PLATÓN, LA MÁS VERDADERAMENTE FELIZ MANERA DE GOBERNAR


 

Se llega al poder político de cien maneras, lícitamente. Algún desempleado hace méritos para que le den oportunidad  en un sindicato o partido político pintando bardas, pegando propaganda o repartiendo material de mano en la calle, en los mercados, en las lecherías populares a las cinco de la mañana. Algunos de estos, a la vuelta de los años, los encontramos, como titulares, en la cámara de senadores o en la de diputados. Extraordinaria carrera a base de esfuerzo propio.

Otros desde la academia. Toda una vida dedicada a los libros y al fin alguien los descubrió como gente de valer para la sociedad. La verdad que son pocos los académicos que llegan a los mandos supremos de la política nacional, en comparación con los de la actividad empírica que acabamos de mencionar.

Otros llegaron al poder desde el mundo artístico, cinematográfico. El arte era lo suyo. A través de las pantallas eran  dueños de una imagen frete al público que se forjaron durante años y más años. Algunos de ellos tal vez ni siquiera soñaron con entrar en la política de partido. Pero…La praxis política profesional los descubrió, muy ad hoc, para su partido  ganar una elección popular y no perder cierto distrito o hasta algún Estado. O hasta la presidencia del país. Su fama en las pantallas traería votos para el partido. Aun en   países del primer mundo algunos artistas de cine llegaron a la suprema gubernatura de ese país.

Es el maravilloso juego democrático de cuando los países son libres. Sólo que, para efecto de la idea de esta nota, hay que señalar que, al final de alguna de esta carreras, las arcas de erario público  quedaron tan desfalcadas que, con lo que se llevaron unos pocos, ese país sin nombre bien pudo haber ascendido al rango de los países del primer mundo. Alimentación, educación, fuentes de empleos, salud, cultura. Por ahora sigue hundido en la miseria, en la insalubridad, la ignorancia y en la inseguridad.

Dibujo tomado del diario El País.
¿Dónde estuvo la falla? Platón va a dar su punto de vista.

Procedí desde el principio siguiendo lo que se llama la causa final. Según la meta fijada de antemano, en lo individual.

Platón: "La realización correcta de la función depende de la estructura, concebida como la debida subordinación de las partes al todo." La república.

En otras palabras actué buscando  mi interés o el interés del pueblo.

Varias maneras  tenían los griegos homéricos, para “medir” la inclinación de nuestra voluntad hacia el bien estar material (legitimo o sin medida) y el progreso espiritual.

El modo más conocido es el de Odiseo. Consciente de sus debilidades de voluntad, sabe que no va a poder resistir al paso de su nave frente a la isla habitada por las mortales, aunque irresistibles seductoras criaturas. Dice  que lo aten al mástil de la nave. Con la orden que, diga lo que diga, no le hagan caso.

 El otro modo deja al individuo en plena libertad de decisión. Se dice que si no hay libertad de decisión no hay responsabilidad moral.

Este modo era  beber, o no, las aguas del Leteo.

Luego de caminar por el árido desierto se experimenta  una sed intensa. El grado  de resistencia en no beber agua daba la medida de mi apego a las cosas sensibles, materiales, o bien intencionadas para el pueblo todo.

En la sombra, con agua al alcance, todos juramos probidad hasta el heroísmo. Las buenas intenciones, aún  no han sido puestas a prueba. Por eso, para conocer la validez de esta metáfora, era requisito estar dentro de las condiciones desérticas señaladas por Platón.

El dirigente de una nación, en singular (presidente) o en plural (cada uno de los miembros de la cámara alta y de la baja), debe tener preparación exhaustiva para ese cargo. Platón hace sus cuentas y encuentra que se requieren algo así como 24 años. Se empezaría a la edad de  los 11 y saldría a los 35.La formación debe ser holística, como a hora se le dice.

Aquí la utopía de Platón.

“la larga y rigurosa disciplina a que tiene que someterse antes de hallarse preparados para gobernar. A la educación elemental, que se prolongará hasta los diecisiete o dieciocho años, seguirán tres años de preparación física y militar. Vendrán después diez años de estudio de las matemáticas superiores, a los que seguirían otros cinco dedicados a las ramas más elevada  de la filosofía. En cada una de estas etapas resultan eliminados algunos individuos y los que lleguen hasta el final y sean definitivamente seleccionados podrán entrar en el despeño de cargos secundarios a la edad de 35 años.”

(William K, C, Guthrie, Los filósofos griegos)

-¡Cargos secundarios!-dijo Yuma, mi compañero de escalada en la “Cueva del Muerto”, sierra de Pachuca, Hidalgo, México, en la que pasamos la noche después de subir algunas rocas de la región-Se necesita vocación de servicio, sobre todo. Y  creo que ni aun así. Por eso esa clase gobernante en el Estado platónico seguirá en la utopía.

-Más cuando Guthrie agrega, siguiendo a Platón: “Para estos filósofos, el poder político será una carga más que una tentación, pero la soportarán por el bien de la comunidad.”

-Como digo, es una utopía. Se dará, quizá, por aquí o por allá, pero más general…

PLATÓN
“Platónn. 1 (en griego antiguo: Πλάτων) (Atenas o Egina,1 ca. 427-347 a. C.)2 fue un filósofo griego seguidor de Sócratesn. 2 y maestro de Aristóteles.3 En 387 fundó la Academia,4 institución que continuaría su marcha a lo largo de más de novecientos añosn. 3 y a la que Aristóteles acudiría desde Estagira a estudiar filosofía alrededor del 367, compartiendo, de este modo, unos veinte años de amistad y trabajo con su maestro.n. 4 Platón participó activamente en la enseñanza de la Academia y escribió, siempre en forma de diálogo, sobre los más diversos temas, tales como filosofía política, ética, psicología, antropología filosófica, epistemología, gnoseología, metafísica, cosmogonía, cosmología, filosofía del lenguaje y filosofía de la educación; intentó también plasmar en un Estado real su original teoría política,”WIKIPEDIA

 

PETRARCA EL, CASI, DESCONOCIDO


 

“Resulta irónico que perdure el prejuicio de que leer a los antiguos es entretenimiento anticuado y nada rentable”, escribió Carlos García Gual, en El País, en octubre del 2016.

Seis siglos antes Petrarca coincidía con García en cuanto conocer a los antiguos.

Con los pies en el humanismo, este pensador italiano resiste al escolasticismo (“método y  sistema que creció del compendio académico de las escuelas”) volviéndose hacia los filósofos de la antigüedad. Piensa sobre todo en Cicerón, Séneca,  Agustín y Montaigne.

Parece referirse al aporte filosófico griego de manera adyacente pero acabará buscando con avidez a Platón y a Aristóteles.

Estudiando a sus autores latinos favoritos se encontraba, una y otra vez, referencias a los griegos de la antigüedad y acabó volteando los ojos hacia ellos.

“Como muchos humanistas posteriores-escribe Paul Kristeller en Los ocho filósofos del renacimiento italiano-Petrarca ignoró todo lo que la civilización romana debía a la griega, pero no pudo dejar de notar las numerosas referencias a fuentes griegas que ocurrían en los escritos de sus autores romanos favoritos.”

Petrarca es un pensador antiguo y moderno y esto quiere decir universal. Estudia a los “paganos” y busca tender una “tirolesa” con el cristianismo.

Se atreve,  desde su siglo catorce, mirar hacia la cultura centenaria antes de Cristo. Y se adelanta a su posteridad como si intuyera el abismo que en los siglos posteriores se insistiera en abrir entre lo religioso y el pensamiento secular.

“Los traductores medievales latinos del griego se dedicaban a la teología, a las ciencias y a la filosofía aristotélica. Cuando sugiere traducir a Homero, Petrarca abre el camino del interés humanista hacia la poesía y la literatura  clásicas griegas.”

En su obra el Triunfo de la fama, Petrarca se refiere a los pensadores célebres

“Volvíme a la izquierda y vi a Platón, que de ese grupo fue el que llegó más cerca de la meta alcanzada por aquellos a los que el cielo concede esto.”

Kristeller: “Platón es el príncipe de la filosofía, dice Petrarca en su tratado sobre la ignorancia, y  Platón es alabado por los más grandes hombres, en tanto que Aristóteles es alabado solamente por un número mayor de hombres.”

Petrarca no es de los que desvirtúa a uno para elevar a otro. Para él Platón y Aristóteles tiene sus campos de originalidad

“Fue Petrarca el profeta del aristotelismo renacentista, como también lo fue del platonismo renacentista.”

Luego de hurgar, estudiar y embelesarse de la cultura griega y latina, con Cicerón y Séneca, decidido se lanza al agua y cruza el río para manifestar, cuando llega a la otra orilla, que lo primordial para él es el cristianismo

“Mejor amar a Dios que conocerlo” dice Petrarca.

“Es más seguro cultivar una voluntad buen y piadosa que un intelecto capaz y claro. El objeto de la voluntad es la bondad, el objeto del intelecto, la verdad. Es mejor querer el bien, que conocer la verdad.”

Petrarca, que también lee con avidez a Montaigne, es escritor prolífico con temas como la soledad, la necesidad de leer, etc. Kristeller dice de él

“Petrarca era, al mismo tiempo medieval y moderno, y como una vez lo declaró, miraba hacia atrás y hacia adelante simultáneamente, como si estuviera colocado en la frontera de dos países.”

Cierto que no se puede amar lo que no se conoce más lo suyo este día es amarlo. O lo conoce mediante el amor.

“Cuando ocurre el pensar o el hablar de religión, es decir, de la verdad más alta, de felicidad verdadera y salvación eterna, no soy por cierto un ciceroniano o un platonista, sino un cristiano.”

Es muy conocido el simbolismo que Petrarca proyecta con motivo de su famosa ascensión al Monte Ventoux. El hombre se maravilla de lo que ve desde la cima, dice, el cielo,  el paisaje  pero, se olvida de sí mismo.

Es un humanismo que baja al hombre del cielo a la tierra. Pero no busca hacerlo un guerrillero contra el cielo, sólo que pise con cuidado y firmeza la tierra por la que camina.

Pisar con cuidado significa para Petrarca, entre otras cosas, apartarse lo más posible del ruido de la ciudad, aun sin salir de la ciudad, para dialogar con los libros
“Lejos de las ciudades, de su ruido y turbulencia, para vivir sin disturbios, con libertad para leer y meditar.”

 Como los alpinistas   no buscan la cumbre. Podrían llegar a la cumbre en helicóptero. Buscan la plenitud del ejercicio.

No pierde de vista, nunca, el modo de vida de Séneca, Cicerón  Agustín y Montaigne. Sabe que la cultura es una meta valiosa, nunca alcanzada a satisfacción y que, sin embargo, se le alcanza en tanto se le busca.

La búsqueda de lo espiritual, desde la fenomenología, ha puesto en la frontera a hombres y mujeres de letras de todos los tiempos, según escribe Jean Wahl en su obra Introducción ala filosofía

"Con su aproximación a la idea de Dios han cobrado a veces los problemas de la filosofía una profundidad que parece no habría tenido de otra manera; y el pensamiento humano ha madurado en medio de este ambiente teológico, a veces por medio de él, a veces en contra de él:"

Y en su afán de conocer a los filosofos griegos del tiempo de Platón, y luego su asentamiento en el cristianismo, Petrarca se acercaría en mucho a lo que Wahl escribiría a  continuación

"No obstante, hay que toma todos estos problemas en sí mismo y examinarlos pieza por pieza antes de ponerlos en relación con lo Perfecto, lo Infinito, lo Uno, lo Absoluto y lo trascendent







Petrarca


"Francesco Petrarca (Arezzo, 20 de julio de 1304-Arquà Petrarca, Padua, 19 de julio de 1374) fue un lírico y humanista italiano, cuya poesía dio lugar a una corriente literaria que influyó en autores como Garcilaso de la Vega (en España), William Shakespeare y Edmund Spenser (en Inglaterra), bajo el sobrenombre genérico de Petrarquismo. Tan influyente como las nuevas formas y temas que trajo a la poesía, fue su concepción humanista, con la que intentó armonizar el legado grecolatino con las ideas del cristianismo. " WIKIPEDIA

 

 

 

 

 

 

 

MONTAÑA TLALOC, EN LA RUTA DE LOS TLATOANI AZTECAS


 


Recorrimos  el ascenso que cada año debía  realizar el máximo Tlatoani de México-Tenochtitlán (los historiadores le llaman “rey” o “emperador”).

En el mes  toxcatl (mayo)   es el mes de Tezcatlipoca, supremo  dios de la cultura náhuatl. Durán dice que se realizaba esta ascensión el 29 de abril.

 Los historiadores difieren en fechas  dentro del mes de toxcatl- mayo. Se tiene por más aceptado el 15 de mayo pero las discrepancias se mueven dentro de Toxcatl. Por ejemplo, le fiesta precristiana en la cumbre de la montaña Teocuicani (norte inmediato del pueblo Tetela del Volcán, ladera sur del Popocatépetl), se  realiza esta misma ceremonia el 3 de mayo.

Trayectoria que se seguía por la laguna hasta Coatlinchan
Todo, antes y ahora, es para “pedir agua”. La ceremonia tenía un alto contenido espiritual que no es el lugar para  entrar en la explicación de los Tezcatlipocas (Negro, Rojo y Azul).

A raíz de la conquista del siglo dieciséis ahora ha quedado la intención pragmática del interés campesino relacionado con las siembras en el campo. De todas maneras en el “pedir” ya está la intuición de un poder metafísico.

La segunda etapa era la ascensión saliendo de Coatlinchan
En este mapa la cumbre del Tláloc se le señala como "El mirador". 
Las distancias recorridas, en la línea recta del plano, eran de 30 kilómetros saliendo del coatepantli de México-Tenochtitlán (ahora “Zócalo” primer cuadro de la ciudad de México) al pueblo de Coatlinchan. Y de Coatlinchan, también en línea recta del plano, 20 kilómetros a la cumbre del monte Tláloc.

Al leer "en línea recta del plano" considérese que la distancia  es considerablemente mayor en la realidad del terreno.

Estas distancias están tomadas del plano Ciudad de México E14-2  -1:250,000 del Instituto Nacional de Estadística, Geografía y Estadística (INEGI)

Fray Diego Durán no dice de dónde partía el Tlatoani y su comitiva para empezar la ascensión. Nosotros creemos que de Coatlinchan, por varias razones.
Esta es (línea roja), aproximadamente, la ruta que cada año debía recorrer el tlatoani, a partir
de México-Tenochtitlán.
A-Tláloc, Telapón, C- Iztaccíhuatl, D- Popocatépetl.
Tomado de la Revista Arqueología Mexicana, número 33 

 1) Porque Coatlinchan es el lugar en el que desde siglos antes se encontraba el enorme monolito inconcluso( se cree representaba a Tláloc o a su esposa Chalchihutlicue,no lo sabemos)y desde 1964 está en el Museo Nacional de Antropología de la ciudad de México.

2) Por la importancia histórica de Coatlinchan. Fue poblado por Chichimecas y acolhuas. Y cabecera de ese señorío hasta 1337, cuando a partir de esa fecha se trasladarían los poderes políticos a Texcoco.

3) Coatlinchan debió ser un centro ceremonial de mucha importancia, dada su cercanía con la residencia del dios de la lluvia en la montaña Tláloc. Lo confirma el hecho que ahora Coatlinchan se llama San Miguel. El nombre de este arcángel del catolicismo se ponía en los lugares de señalada importancia  de la religión mexica "para ahuyentar al demonio Tezcatlipoca".

4)El plano citado señala una vereda que, saliendo de Coatlinchan, transcurre paralela, al sur inmediato de la sierra de Quetzaltepec, que nosotros conocemos y a la que nos referimos en este relato. A esa vereda del plano nosotros le hemos agregado una línea en rojo.

De los primeros 30 kilómetros unos 20 serían en canoa a través de la laguna hacia el este.

A-Coatlinchan, 1-Ruta de ascenso del tlatoani, B-Cumbre del Tláloc (4,150m.s.n.m.)4-Cumbre (secundaria del Tláloc) Xotlatzin (A.A.A.),2-Cumbre del monte Telapón,3-Descenso hacia Río Frío.
foto tomada de Internet
 
 

La estructura en la cumbre de la montaña Tláloc.
Las medidas las tomé en compañía de Héctor García
De la rivera de la laguna 10 kilómetros para Coatlinchan y   de este lugar unos 7 kilómetros más por un terreno de lomerío hasta llegar al lugar donde la pendiente empieza a elevarse.

La laguna ya no existe y llegamos a Coatlinchan en autobús por la carretera que va de los Reyes a Texcoco. Eludimos cruzar, caminando, 20 kilómetros de una ciudad de aire peligrosamente contaminado y colonias precaristas con fama por demás patológica.

En Coatlinchan empezó nuestro recorrido. Subimos por la cañada y ya muy alto acampamos. Al día

Entramos por la calzada oeste.
El dibujo muestra el trazo  de
la zona arqueológica de la cumbre
 
En realidad el trazo corresponde a esta manera.
El cuadro observa los cuatro rituales puntos cardinales
de norte, sur, este y oeste.
La calzada conserva esa dirección porque
 en determinado día del año el Sol (Tezcatlipoca)
"camina" hasta llegar al coatepantli de México-Tenochtitlán
(ahora "Zócalo" en el primer cuadro de la ciudad de
Mixco)
 

Siguiente llegamos la cumbre del monte Tláloc.

La subida  es pesada por sí. Además considérese el equipo que es necesario cargar, víveres, agua...  En un ascenso de unos 15 kilómetros el desnivel es de 1,850 metros. Coatlinchan está en los 2,300 m.s.n.m. y la cumbre  en los 4,150.



Entramos a la zona sagrada desde el oeste, por la calzada de unos 200 metros de extensión y llegamos al cuadro de la construcción de unos cincuenta metros por lado.

Eduardo Seler,en su obra Los cantos religiosos de los antiguos mexicanos, escribe:
 
Tlaloc, "El que hace que las cosas broten", el dios de la lluvia. El nombre está asociado sobre todo con la cadena montañosa que se extiende desde el Itztacciuatl hacia el Norte y que es cruzada sobre el camino de Tetzcoco a Huexotzinco. Un antiguo ídolo de este dios se levantaba allí, hecho de tezontle blanco, con un tazón sobre su cabeza en el cual toda clase de semillas y frutos del campo, que el país producía, eran colocados cada año. En Huei tecuilhuitl, cuando la estación lluviosa estaba en su apogeo, y el maíz estaba en flor, los reyes de las ciudades y pueblos a ambos lados de la montaña se reunían ahí con grandes séquitos, para hacer una ofrenda ceremonial al dios de la lluvia. Eran ofrecidos niños al dios de la lluvia. Ya que se suponía que los dioses de la lluvia, que al mismo tiempo eran los dioses de la montaña, eran enanos. Y los obsequios que les presentaban eran prendas de plumas, prendas de papel manchado con hule -cortado y pintado de diferentes formas, según el carácter de la montaña a la cual eran ofrecidas-, cuentas de piedras preciosas y alimentos.
Una descripción completa de este dios y su apariencia está en mi comentario al Códice Borgia, vol. I, pág. 107-112 (Berlín: 1904).


Seguramente el Tlatoani era auxiliado en todos los menesteres logísticos de la ascensión pero, en lo que a  su persona se refería, era otra cosa.
Este es el estado  ruinoso en el que se encuentra, por ahora, el más importante recinto dedicado
a Tláloc. Así lo dejaron los vándalos, empezando por los del siglo dieciséis. 

Las condiciones del rito para esta ascensión eran rigurosamente observadas. De ninguna manera el tlatoani se presentaría ante Tláloc con la mínima señal de ostentación de poder.

En el valle era el supremo tlatoani, dueño y señor de un imperio que iba hasta los linderos mismos de la actual Centroamérica, siguiendo la huella de los teotihuacanos y  toltecas. Pero aquí debía  recordar  a quién debe su poder. Vestía ropas humildes de macegual (cargador de mercado).

Descalzo debía caminar (nada de ser trasportado en litera y tampoco sandalias de oro ni de ninguna clase). Recuérdese que antes del siglo dieciséis en México no había caballo ni clase alguna de animales de montar, por lo que toda distancia era caminar a pie.

Después de la ceremonia había que emprender el descenso. Y cualquiera que tenga experiencia en caminar por las montañas sabe que hay descensos iguales o más fatigosos que la subida.

La ceremonia, según cuenta Fray Diego Durán, consistía  que la procesión se iniciaba en torno de los corredores de la construcción. Al llegar al cuarto que albergaba a los ídolos los sacerdotes quemaban copal y sacrificaban a prisiones de guerra. Sacaban  el corazón y untaban   a los ídolos con la sangre. De preferencia se sacrificaban niños. Si la sangre no alcanzaba sacrificaban más.

 Esta montaña encierra un aspecto de suma importancia sobre el que hay que profundizar. Durán relata que los tlatoanis y gente importante que subía a la ceremonia anual, llevaba comida y presentes como cuentas, etc. que dejaba en el recinto donde había tenido lugar la práctica ritual. Pero al retirarse los mexicanos la gente de los pueblos adyacentes próximos subían después a comerse los alimentos de los dioses.

A raíz de esto los aztecas adoptaron la práctica de dejar cien guardias durante algunos días para impedir ese sacrilegio. No obstante, la gente seguía subiendo a comer. Como los mexicanos eran muy ladinos, dice el historiador, se fingían dormidos y dejaban que los otros comieran hasta llenar. Cuando consideraban que ya estaban pesados por el proceso de la digestión, salían y mataban a todo el que dieran alcance que perseguían por cañadas y riscos.

 El que conoce esta montaña (20  o 10 kilómetros de distancia, según  de dónde se empiece a subir, y cerca de  2,000 metros de desnivel,  a una altitud arriba de los 4 mil) sabe que es lo más absurdo.

 Se gasta más energía en ascender y bajar tales desniveles, con clima muy cambiante, que lo que se puede ganar en una comida.

¡Sobre todo si en ello le va la vida! Y en un pensamiento tan sumamente religioso como es el del México prehispánico a nadie se le ocurriría semejante sacrilegio de robar el alimento de los dioses. Eso se puede pensar en la cultura occidental con sus dosis de laicismo pero no en la cultura mexica.

Es probable que estemos aquí ante una situación de auto sacrificio. Al estilo de lo que sucedía en el monte Teocuicani, en la ladera sur del Popocatépetl. Cada año se armaban los ejércitos del lado de la actual Puebla y los del lado de México para bajar de su adoratorio la escultura del que representaba al dios Tezcatlipoca y llevárselo para su tierra. Había cantidad de muertos en cada guerra ¡pero el ídolo jamás nadie lograba bajarlo! Al año siguiente volvía la guerra...

Varias ocasiones hemos hecho la travesía  saliendo de Río Frio, recorriendo los valles altos entre el Telapón y el Tláloc y  bajando a Coatlinchan. Es un de las más bellas travesías por la alta montaña mexicana. Sólo una vez bajamos hacia Tequexquinahuac, por un camino amplio de terracería que no existía cuando nuestra primeras ascensiones  a esta montaña.

 Se requieren varios días para la mencionada travesía. En una ocasión la realicé sólo con mis dos hijos Armando y Omar, de 16 y 10 años de edad, respectivamente.

Eso fue hace tiempo, cuando todavía los maleantes no asaltaban y asesinaban a los alpinistas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

EL APÉNDICE, DE K.JASPER


 

El Apéndice, de la obra de Karl Jasper (La filosofía), es como un curso propedéutico para meterse, de lleno, al mundo de la filosofía.

Su pensamiento universal, muy lejos de la abstracción, se conoce cuando se refiere a Descartes en un tono nada conciliatorio pero tampoco excluyente  “Hay que estudiarlo aún hoy, para conocer el camino que debe evitarse.”

Jasper es uno de esos pensadores que, fiel a la filosofía con su pensamiento laico, con sus críticas y reconocimientos al cristianismo,  recuerda que la religión es uno de los dos grandes soportes del pensamiento occidental.

Su saber es enciclopédico y señala críticamente donde, a su parecer, hay que señalar y conocer, estudiar y practicar, donde los valores tienen que ser conservados.

A Schopenhauer sólo le dedica dos renglones, y por cierto nada amables. A Nietzsche, Lutero, Marx  y Darwin, les reconoce su importancia pero no duda en decir que son mundos sin color que en nada ayudan al pobre obrero.

Freud dijo cosas de la mayor importancia pero recuerda que  Nietzsche y Kierkegaard ya las habían dicho con mayor profundidad.

Donde Jasper no se anda con rodeos es con Calvino cuya intolerancia, dice,  sólo cabe combatir con la intolerancia.

Hay que informarse lo más ampliamente posible leyendo a los grandes filósofos, pero no perderse leyendo sin ton ni son. Con que se leyera a un gran filósofo ya se conocería todo.


Dibujo tomado del diario El País
11 de junio de 2016
 O dos o tres, si se quiere ánimo dialectico y es  lo siguiente: esa lectura lleva a conocer su contraparte ideológica.

“Es indispensable dejarse apresar por los altos valores de la religión, de la poesía, del arte. No se deben leer siempre cosas distintas y de todas clases, sino detenerse en lo grande y profundizarlo una y otra vez incesantemente.”

Platón y Kant son sus mayores referentes en filosofía.

"Según lo reconoce el mismo Jasper-dice I.M.Bochenski en La filosofía actual-,el  que mayor influencia ha ejercido sobre él sería Kant. Y, en efecto, los supuestos kantianos han sido recogidos por él. También figuran como padrinos Kierkegaard, Nietzsche, y el sociólogo Max Weber. Sin embargo, hay que fijarse en cuatro nombres que él cita en ocasiones: Plotino, Bruno, Spinoza y Schelling. Jasper, y en ello no cabe duda alguna, no sólo es un filósofo de la existencia fuertemente influido por Kant, sino también, y quizá en mayor grado, un neoplatónico."

Se necesita ser de una talla especial, como pensador de la razón empírica y académica, para expresarse de Platón de esta manera:

“Platón ha ascendido hasta la cumbre más allá de la cual no parece que pueda llegar el pensamiento humano. De él han partido los más profundos impulsos del filosofar hasta hoy.”

Al margen de las duras  críticas que Jasper hace a la Iglesia católica, en sus  errores a través de la historia, se apresura a reconocer las figuras de Agustín y Domingo. De este último escribe:

 “Tomas edifica el grandioso sistema descolladamente válido, en el mundo católico hasta hoy, y en el cual el reino de la naturaleza y el reino de  la gracia, lo concebible racionalmente y lo inconcebible pero que debe creerse, lo profano y lo sagrado, las posiciones heréticas refutadas y el punto de verdad que hay en ellas, resultan integrados en una unidad y desplegados en una forma que se han comparado, no sin razón, a las grandes catedrales de la Edad Media."

Y agrega: "Tomás ha reunido  cuanto ha producido el pensar medieval. Visto desde él, han llevado a cabo todos ellos un trabajo previo, por lo que se refiere a la aportación ordenadora de todo material y el método de apropiación  de Aristóteles, incluso el último anterior, Alberto Magno. A éste sólo le supera Tomás quizá en claridad, mesura y concisión del pensamiento. Efectiva e intuitivamente debe hacerse conocimiento con esta perfecta realidad filosófica de la Edad Media mediante la “divina Comedia” de Dante.”

Es desafortunada la idea que algunos tienen de Jasper. Como cuando, se dice, nos vendamos los ojos para pegarle a la piñata y acertamos algunos golpes y erramos otros. Sucede que se desatiende el contexto en el que Jasper  lo dice. Además de que su modo de exponer los temas recuerda la técnica, de contraste, al  escribir novela  para no dejar caer el interés.

Y el interés, para todos, que busca Jasper con tesón,es alejarse de la dictadura del pensamiento. Mejor la exposición de dos o más parecerse y, luego de informarse a satisfacción, que cada quien escoja su ruta.

"Sus libros- agrega  Bochenski-,escritos en un lenguaje relativamente sencillo y sin abuso del neologismo que tanto dificulta la lectura de otros autores, esconden todos un tesoro de análisis excelentes."
 

Jasper llama al saber y no perderse en el tener:

“Mientras la filosofía toca a la verdad eterna, da alas sin violencia aporta al alma un orden sacado de su más profundo origen. Pero cuanto más pone su verdad al servicio de los poderes temporales, tanto más tienta a engañarse a sí misma con los intereses vitales y la anarquía del alma. Cuanto más, por último, no quiere ser sino ciencia, tanto más vacía se vuelve, como un juguete que ni es ciencia, ni es filosofía.”

Jasper
“Karl Theodor Jaspers (Oldenburg, 23 de febrero de 1883-Basilea, 26 de febrero de 1969) fue un psiquiatra y filósofo alemán, que tuvo una fuerte influencia en la teología, en la psiquiatría y en la filosofía moderna. En 1921 ocupó la cátedra de filosofía de la Universidad de Heidelberg. En 1948, se trasladó a la Universidad de Basilea para ocupar la cátedra dejada por Paul Häberlin.” WIKIPEDIA

 

 

M.G.MORENTE, TRES POSTULADOS DE KANT


 

¿Tres postulados de filosofía de Kant? ¿Qué es eso?

La filosofía es tan viva como meter las manos en el fuego. No se trata de ninguna metáfora. Sólo decir que la filosofía es la vida misma, la vida vivida. La de los otros, la de nosotros.

(Entre paréntesis diremos que es dudoso que en la actualidad alguien pueda vivir impartiendo clases de filosofía. Los sueldos universitarios para los maestros son tan miserables en las 95, de la 100 universidades del mundo, que gana más el que lava automóviles en el estacionamiento de la propia Facultad.  Mi amigo, Dr. filósofo universitario, con veinte años dando clases en la Facultad, no se ha casado por no tener recursos económicos para llevar un hogar, educar hijos... La persona que lava carros tiene dos mujeres, hijos con ambas, automóvil, celular de 50 megapíxeles, casa en Cuernavaca y casa en la Ciudad de México. Es lo suyo, dice mi amigo, y es necesario felicitarlo. Yo sólo quiero hablarle al pueblo de estas cosas de la filosofía)

Pero la filosofía metida en un texto parece una materia tan lejana, tan ajena, a nosotros, que frente a un libro de filosofía dan ganas de bostezar. Mejor no lo abrimos. O lo hojeamos de pasadita para luego cerrarlo.

Como cuando pensamos que la geología es tan ajena a nosotros al punto que ignoramos el suelo sobre el que estamos parados…

Hay cien modos de pensar que nos muestra la filosofía. Lo cual es una acontecimiento feliz poder enterarse de lo diverso que es la vida tanto empírica como  la del intelecto. ¡Hay libertad para pensar, opinar y publicar!,¡con esto ya poco se le puede pedir  a la vida! Lo saben bien en los países que  carece de la mencionada libertad.

No hay que extrañarse que en filosofía haya imperativos categóricos que dice cómo hay que pensar. Tienden  a coartar  la libertad de decisión y  los sendos textos acaban pareciéndose a los trípticos de los partidos políticos en tiempo de campaña. Pero aun esos imperativos conductistas son, por contraste, parte de la filosofía para apreciar, como   dijo recientemente la actriz estadounidense, Meryl Streep, “nos recuerda que frágil es la libertad”.

La forma de trílogo adoptada aquí por nosotros busca provocar cierto atractivo del tema postulado por Kant, conocido como los tres postulados.

¿¿¿Tres postulados???

Dibujo tomado del diario El País
El texto de los postulado está tomado, textualmente, letra por letra, valga la tautología, de la obra de Manuel García Morente, Lecciones preliminares de filosofía, lección XX.

Cómo en ello este pensador (Kant) entiende la santidad (no es la santidad como en la Iglesia católica pero algo se le parece) dentro de un mundo fenoménico, mecánico, como el de nuestra animalidad en la Naturaleza, pero ahora con la incursión de la moralidad. La moral como puente entre nuestra terrenidad y los mundos metafísicos.

En algún vivac en las montañas de Pachuca Hidalgo, México.  “Repisa” a 100 metros del suelo.3 de la mañana. 5 bajo cero. Toci calienta agua para tres tazas de café.30 kilómetros el norte se ven las lucecitas amarillas del pueblo-balneario de Amajac. Sentados sin salir de los sleeping.

Toci-La conciencia moral es un hecho, tan hecho como el hecho de la ciencia; y si del hecho de la ciencia hemos extraído nosotros las condiciones de la posibilidad del conocimiento científico, igualmente del hecho de la conciencia moral tenderemos que extraer también las condiciones de la posibilidad de la conciencia moral

Yuma-Sí pero una primera condición, de la posibilidad de la conciencia moral, es que postulemos la libertad de la voluntad.

Yo-La conciencia moral nos entreabre un poco el velo que encubre este otro mundo inteligible de las almas y conciencias morales, que no tiene nada que ver con el sujeto cognoscente.

Toci-El postulado primero conque Kant inaugura la metafísica, extrayéndolo de la ética, es ese postulado de la libertad.

Yuma- Y ya una vez que por medio de este postulado de la libertad hemos puesto pie  en ese mundo inteligible de “cosas en sí” (no dependientes de la fenomenología) que está allende al mundo sensible de los fenómenos, podremos proseguir nuestra labor de postulación y encontramos inmediatamente el segundo postulado de la razón práctica, que es el postulado de la inmortalidad.

Toci-El tercer postulado de la razón práctica es la existencia de Dios. La existencia de Dios viene igualmente traída por las necesidades evidentes de la estructura inteligible moral del hombre. Porque en esa estructura inteligible moral del hombre, que nos ha permitido llegar a ese mundo de cosas en sí, que no es el mundo de los fenómenos.

Morente
“Manuel García Morente (Arjonilla, Jaén, 22 de abril de 1886 – Madrid, 7 de diciembre de 1942) fue un filósofo español y, converso católico, en sus últimos años de vida fue sacerdote. Fue un gran divulgador, traductor de obras del pensamiento europeo, filósofo de cuño original, y gracias a su magisterio oral y escrito se iniciaron en la filosofía, y aún hoy día lo siguen haciendo, multitud de promociones universitarias….En 1912 obtiene la cátedra de Ética de la Universidad de Madrid. Su pensamiento oscila en este momento entre el kantismo —tesis doctoral sobre La estética de Kant (1912); monografía sobre La filosofía de Kant, Una introducción a la filosofía (1917); traducciones de la Crítica del juicio (1914), de la Crítica de la razón práctica (1918) y de la Fundamentación de la metafísica de las costumbres (1921) kantianas— y el bergsonismo —La filosofía de Bergson (1917)—. Durante los años veinte inciden sobre su mente el biologismo histórico de Spengler (tradujo la famosa Decadencia de Occidente del citado filósofo de la historia alemán), Rickert, Simmel, y la axiología, merced a la incorporación que se hizo de la obra de Scheler y Hartmann a través de la Revista de Occidente. En las postrimerías de este decenio termina las traducciones de las Investigaciones lógicas de Husserl (1929), junto con José Gaos, y del Origen del conocimiento moral de Brentano: el método fenomenológico será utilizado en adelante con singular destreza en su indagación filosófica.”WIKIPEDIA

 

 

 

M.G.MORENTE, NOS GUSTABAN LAS UTOPÍAS


 

El hombre escribe utopías en sus momentos de entusiasmo.

Sabe que las cosas no son buenas ni son malas, sólo son cosas.

No hay castillos tenebrosos, no hay barrios malos de la ciudad, no hay ciudad perversa como Sodoma ni ciudad santa como la piensa San Agustín.

“Lo único que  verdaderamente puede ser bueno o malo es la voluntad humana”, dice Manuel García Morente en su  obra Lecciones preliminares de filosofía. Y agrega que sólo hay “Una voluntad buena o una voluntad mala.”

Algunos tenemos nuestra utopía. Cuando arrojamos una moneda a la fuente, por ejemplo. Pero lo más común son las utopías en la perspectiva de cómo debería marchar el mundo, es decir, la gente, del país o el planeta entero.

 Aquí algunos políticos tienen mucha imaginación.  Si dejaran el mundo como lo encontraron ya sería una ganancia para el pueblo. No pudieron cumplir su utopía que pregonaban cuando buscaban el voto.

Jasper: “Caemos constantemente en deslices y confusiones. Justo cuando nos sentimos seguros incurrimos en el error.”

Normalmente una utopía es un imperativo categórico (como una orden) para que otros la realicen, él no.

“Poco le importa lo que dice el término medio y la multitud, y los que han resbalado y las instituciones corrompidas; pero tampoco esto le es indiferente. Jasper.

El pensamiento laico es tal vez el que más piensa en cosas ideales. Por ejemplo, la Constitución política de un Estado. Sus 200 y tantos artículos, con 800 reformas “para adecuarlas a los nuevos tiempos”, en medio siglo de haberse promulgado tan valioso documento, viene a quedar en la pura utopía no cumplida. En un pantalón de  indigente con parches mal pegados por todas partes. Se le menciona en los aniversarios y demás pero sólo el cielo sabe a qué documentos se estén refiriendo.

Sucede también en el terreno moral, con la Biblia. Es decir, en lo que toca para la Biblia del pensamiento occidental.

Son libros bellos... La Biblia también tiene sus 800 “adecuaciones para los nuevos tiempos”, además  otras 200 interpretaciones.

Jasper, por ejemplo, concibe  al Circunvalente (como él llama a Dios), de ninguna manera. Cada persona puede imaginarlo como mejor pueda y con los atributos que quiera reconocerle. El camino más corto del nihilismo para llegar al solipsismo.

Dice que nadie lo puede ver y cualquier avatar que se haga para invocarlo es una superchería. En contra tesis, Whitehead asegura que divinidad que no se representa no existe.

Jasper insiste que  nadie lo puede ver, sin atender  que son dos modos de mostrarse. El fenómeno de la ciencia especulativa. Buscarlo desde la fenomenología es lo que tradicionalmente se pretende

La razón práctica, en Kant, en cambio, es la  que se acerca  a lo trascendente. “Kant resucita este apelativo y al resucitarlo y aplicar a la conciencia moral el nombre de Razón práctica, lo hace precisamente para mostrar, para hacer patente y manifiesto que en la conciencia moral actúa algo que, sin ser la razón especulativa, se asemeja a la razón.”

En el Antiguo Testamento, y en el Nuevo, todos  ven al Circunvalente. No sólo eso, platican con Él, se inconforman los humanos ante su presencia, y hasta comen con Él. Por cierto  que al Circunvalente, no hay que olvidar, le gusta el olor a grasa quemada de oveja.

“Estuve con ustedes todo este tiempo y ¿todavía no me conocen?”

El Circunvalente quiere estar con los humanos, tiende puentes para comunicarse. Sobre todo se manifiesta con su modo muy propio que es a través de situaciones. Tarea difícil ha de encontrar con el humano que dice sí cuando debiera decir no y viceversa.

Es un humano muy respondón pues no se detiene y dice al Circunvalente “Tú también cambias de opinión”.

Morente: “¿Por qué  el hombre es el único ser, del cual puede, en rigor, predicarse la bondad o maldad moral? Pues lo es porque el hombre verifica actos y en la verificación de esos actos el hombre hace algo, estatuye una acción; y en esa acción podemos distinguir dos elementos: lo que el hombre hace  efectivamente y lo que quiere hacer. Hecha esta distinción entre lo que hace  y lo que quiere hacer, advertimos inmediatamente que los predicados bueno, malo, los predicados morales, no corresponden tampoco a lo que efectivamente el hombre hace, sino estrictamente a lo que quiere hacer.”

Dibujo tomado del diario El País
4/1/2017
Es un hecho histórico que en los lugares en los que se rechaza la moral tarde o temprano el mundo termina oliendo a drenaje.

Sobre el Circunvalente, al que se le quiere ver de carne y hueso (sería atentar contra nuestra libertad de decisión pues nos iríamos detrás de Él como robots) todo se manifiesta con su modo muy propio que es a través de situaciones.

Probablemente el más grande puente que el Circunvalente tendió hacia los humanos, en la antigüedad precristiana, fue ese agradable olor a grasa quemada de carnero. En las tablas proclamó Yo Soy pero a la vista del asado dijo ¡Aquí estoy! Seguro que está en los millones de puntos siderales pero, ¡también aquí!

Kierkegaard hacía todos los días reflexión de su vida y la sometía a Dios. Jasper dice que Kierkegaard “a través de lo hecho por él y a través de lo que le sucedía en el mundo oía a Dios.”

Morente termina esta parte de su pensamiento recordando que desde los Presocráticos, luego Aristóteles, san Pablo y san Agustín, vienen diciendo: “Muchas veces acontece que el hombre hace lo que no quiere hacer; o el hombre no hace lo que quiere hacer.”

Todo revuelto porque no sabe hasta entonces que se está inconsciente, dormido. Jasper:

 “Únicamente despierta el hombre cuando distingue el bien y el mal. El hombre llega a ser él mismo cuando en su acción ha decidido a donde quiere ir.”

En algún momento hay una zona de indecisión, entre la inclinación y el deber, hasta que finalmente se decide el rumbo “ya esta falta de decisión es mala” dice Jasper porque el individuo se encuentra en el centro de una bruma de intereses inmediatos y de valores esenciales.

Algunos sueñan con ser Al Capone y terminan como santos y, otros, viceversa.

Muchas ocasiones, en la historia el hombre,  éste pensó utopías y se puso a escribirlas con la mejor intención para todos. Pero en la práctica alguna veces se fue en sentido contrario a lo que escribió.

Con lo que todo volvió a quedar en utopías.

Morente
“Manuel García Morente (Arjonilla, Jaén, 22 de abril de 1886 – Madrid, 7 de diciembre de 1942) fue un filósofo español y, converso católico, en sus últimos años de vida fue sacerdote. Fue un gran divulgador, traductor de obras del pensamiento europeo, filósofo de cuño original, y gracias a su magisterio oral y escrito se iniciaron en la filosofía, y aún hoy día lo siguen haciendo, multitud de promociones universitarias….En 1912 obtiene la cátedra de Ética de la Universidad de Madrid. Su pensamiento oscila en este momento entre el kantismo —tesis doctoral sobre La estética de Kant (1912); monografía sobre La filosofía de Kant, Una introducción a la filosofía (1917); traducciones de la Crítica del juicio (1914), de la Crítica de la razón práctica (1918) y de la Fundamentación de la metafísica de las costumbres (1921) kantianas— y el bergsonismo —La filosofía de Bergson (1917)—. Durante los años veinte inciden sobre su mente el biologismo histórico de Spengler (tradujo la famosa Decadencia de Occidente del citado filósofo de la historia alemán), Rickert, Simmel, y la axiología, merced a la incorporación que se hizo de la obra de Scheler y Hartmann a través de la Revista de Occidente. En las postrimerías de este decenio termina las traducciones de las Investigaciones lógicas de Husserl (1929), junto con José Gaos, y del Origen del conocimiento moral de Brentano: el método fenomenológico será utilizado en adelante con singular destreza en su indagación filosófica.” WIKIPEDIA

 

 

Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

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