, su filosofía primera, constituyen también la base del pensamiento filosófico desde entonces para todo el mundo, ya sea para aceptarlo y desarrollarlo y, a veces, para oponerse a él; pero siempre la oposición supone una aceptación, aunque se para combatir.”

Sigue el acontecimiento que tuvo lugar en el seno de la Iglesia. En el principio del cristianismo fueron Pedro y Pablo. Ambos con su modo muy personal de comunicar al mundo del Evangelio.

La difícil aceptación de éste último por parte de los apóstoles. A tal punto que en momentos parecía una rivalidad con Pedro por parte de Pablo. Sólo era eso: parecía.

Análogamente, en el principio de lo que sería la filosofía de occidente, Platón y Aristóteles, después de los Presocráticos. Plenamente aceptado Platón, por la Iglesia de Cristo, no fue así con  Aristóteles.

San Agustín había abrevado mucho de Platón. De hecho fue, en  gran parte San Agustín, quien abrió las puertas de la Iglesia para que el pensamiento platónico no fuera ajeno al  cristianismo.

Aristóteles, sin embargo, tuvo que dar un rodeo, primero con los filósofos árabes. Las puertas de la Iglesia permanecían cerradas hasta que un niño, que  había sido de depositado, a la edad de cinco años en el monasterio de Monte Cassino (y luego en la universidad de Nápoles) para  su educación, empezó con el tiempo a hurgar en las bibliotecas.

 Un día se topó con el Aristóteles de los árabes. Algo encontró de inconsistente en esa interpretación y, a su vez, empezó a estudiarlo en sus fuentes originales.

El resultado fue que Aristóteles era inevitable en el terreno filosófico, laico, y no se cerraba al pensamiento espiritual.

Ambos, Santo Tomás y Aristóteles serían todo un acontecimiento de erudición hacia el interior de la Iglesia:

Morente:

“Los árabes redescubrieron a Aristóteles y los trasmitieron a la filosofía escolástica. Santo Tomás desenvuelve la filosofía de Aristóteles en la forma más monumental y perfecta que se ha conocido en occidente.”

Empero, con Aristóteles pasó lo mismo que en la actualidad con algunos cantantes de fama internacional. Aclamados hasta el delirio por las multitudes, cuando estos artistas se declaran católicos, o se interesan por el catolicismo, muchos dejan de acamarlos y hasta empiezan a atacarlos.

Así con Aristóteles en el terreno de la filosofía.

Morente:

“En el Renacimiento sufre un eclipse la influencia de la filosofía aristotélica. Nuevos conceptos, nuevas intuiciones, nuevas aspiraciones del saber humano se hacen valer en esta época. Pero a pesar de todo, la influencia de Aristóteles, aunque disminuida, no cesa por completo.”

Así fue como Platón, San Agustín, Aristóteles, Santo Tomás de Aquino, entre otros grandes pensadores (Santo Tomás de Aquino fue discípulo de San Alberto Magno), hicieron posible que la gente se saliera de la lectura fría y tautológica de la Biblia, y empezara a mezclarse con la gente de la calle, del mercado. Que penetrara en los centro de estudios no sólo  teológicos sino también filosóficos. Aprendieron y enseñaron unos de otros.

En otras palabras, que el Cristo crucificado, en la Biblia, encerrado en la lectura tautológica  inane, deviniera en actos de superación para la  humanidad.

Morente:

“La encontramos muy viva( la filosofía de Aristóteles),muy profunda en Leibniz, la encontramos profundísima ,vivísima, en Hegel, que a veces llegan a usar la misma terminología que Aristóteles; la encontramos, por último, a veces declarada en nuestros días, a veces también existente, aunque no declarada.”

Los que acostumbramos tragar comida chatarra sabemos, no obstante, que la salvación para el cuerpo está en el plato inteligente que recomiendan los nutriólogos.

Los que acostumbramos “comer” literatura chatarra sabemos que la antinomia es Aristóteles. Morente lo dice de esta maneara:

“No hay nada más educativo que romperse la cabeza contra los textos de Aristóteles.”

 
Aristóteles

“Aristóteles (en griego antiguo Ἀριστοτέλης, Aristotélēs) (384 a. C.-322 a. C.)1 2 fue un polímata: filósofo, lógico y científico de laAntigua Grecia cuyas ideas han ejercido una enorme influencia sobre la historia intelectual de Occidente por más de dos milenios.” Wikipedia

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CHESTERTON, EL PODER DE LA FICCIÓN


 

Escuchar al mundo y que el mudo me escuche a mí.

A esa dualidad se reduce el contenido de esta nota.

 Lógica que me llega de la comunidad y fantasía que es donde cabalgan mis ideas que le comunico.

Tiene relación con la conectividad. Conectados dogma religiosa  y lógica laica. Y el modo de expresarlos es la literatura. Nutrirse de la realidad de los otros y nutrir a los otros mediante el modo de decir mi ficción.

Dualidad, diversidad, de criterios  que fortalezcan a la democracia. En los países de la dictadura esto no es posible. Ahí la literatura es una eterna tautología de un color.

Chesterton no pondera la fantasía sobre la realidad, ni viceversa. Hacer la apología de una, sobre la otra, es propio de cocineros que echan a perder la sopa. O a los que les falta información

Nutrirse de la realidad del mundo, y nutrir al mundo mediante el modo de expresar mi ficción, es posible y esa dualidad a su vez fortalece a la democracia.

La democracia también es dictadura, la dictadura de la mayoría, pero ésta está obligada, constitucionalmente, a escuchar  a la minoría.

Minoría organizada para poder hacer aportes de calidad a la mayoría. En contra tesis de los países donde abundan los mini partidos políticos peleándose entre sí, sin aportar algo positivo a la comunidad sino sólo el feo rostro del caos, el presupuesto  y la corrupción. El dialogo que en ocasiones se calienta y aparece con frecuencia la polémica rebosante de inanidad.

Es la vieja película de la humanidad. Ha costado  miríadas de millones de vidas humanas. Cuando la mayoría obsoleta ya no escucha a la minoría es cuando las calles se llenan de gas lacrimógeno y de bombas molotov. De tal modo que este juego  no es ningún juego y reclama el equilibrio de la dualidad.

Los Estados inteligentes no pierden de vista la cultura de su pueblo y que ésta se adquiere mediante la literatura.

Se necesita dar este rodeo en el minado terreno de la política para apreciar las palabras de Chesterton. “La literatura es un lujo, porque es parte de lo que popularmente se llama tener lo mejor de todo”.

Gilbert K, Chesterton, Ensayos.

En otras palabras, tener la casa en orden para que pueda manifestarse libremente la fantasía del individuo.

 En la democracia mandan los políticos, no los militares, escribió alguien. De ahí que se necesiten políticos que no sean ajenos a la literatura cultural. Esto tampoco es un juego. Es una lección de historia que donde los políticos son ajenos a la cultura, amplia e incluyente, regresan los militares…

En América tenemos muchos ejemplos de estos para mostrar.

“La literatura es, en realidad, uno de esos nobles lujos que todo Estado bien gobernado debería de extender a todos; e incluso debería ser mirada como una necesidad en el más noble sentido de la palabra.”

De poco le sirve al Estado, para fortalecerlo, en el humanismo, un pueblo que el noventa por ciento de su población, para la cultura occidental, no conozca el Popol Vuh, la Leyenda de los Soles Teotihuacanos, La Eneida, el Quijote y Lo que el viento se llevó.

¿El Popol Vuh? La conectividad es eso, que no sólo se oiga la cultura occidental  donde ésta va penetrando, con su realidad, con su realidad estilo Demócrito, sino que escuche, no que elimine, la cultura que va agregando.

Porque en los pueblos  agregados, como es el caso de América ancestral, a semejanza de La Eneida de Virgilio, la vida es impensable sin la fantasía.

Chesterton aproxima una definición de lo que para él es la ficción: “El hombre de las cavernas no estaba contento con que los renos fueran reales, hizo algo que ningún animal había hecho hasta entonces o que, al parecer, haría después“, pintó un reno, su reno, en las paredes de la cueva.

Margaret Mitchell no se  contentó que la Guerra de Secesión, en Estados Unidos, fueran sólo prejuicios raciales, hambre, piojos y disentería. Escribió, sobre la porquería de todas las guerras, la más bella novela de realidad y ficción.

En los países de la dictadura Margaret Mitchell no hubiera alcanzado a escribir ni siquiera las dos primeras cuartillas de su portentosa obra.

Por eso Chesterton insiste en la dualidad de oro:

 “Toda persona sana debe de alimentarse tanto de ficción como de realidad, en algún momento de su vida; porque la realidad es una cosa que el mundo le da, mientras que la ficción es algo que ella da al mundo.”

 
Chesterton

“Gilbert Keith Chesterton ['gɪlbət ki:θ 'ʧestətən] (Londres, 29 de mayo de 1874 - Beaconsfield, 14 de junio de 1936), escritor británico de inicios del siglo XX. Cultivó, entre otros géneros, el ensayo, la narración, la biografía, la lírica, el periodismo y el libro de viajes.” WIKIPEDIA

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

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